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Imagen pixelada de Leonor de Borbón en la Misa de Pascua en la Catedral de Mallorca el pasado 1 de abril. EFE
Exposición velada

Exposición velada

Los Reyes protegen con celo la proyección pública de sus hijas para «profesionalizar su función». Pero el incidente entre Letizia y Sofía ha situado a Leonor en primer plano

ANTONIO CORBILLÓN

Viernes, 13 de abril 2018, 00:04

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Tus acciones todas deberán guiarse por el mayor sentido de la dignidad y la ejemplaridad, por la honestidad y la integridad, por la capacidad de renuncia y de sacrificio...». El día que cumplía 50 años, el pasado 30 de enero, Felipe VI entregó a su primogénita, la princesa Leonor, el Toisón de Oro y le explicó las principales normas que regirán su proceder como heredera del trono. Hasta que ejerza como tal, los Reyes -al amparo de su derecho paterno y de la Ley de Protección de Menores- quieren que sea solo una niña, cuanto más distante mejor del escrutador ojo público. Y el incidente en el que se vio envuelta con su madre y su abuela al salir de la catedral de Palma de Mallorca el domingo de Pascua ha propiciado justo lo contrario. Además de escenificar tensiones familiares, ha reabierto el debate sobre si el celo protector de la Casa Real es excesivo, y también sobre los plazos para la progresiva presencia de la titular de la línea sucesoria en la agenda oficial de la monarquía española.

De entrada, una precisión que a veces se olvida: «Hoy día, la princesa Leonor no tiene ninguna competencia más allá de esperar a ser reina». Lo recuerda Carlos Fuente, exjefe de Protocolo del Premio Príncipe de Asturias. Un estatus que sólo cambiará cuando cumpla 18 años. «Entonces tendrá que jurar la Constitución y se convertirá en un cargo público».La española tiene fama de ser una de las familias reales más herméticas de Europa. Las imágenes en sociedad de Leonor, que cumplirá 13 años en octubre, son mínimas y muy estudiadas. «España no está para monarquías glamourosas», completa con rotundidad Fuente, que también es vicepresidente de la Asociación Española de Protocolo.

Leonor compareció por primera vez cuando cumplió una semana. Después, tras celebrar su primer año, los Reyes difundieron un trío de coquetas fotografías de los tres en los jardines de La Zarzuela. Más allá de los posados vacacionales en Mallorca, el mensaje navideño de su padre, alguna visita a su abuelo en el hospital y la habitual foto extraoficial el primer día del cole, para la siguiente imagen por decisión propia de palacio hay que esperar hasta septiembre de 2012. El día 10, la Casa Real del todavía en ejercicio Juan Carlos I presentó su remodelada web oficial con una foto del monarca, su heredero y su nieta bajo el epígrafe: «Tres generaciones, un compromiso común».

Gerardo Correas Escuela Internacional de Protocolo «La ley es la misma para ella que para su compañera de pupitre» Jaime Salazar Profesor de Derecho y Genealogía «La privacidad es el enemigo mortal de las monarquías» Carlos Fuente Exjefe Protocolo en el Premio Príncipe de Asturias «El Princesa de Asturias 2018 puede ser el momento para su debut oficial»

El estreno en solitario de la Princesa de Asturias no llegó hasta el pasado 31 de octubre. Ese día cumplió 12 años y la Casa Real difundió su imagen en el Palacio Real. En realidad, fue rescatada de la recepción de la Fiesta Nacional del 12 de octubre, una de las pocas fechas que suelen ser fijas en su agenda pública y la de su hermana Sofía. Pero en otras citas muy señaladas para toda la familia, como el reciente funeral por el 25 aniversario de la muerte de su bisabuelo, don Juan de Borbón, las hijas de Felipe VI y Letizia no asistieron.

La prensa rosa, de la que huyen sin contemplaciones en su entorno, la presenta estos días en los quioscos como una «princesa adolescente» y cada vez con «más presencia y popularidad». Un camino hacia la edad adulta que amplifica la siguiente pregunta: ¿cuándo debe empezar la agenda oficial de la heredera? Desde luego, no se parecerá en nada a los plazos e intensidad de su padre. Felipe acompañaba a Juan Carlos I con dos años en la entrega de trofeos deportivos y regatas, e hizo su primer viaje oficial (a Canarias) con cinco, además de ser investido Príncipe de Asturias en Covadonga a los 9 años. Por contra, no consta ni una sola imagen en esta comunidad de Leonor, que es princesa del Principado desde 2014.

