El primer voto de Ana, de 52 años: «Estoy más que ilusionada, emocionada»
Los personas con discapacidad intelectual acuden por primera vez a las urnas
A las 13.36 horas del domingo 28 de abril, Ana Isabel de Miguel, nacida en Zaragoza y residente en Logroño, de 52 años de ... edad, vota. Lo hace en el colegio electoral instalado en el instituto Cosme García, sección 4-8, mesa B. Dice su nombre al vocal, muestra su DNI y, cuando la presidenta lo autoriza, introduce en la urna correspondiente el sobre de color salmón. Luego repite la acción con el sobre de color blanco. Los sobres caen delicadamente y se mezclan con las decenas de papeletas ya depositadas.
Ana Isabel de Miguel, una mujer menuda, de rostro juvenil, vota por primera vez. «Estoy más que ilusionada, emocionada», dice. Lleva sonriendo desde que apareció por las puertas del instituto, acompañada por su hermana, Luz, y por su cuñado, José Luis Montori. Ana es una de las personas con discapacidad intelectual que en estas elecciones puede al fin ejercer su derecho al voto. Confiesa que se ha pensado mucho la papeleta y que no la ha elegido al buen tuntún: «Votar es una ilusión, pero también una responsabilidad», señala con gravedad. Desde Plena Inclusión en La Rioja han trabajado de lo lindo para lograr este hito, pero también para que los partidos les facilitaran programas electorales de fácil lectura y para que los interesados conociesen la mecánica de voto y lo que supone depositar un sufragio en la urna. «Ellos tienen bastantes más capacidades de las que les reconoce la ley; en este caso, Ana tiene capacidad más que suficiente para pensar por sí misma y para decidir», suspira Luz.
Cuando Ana Isabel, que se ha traído los sobres ya preparados de casa, deposita los votos, el fotógrafo retrata el momento. Los ciudadanos que aguardaban su hora en las filas cuchichean. Piensan que es una candidata de algún partido, quizá la próxima senadora o una aspirante a diputada. Luego verán acrecentadas sus sospechas, casi confirmadas, cuando vean cómo le ponen un micrófono y le graban sus primeras declaraciones. Y, sin embargo, Ana Isabel no es la dirigente de ningún partido; solo es una ciudadana como cualquier otra, una ciudadana que hoy ha ido a votar y que dentro de un mes volverá a hacerlo, cuando toquen las elecciones municipales, autonómicas y europeas. «Sí, claro que votaré otra vez», responde. Y no pierde su sonrisa.
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