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«Hacía un humor bondadoso»

El Roto y Paco Roca, dibujantes de dos generaciones, elogian el tono y la carga social de sus viñetas

FERNANDO MIÑANA

Jueves, 1 de marzo 2018, 23:39

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Andrés Rábago, conocido en la prensa como El Roto, era amigo de Forges «desde los tiempos de 'Hermano Lobo'» y en los últimos años publicaban sus genialidades en las páginas de 'El País'. El dibujante cree que con su compañero se marcha «uno de los últimos grandes» junto a Mingote -que en su día, cuando su padre los presentó, le regaló un lapicero con goma incorporada-, El Perich, Chumy Chúmez o Peridis, uno de los pocos que sigue vivo y que calificó su muerte como «catastrófica» pese a considerarlo «inmortal» porque logró algo único: «No ha habido nunca en la historia de España un humorista tan popular y tan seguido como Forges. Nunca nadie tuvo todos sus chistes en todos los despachos de España, hasta de los ministros».

El Roto, de 70 años, recuerda de Antonio Fraguas que creó un estilo propio. «Inventó un lenguaje y una forma de aproximarse a los hechos a partir de un humor bondadoso». El conocido viñetista también destaca de Forges, «su sensibilidad para estar atento a todos los movimientos sociales que se producen y seguirlos». Rábago recuerda que pese a tener «una buena relación» no coincidían mucho porque se movían en «ambientes distintos», pero que siempre le guardó «mucho aprecio».

Paco Roca es de otra generación. Nacido en 1969, fue uno de aquellos niños que casi aprendió más con su 'Historia de aquí' que en el colegio. El gran referente de la novela gráfica en España aporta su visión profesional del maestro. «Consiguió un estilo visual y un estilo de lenguaje que lo hacen muy característico. Lo reconocemos por sus dibujos y por su forma de hablar, muy personal. Se popularizó muchísimo y sus viñetas las reconocería cualquier persona en cualquier lugar». Una reflexión que seguro hubiera contentado al padre de Forges, que, en sus inicios, no le puso trabas en su pasión por el dibujo pero, a cambio, le pidió que sus creaciones se pudieran reconocer a 15 metros.

La obra de Forges también despierta ternura en el autor de 'Arrugas', 'El invierno del dibujante', 'La casa' o, desde hace unas semanas, 'La encrucijada'. «Sus viñetas desprenden humildad y tengo la sensación de que él también debió ser así, con ese punto humilde y de buena persona».

Roca también rememora su habilidad para crear unos «personajes icónicos» a los que se refiere como «esos narizones con gafas» y la enorme popularidad que se ganó en España. Y la sensibilidad para aprovechar su escaparate en blanco y negro para hacer «viñetas con mucha carga social» porque Forges, así lo entiende Roca, siempre «estuvo apoyando las causas que había que defender: desde las víctimas del terremoto de Haití a los que sufrían los recortes o lo que fuera».

Ahora, apenado por su pérdida, se sorprende al pensar en él como «ese tipo de gente que se te hace raro que desaparezca, que no te creas que abras el periódico y no esté y que deja un vacío enorme». Quizá porque está presente en la vida del Premio Nacional de Cómic 2008 desde que era un niño. «Fui uno de esos críos a los que le influyó 'Historia de aquí'. A mí me hizo ver que el cómic podía ser un oficio y siempre fue un ejemplo».

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