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Sarah Jessica Parker, Kristin Davis, Kim Cattrall y Cynthia Nixon, en un acto promocional de la película 'Sexo en Nueva York 2'. :: r. c.
Mal rollo en Nueva York

Mal rollo en Nueva York

La muerte del hermano de Kim Cattrall saca a la luz su enemistad con Sarah Jessica Parker. No habrá tercera película de las cuatro

INÉS GALLASTEGUI

Jueves, 22 de febrero 2018, 00:11

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Carrie, Miranda, Charlotte y Samantha eran amigas a muerte. Juntas en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza. Bueno, pobreza, poca, porque eran cuatro blancas pijas residentes en Manhattan: escritora de éxito, abogada de postín, próspera empresaria y experta en arte con sangre azul. En todo caso, las solteras neoyorquinas por excelencia siempre encontraban un hueco para ahogar en Cosmopolitan, endulzar con 'cupcakes' o aliviar con un par nuevo de 'manolos' sus penas de amor y reírse del mal sexo. Cosa distinta son las actrices Sarah Jessica Parker, Cynthia Nixon, Kristin Davis y Kim Cattrall. La extraña muerte del hermano de esta última ha puesto en evidencia que, veinte años después de empezar a trabajar juntas en la icónica serie de HBO 'Sexo en Nueva York' y rodar las dos secuelas cinematográficas, lo que hay entre algunas de ellas es un mal rollo del tamaño del Empire State.

A primeros de mes, Cattrall -que interpretaba a la desinhibida y leal Samantha- difundió la misteriosa desaparición de su hermano pequeño, Chris, residente en Canadá. La pasada semana daba cuenta de su muerte, que dejó a la familia devastada. Y en pleno duelo, la guerra. «Querida Kim, mi amor y condolencias para ti y los tuyos», escribió Parker en la cuenta de Instagram de Cattrall. En su respuesta, esta fue tan directa como su personaje. Una auténtica bofetada: «Mi madre me ha preguntado hoy. '¿Cuándo te dejará en paz la hipócrita de Sarah Jessica Parker?'. Tus continuos mensajes son un doloroso recordatorio de lo cruel que eras antes y eres ahora. No eres mi familia. No eres mi amiga. Deja de aprovecharte de nuestra tragedia para mantener tu imagen de buena chica».

En cambio, fue mucho más cariñosa con Cynthia Nixon (Miranda), que también le dio el pésame: «Escuchar tu voz significó mucho para mí. Gracias por comunicarte. Con amor, Kim».

En realidad, el conflicto no es nuevo. A finales de septiembre, Sarah Jessica Parker anunció que la tercera entrega cinematográfica de sus andanzas, con un guion «hermoso, divertido, desgarrador, alegre y muy cercano», había sido cancelada. Cuando se filtró que la culpa era de las «exigencias de diva» de Cattrall, esta se defendió de la lluvia ácida que recibió de los fans. Recordó que ha trabajado mucho en la vida y, a sus 61 años, quiere disfrutar de lo que ha conseguido cerca de los suyos.

En una entrevista en televisión, la actriz nacida en Liverpool confesó que las cuatro nunca habían sido amigas, solo colegas. También reconoció que el intenso ritmo del rodaje (19 horas al día) frustró su deseo de ser madre. La serie, sin embargo, sí se interrumpió durante el embarazo de la protagonista, que ganaba y mandaba mucho más que sus compañeras. Sin embargo, la deslenguada y promiscua rubia era la favorita de la audiencia. ¿Celos? Dicen que el ambiente en el set se fue enrareciendo hasta volverse «tóxico».

Icono de una generación

La serie, basada en el libro 'Sex and the City' de Candace Bushnell, comenzó a emitirse en el canal de cable en junio de 1998 y enseguida conectó con toda una generación de mujeres urbanas que se veían reflejadas en este cuarteto de neoyorquinas fuertes, atractivas y exitosas que arrollaban los tabús sexuales subidas a unos taconazos (y no a unos cualquiera: mejor de Manolo Blahnik, Jimmy Choo o Christian Louboutin). Su lucha por sobrevivir sin perder un ápice de glamour a la despiadada guerra de las citas en un mundo preTinder enganchó a millones. Cuando terminó la sexta temporada en 2004, con la celebración del 50º cumpleaños de Sam -era la mayor de las chicas-, ya se organizaban en la Gran Manzana tours de seguidoras ansiosas por fotografiarse en las famosísimas escaleras del apartamento de Carrie en el 66 de Pe rry Street, degustar algún capricho en Magnolia Bakery o tomarse un cóctel en alguno de los clubs chics frecuentados por las míticas amigas.

La primera película, estrenada en 2008, fue un éxito, a pesar de que, más allá del desfile de rutilantes modelos de las grandes marcas, su argumento -el incongruente deseo de la fetichista de los zapatos y alérgica al matrimonio Carrie Bradshaw de casarse por todo lo alto con su novio intermitente Mister Big- traicionaba el espíritu de la ficción televisiva. La segunda, una disparatada aventura en los Emiratos Árabes, ofreció su dosis a las adictas, pero cosechó malas críticas.

Las cuatro actrices se hicieron famosas con 'SATC' y después ninguna ha pasado de una discreta carrera en el mundo del espectáculo. Quizá por eso algunas se resisten a soltar un filón sin agotar. Hace poco, Sarah Jessica Parker dejaba caer que el filme podría rodarse, a pesar de todo: solo habría que matar a Kim. Perdón, a Samantha. O darle su papel a otra actriz. Ella sugirió a Ellen DeGeneres.

Quizá a Kim Cattrall no le falta razón, después de todo, y en el magro cuerpo de este icono de moda cabe mucha, mucha mala baba. El culebrón promete seguir, aunque sea fuera de las pantallas. Carrie jamás descuidará su personalísimo estilo y Sam estará, como siempre, fabulosa.

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