¿Será en Asturias?

Desde que su padre ocupa el trono se ha especulado con su 'puesta de largo' en la entrega de los premios que llevan su nombre. Esa quiniela no se ha despejado hasta ahora. Pero los especialistas en desmenuzar los pasos reales dan por seguro que será en 2018. «El 31 de octubre, Leonor cumplirá 13 años, la misma edad a la que se estrenó su padre. Creo que este año es el adecuado», razona Carlos Fuente, uno de los mejores conocedores de los entresijos de organizar la gala.

3 de octubre de 1981. Arranque de los hoy prestigiosos premios que cada año se entregan en el teatro Campoamor de Oviedo. Juan Carlos I pregunta a su hijo por su estado de ánimo y si se ve capaz de leer el discurso que trae preparado. El adolescente príncipe asiente y se pone de pie. «He querido que las primeras palabras en público que pronuncio en mi vida tengan precisamente como marco este Principado de Asturias, cuyo título con tanto honor ostento». Fue poco más de un minuto y medio, sin titubeos, que despertaron una sonada ovación, flanqueado por su padre y el entonces presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo-Sotelo.

Ahora, en la cuarta edición bajo su feminizado título, parece que podría ir la vencida. Coincidiendo con este evento, la joven heredera acabará de soplar las velas de su 13 cumpleaños. «Es cierto que puede ser el momento del cambio de ciclo, aunque no deja de ser una niña. Pero sus padres tienen súper medido cada paso, siempre pensando en dar una imagen ejemplar y profesional, no en contentar sentimentalismos», valora el presidente de la Escuela Internacional de Protocolo, Gerardo Correas. Los expertos coinciden en que la estrategia de La Zarzuela sobre la proyección pública de Leonor «no es una cuestión de miedos, sino política oficial», con el objetivo de «profesionalizar al máximo su futura función de reina». En resumen, «que no haya nunca en España una Carolina de Mónaco», deja claro Correas.

Aunque un exceso de celo parece chocar con la inevitable exposición de la primera familia española. Contradice un mundo en el que, dada la imparable ascendencia de las redes sociales y el fin de los matrimonios de 'sangre azul', se reclama modernidad a las casas reales que sobreviven a su propia historia. «La privacidad es el enemigo natural de las monarquías. La contrapartida es tremenda para ellos, pero no creo que la opacidad sea buena», reflexiona el profesor de Derecho y experto en genealogía de las realezas Jaime Salazar.

Avisos

A pesar de su condición y su destino, ninguna norma ni ley garantiza 'blindaje público' alguno por muy princesa que se sea, más allá del que determinen los padres. Sean hijos de reyes o no, la Ley de Protección del Menor concede a los progenitores el control de esa exposición social. En este sentido, «Leonor y su hermana Sofía no son distintas a cualquiera de sus compañeros de pupitre», precisa el profesor Salazar.

Hasta ahora, Felipe y Letizia no han prohibido que los medios saquen imágenes de sus hijas, a las que se ha visto en la cola del cine o en un restaurante. Al igual que en otras monarquías, hay un 'código no escrito' por el que la prensa sólo obtiene instantáneas familiares. Nunca las niñas solas. Menos todavía, 'robados'. No constan encontronazos de la pareja real y sus dos hijas con los medios. Pero sí del resto de la familia. Profesionales de la crónica social admiten haber recibido «advertencias» desde la Casa Real para que no se publiquen imágenes de los cuatro hijos de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin, aunque ya no sean de la familia real, si no están acompañados de sus padres o se ha obtenido la autorización de ambos.

También son conocidos los esfuerzos de la reina Letizia para que no trascienda ni una sola imagen de los cumpleaños de sus hijas, con invitaciones enviadas el mismo día del festejo y la expresa prohibición de llevar móviles, para no encontrarse sorpresas en las redes sociales. Hay consenso en que «la discreción y evitar la presión es la mejor garantía para la madurez de la princesa». Para el resto, están las leyes. Y esa exposición velada que tutelan los propios Reyes.

LEY DE PROTECCIÓN DE MENORES

Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero:

Artículo 4. Derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen:La difusión de información o la utilización de imágenes o nombre de los menores en los medios de comunicación que puedan implicar una intromisión ilegítima en su intimidad, honra o reputación, o que sea contraria a sus intereses, determinará la intervención del Ministerio Fiscal.

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