El Gulag, en dos actos

Stalin mantuvo engrasada durante tres décadas una eficaz red de campos de trabajo forzoso diseminada por toda la Unión Soviética. Allí mandó a morir a casi veinte millones de personas. Una de ellas fue el escritor y disidente ruso Aleksandr Solzhenitsyn, quien describiría en la novela 'Un día en la vida de Iván Denísovichoi', publicada a principios de la década de los sesenta, las pavorosas condiciones de los presos en aquellas temidas cárceles y se haría acreedor, en 1970, del Nobel de Literatura. Ahora, 73 años después de su ingreso en uno de esos sórdidos centros de reclusión y exterminio, donde permanecería más de una década, su hijo el director de orquesta y pianista ruso-americano Ignat Solzhenitsyn empuña la batuta en el Teatro Bolshói de Moscú para dirigir la ópera inspirada en aquella obra, que acaba de estrenarse. En la parte de arriba de la imagen, integrantes del elenco de 'Un día en la vida de Iván Denísovich' recrean la penosa vida de los prisioneros en una cárcel estalinista durante un ensayo general. Bajo el escenario, los músicos se enfrentan a la partitura desde las apreturas del foso, la suerte de gulag subterráneo donde se confina a las orquestas para evitar que roben el protagonismo a los intérpretes.