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La actriz, en un acto promocional en Madrid. :: R. C.
«Por fin veo la luz»

«Por fin veo la luz»

Dafne Fernández habla por primera vez de su maternidad. «Es muy duro, pero no lo cambiaría por nada. Ahora sé lo que es amor»

ARANTZA FURUNDARENA

Jueves, 1 de enero 1970

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Interpretó la infancia de la protagonista de 'Malena es un nombre de tango' y fue con solo 11 años la niña Fuensanta en 'Pajarico', de Carlos Saura. La hemos visto en 'Los Serrano', en 'Tierra de Lobos', en 'El Chiringuito de Pepe' y últimamente como concursante de 'MasterChef Celebrity 3', pero a sus 33 años la vida de la madrileña Dafne Fernández se ha teñido de maternidad... Ahora en su casa todo gira alrededor del recién nacido Jon, su primer hijo. Esta semana Dafne ha abandonado por primera vez el nido para presentar en Madrid, junto a otros 'cerve-ceros' famosos, el espacio cultural efímero San Miguel R0,0M. «Lo mío no es un eslogan, es cierto. Todos los días me bebo una o dos cervezas sin alcohol. La matrona me dijo que la cerveza es buena para la lactancia y me lo he tomado al pie de la letra».

Dafne acaba de salir de la cuarentena posparto. «Por fin estoy viendo la luz», confiesa. Porque a pesar de su rostro aniñado («de niña buena solo tengo la cara»), la actriz es una mujer de carácter a la que le gusta hablar claro. «Maquillar la realidad no va conmigo. La maternidad está siendo dura». Sin llegar a los extremos de Keira Knightley, que en un libro describe el acto de dar a luz como una auténtica carnicería, Dafne recuerda el parto como «un proceso muy doloroso porque no empujaba bien y me quitaron la epidural. Pero eso se olvida pronto. Nada más nacer Jon, le dije a Mario, este y ya no más... Y al día siguiente ya estaba preguntando: ¿el siguiente para cuándo?».

El fotógrafo Mario Chavarría es su marido. Suyo es el brazo tatuado con un 'Masterforce' (en honor a un videojuego) al que se agarra la diminuta manita de Jon en la imagen que la pareja subió a Instagram cuando se estrenaron como padres. Dafne tampoco comparte las críticas de Keira Knightley a Kate Middleton por haber posado maquillada e impecable a las siete horas de dar a luz. «Yo también me hice una foto nada más salir del paritorio y la colgué en la red. La gente me dijo que estaba muy guapa. Cada mujer que haga lo que quiera».

«No cambiaría por nada los pechos doloridos o las noches de insomnio»

Al principio, Dafne creía que el embarazo era duro, luego pensó que lo duro era el parto. Hasta que llegó la lactancia... «Se acumula un poco todo. Primero las hormonas, que están muy revolucionadas. Luego al darle el pecho no sabes si el niño come o no come. Te empiezan a entrar las dudas, te agobias... Creo que las mujeres nos ponemos demasiada presión». A ella le ayudó acudir a grupos de apoyo a la lactancia de la Seguridad Social. «Fue mi salvación, y quiero agradecerlo públicamente».

Depresión posparto

«No se lo había dicho todavía a nadie, pero creo que he tenido depresión posparto», confiesa la actriz. Una depresión pasajera, porque según sus palabras no duró más allá de una semana. «Pero en esos días lloraba por todo», recuerda. Hoy en cambio dice sentirse «la persona más afortunada del mundo gracias a que tengo a Jon. Y los pechos doloridos o las noches de insomnio no los cambiaría por nada».

Su paso por 'MasterChef Celebrity 3', concurso que se grabó cuando estaba embarazada, fue más breve de lo que hubiera deseado. Tras perfilarse como una de las grandes favoritas, su fama se vino abajo como un suflé. La culpa la tuvo una lasaña mal ejecutada que provocó su expulsión. «Pero el domingo será la repesca y ahí se verá si vuelvo...», apunta Fernández sin querer desvelar si en el próximo episodio la veremos reengancharse al concurso. Jura haber dejado el 'talent' gastronómico sin rencores. «¡Ojalá Santiago Segura me llame!». Y sus diferencias con la inefable Carmen Lomana las entiende como «simple tensión competitiva, parte del show».

Formada en el ballet clásico, la actriz se recuerda como una niña «muy responsable y disciplinada» que no quería decepcionar a sus padres. «Siempre intento dar el cien por cien. Quizás sea demasiado exigente conmigo misma», reconoce. El cuerpo le pide hacerse un tatuaje con el nombre de su hijo. Pero va a ser que no... «Ya tengo cuatro pequeñitos y a menudo me arrepiento porque luego hay que maquillarlos». Dafne planea reincorporarse al trabajo tras agotar la baja maternal. «Esta es una profesión inestable y no quiero oxidarme». Pero tampoco quiere renunciar a amamantar a su hijo hasta los seis meses. «Con Jon -declara- he descubierto que el amor es esto, no lo que yo creía que era amor».

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