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Ningún país ha podido despojarse aún del lastre de los rescates bancarios

Aunque el Estado quiere vender el 60% de Bankia en 2019, Alemania, Holanda o Reino Unido tardarán años en hacer igual con sus entidades

JOSÉ M. CAMARERO

MADRID.

Domingo, 4 de marzo 2018, 00:46

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El aún ministro de Economía, Luis de Guindos, es consciente de que el Estado lo tiene complicado para recuperar el 100% de las ayudas que inyectó a parte del sector bancario desde 2008 hasta 2013, aunque nadie del Gobierno lo reconoce en público. El nuevo plan estratégico de Bankia aspira a reintegrar otros 1.500 millones al FROB en tres años, siempre que este organismo mantuviera su actual participación del 60%. Pero junto a lo que ya ha devuelto a través de dividendos y la venta de dos paquetes del 7% del accionariado, representaría apenas un 25% de lo recibido.

Eso sí, esta especie de frustración para las arcas públicas no es exclusiva de España. El mantra se extiende por el resto de grandes potencias que salieron a rescatar a sus entidades en el peor momento de la crisis y que, salvo casos muy contados, no han podido salir todavía del capital de esas corporaciones, ni mucho menos hacerlo con la cabeza alta.

La venta de estas participaciones públicas que los gobiernos tomaron cuando el sistema se resquebrajaba y el euro parecía abocado a la desintegración es complicada y no ofrece el retorno necesario para compensar las inyecciones aportadas. De hecho, la Unión Europea solo ha privatizado cinco de los 28 grandes bancos rescatados. Y solo dos países del Viejo Continente lo han logrado: Suiza-que ayudó a UBS- y Letonia -Parex Banka- salieron airosas en pocos meses. Pero para el resto un informe reciente de Standard & Poor's ya anticipaba que la salida del capital de los bancos rescatados «puede llevar muchos años».

Los 'länder' germanos han vendido esta semana un banco por la quinta parte de su patrimonio neto

Ni siquiera Alemania puede dar demasiado ejemplo en el tratamiento de las ayudas. Todavía arrastra una participación del 15% en Commerzbank, el segundo banco del país, como resultado de las ayudas que le dio para comprar Dresdner Bank. Además, el Estado Federal mantiene un 20% adicional en Deutsche Pfandbriefbank. El caso más sangrante ha sido el de HSH Nordbank. El pasado jueves los 'länder', que poseían un 95% del banco, lo vendieron por 1.000 millones, una quinta parte de su patrimonio neto.

Tampoco Reino Unido ha conseguido librarse del elevado coste económico y político que conllevó la nacionalización de una de las grandes entidades del país, el Royal Bank of Scotland (RBS), por casi 52.000 millones de euros en 2008. Entonces el gobierno laborista de Gordon Brown fue uno de los primeros en adentrarse en el capital de una entidad privada. Pero aún mantiene un 71% del banco. En 2015 inició la privatización desde el punto inicial del 80%, pero tras el referéndum sobre el 'brexit' paralizó las ventas.

Ahora pretende despojarse de paquetes de acciones por valor de 3.400 millones de euros anuales, pero lo hará aún a cinco años vista. Reino Unido sí que consiguió deshacerse de su participación en Lloyd's en mayo de 2017. Y lo hizo con unas plusvalías de 1.000 millones respecto a los cerca de 24.000 millones inyectados en el año 2009.

En Holanda aún tienen en uno de sus buques insignia de la banca, ABN Amro, prácticamente el mismo porcentaje de participación que España ostenta en el suyo -Bankia/BMN-: un 63%. La estrategia que ha seguido el Ministerio de Financias de los Países Bajos es la misma que la de Luis de Guindos: desinvertir a medida que el mercado va ofreciendo oportunidades para hacerlo a un precio atractivo, y con ello que el Estado pueda maximizar el resultado de la operación. A mediados del año pasado vendió un 7% por casi 1.500 millones. Antes, en 2016, sacó a Bolsa otro 7% por 1.320 millones, y a finales de 2015 colocó un 23%. Por ahora ha recuperado 6.600 millones de euros, lo que supone un tercio de lo que les costó el rescate de la entidad.

Los PIGS, aún más lejos

Entre los países que pusieron en riesgo la misma estabilidad del euro, la resolución del problema bancario aún se encuentra lejos de una solución satisfactoria para las arcas públicas. En Irlanda, donde han habilitado un plan de privatización, todavía ostentan participaciones en Allied Irish Bank (AIB), TSB o Bank of Ireland. En el caso de AIB, la república isleña llegó a inyectar más de 20.000 millones para una entidad que ahora vale apenas la mitad.

En Portugal también mantienen un 25% de Novo Banco después de que hace un año el Estado vendiera al fondo estadounidense Lone Star una participación mayoritaria del 75%. Fue a cambio de una inyección de 1.000 millones a la entidad.

Caso aparte es el italiano, el país más rezagado en esta carrera bancaria. Y es que fue hace apenas ocho meses cuando puso sobre la mesa hasta 17.000 millones para salvar a los bancos Popolare di Vicenza y Veneto Banca. Aun así, el coste inicial de la operación, de 5.000 millones, pasó por el aro de una UE cada vez más contraria a esta vía, y sí partidaria de la resolución que protagonizó el Banco Popular en España.

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