Se fugan porque el carcelero es testigo de Jehová y no lleva armas

El suceso ocurrió en Buenos Aires hace unos días. Los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillac, presos en la cárcel de alta seguridad del penal de General Alvear, se pusieron nerviosos al comenzar su huída y encontrarse de frente con el vigilante, pero la cosa terminó mejor de lo que esperaban. Al parecer habían 'arreglado' que no hubiera guardias, pero, para su sorpresa, el guardia no opuso resistencia, y no porque estuviera 'comprado'.

Reducir al guardia fue un simple trámite. El hombre no opuso resistencia. Estaba asustado y además era un testigo de Jehová que no portaba armas porque su religión se lo impide, así que los delincuentes pudieron escapar sin problemas.