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EL LADO OSCURO DE LOS PRODIGIOS

BORJA BERGARECHE. - DIRECTOR DE INNOVACIÓN DIGITAL DE VOCENTO

Domingo, 20 de enero 2019, 00:41

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Desde hace más de veinte años, la apertura del curso tecnológico tiene lugar en Las Vegas con los fuegos de artificio tecnológico del CES, el show de electrónica de consumo más grande del mundo. Esta edición nos ha dejado con una nueva remesa de gadgets de los grandes fabricantes mundiales y nos señala un futuro eléctrico, sin cables, virtual... y de contornos tan espectaculares como borrosos. Dos novedades han capturado los titulares más recientes. Por un lado, la empresa Naughty America (América traviesa), la única dedicada al porno a la que el CES abre sus puertas, ha presentado una sofisticada solución de realidad aumentada que permite proyectar una stripper bailando o una pareja practicando sexo en cualquier habitación, en cualquier momento, con un teléfono. Por su parte, la legendaria Harley Davidson ha presentado su primera moto eléctrica, altamente tecnificada y conectada, pero con una autonomía de 170 kilómetros y una velocidad máxima de unos 105 km/h.

Este tipo de mega-congresos, como el Mobile de Barcelona, nos ofrecen una visión superficial y comercial de los avances tecnológicos. Se regodean en la fascinación por lo nuevo y hurtan espacio mediático y digital a lo que verdaderamente importa: el debate público sobre el papel de la tecnología en nuestras vidas. Son el equivalente contemporáneo de las exposiciones universales decimonónicas, a las que unos europeos abrumados todavía por la segunda revolución industrial acudían para contemplar pasmados los prodigios de la Humanidad. Para este 2019 hablamos de pantallas de móvil plegables que alcanzan una superficie de 20 centímetros. De la llegada de los primeros móviles capaces de conectarse a las nuevas redes 5G. Y de Airpods y otros auriculares inteligentes con carga inalámbrica y equipados -eso se dice, al menos, de los esperados Airpods 2 de Apple- con conexiones a los asistentes inteligentes como Siri y Alexa, que podrán recibir nuestros comandos desde el auricular. Las teles, por supuesto, seguirán creciendo en pulgadas y, sobre todo, en píxeles, con los nuevos modelos 8K.

Seguimos avanzando hacia ese mundo post teléfono móvil, pero cualquier veterano del periodismo anglosajón respondería, si hace bien su trabajo, con un clásico, y cáustico, «So what?». ¿Y qué? ¿Todos estos nuevos cacharros mejorarán o empeorarán nuestras vidas? También el foro económico de Davos arrancará en unos días bajo el paradigma de la «cuarta revolución industrial» que pregonamos desde hace ya unos años. La aceleración tecnológica a la que asistimos, según esa extendida noción, supone un salto (positivo) para la historia del homo sapiens, porque de ella están surgiendo no ya nuevas empresas innovadoras, sino nuevas industrias que antes no existían en la actividad económica. El big data, la inteligencia artificial, las redes sociales, la economía colaborativa... Y así, de salto en salto, hasta la felicidad definitiva para la especie.

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