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Lunes, 31 de mayo 2021, 08:23
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Convertirse en viticultor por un día, recorrer los viñedos en bici, en piragua o a caballo, hacer un curso de cata o incluso dar un paseo en globo sobre los viñedos. Las posibilidades que ofrece el enoturismo son tantas que regiones como La Rioja ya sacan partido a su potencial como generador de empleo y actividad económica, y suponen también una oportunidad para el alquiler vacacional.
Pese al parón que ha supuesto la covid, el sector aguarda con motivos para el optimismo la vuelta a la normalidad de un sector turístico que hasta 2019 no dejó de crecer. Durante ese año, las bodegas y museos que forman parte de las Rutas del Vino de España recibieron la visita de más de tres millones de personas, un 3,9% más que el año anterior, según el informe anual de visitas a bodegas y museos del vino del Observatorio Turístico de la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN).
En ese nicho turístico La Rioja ocupa un lugar destacado. Aunque las rutas de La Rioja Alta, La Rioja Alavesa y La Rioja Oriental se vieron superadas por las de Jerez (568.997 visitantes), Ribera del Duero (389.377 visitantes) y el Penedès (370.556 visitantes), en su conjunto la región se posicionó como el primer destino enoturístico: la Denominación de Origen Rioja sumó 860.000 visitantes, un 6% más que en 2018.
Además, en su Análisis de la demanda turística Rutas del Vino de España 2019-2020, los encuestados situaron las rutas de Rioja Alta y Rioja Alavesa entre las cuatro primeras que más deseaban visitar próximamente.
El enoturismo despierta también el interés del turista internacional, que en 2019 protagonizó el 36,8% de las visitas a los destinos de la Denominación de Origen Rioja, con especial relevancia de los turistas estadounidenses, británicos, franceses y alemanes.
Las 195 bodegas ofrecen una gran variedad de actividades en bodega y fuera de ella, pero tienen aún el reto de alargar la estancia media de los turistas más allá de los 2,41 días de media de 2019, una cifra que no ha aumentado en los últimos años.
Se trata de una variable en la que queda aún camino por recorrer: según el informe de ACEVIN, en 2019 el 63% de los turistas se quedó a dormir en el lugar visitado. De este factor va a depender el impulso que el enoturismo pueda suponer para los alojamientos turísticos de La Rioja; pero también una mayor oferta de vivienda vacacional repercutiría en la percepción que el turista tiene del destino.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en La Rioja existían en agosto de 2020 1.139 viviendas turísticas. La Asociación Riojana de Alquiler de Viviendas para el Turismo (ARVUTUR) calcula que alrededor de 650 se encuentran ubicadas en Logroño, unas de las capitales del vino de la región.
Logroño es, de hecho, una de las localidades con mayor oferta de bodegas con visita turística de la región, una clasificación en la que destacan Aldeanueva de Ebro y, sobre todo, la turística Haro, capital de La Rioja Alta y cuna de bodegas centenarias.
En 2019, los alojamientos rurales y turísticos fueron la segunda opción más escogida por los turistas enológicos (un 28%), que prefirieron como primera opción los alojamientos de cuatro estrellas.
Aunque en 2020 las restricciones a la movilidad afectaron a la llegada de turistas extranjeros a España, se vio beneficiado por el aumento del interés en el turismo rural que generó la pandemia, lo que puede dar nuevo aire a la región como destino turístico.
Las posibilidades turísticas e inmobiliarias en La Rioja se ven avaladas por unos precios de la vivienda asequibles. Pese al aumento de precios que la región ha experimentado desde el inicio de la pandemia, se mantiene como la comunidad autónoma en la que la compra de una vivienda requiere un menor esfuerzo.
El precio medio de los inmuebles en La Rioja se situó en el mes de marzo en los 1.451 euros por metro cuadrado, un 2,09% más que en marzo de 2020, según el informe trimestral de precios de venta de pisos.com; la subida interanual solo se vio superada por las de la Comunidad de Madrid (6,56%) y Cataluña (3,83%).
A pesar del incremento de precios, La Rioja continúa siendo la región en la que menos años de salario íntegro bruto se necesita invertir para adquirir una casa: 4,6, según los datos de la Sociedad de Tasación del primer trimestre del año.
El precio medio de los inmuebles en la comunidad se mantiene también por debajo de la media española (1.699 euros por metro cuadrado), y se sitúa a la par en Logroño (1.694 euros por metro cuadrado).
En el destino enoturístico de Haro, el precio es bastante inferior, 920 euros por metro cuadrado; y, además, los inmuebles en la localidad han experimentado un descenso medio del -4,18% en comparación con marzo de 2020.
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