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Javier Ureña, Leonor González Menorca y Luis Pérez, el pasado jueves en la presentación de la campaña. Sonia Tercero
Paso a paso hasta llegar a ser un buen autónomo

Paso a paso hasta llegar a ser un buen autónomo

Darse de alta en el momento justo es el inicio de una vida laboral en la que se dispone de apoyo público

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Lunes, 20 de noviembre 2017

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Juan Kim ya es fotógrafo. Bueno, lo era desde hacía bastante tiempo. Desde que en el año 2010 ahorró lo necesario para comprarse su primera cámara réflex. Desde entonces ha ido desarrollando su perfil gráfico, su lado más creativo para acabar siendo… autónomo. Uno más. Y son miles cada día. Le dicen en su entorno que es dueño de su propio destino, que no tiene jefe, que él se organiza, que así da gusto. Normalmente esto lo aseguran aquellos que tienen contrato por cuenta ajena, claro. Los autónomos reconocen el otro lado de esta fotografía hacia el autoempleo: cuotas, trimestrales, ‘ivas’, todos son tus jefes, o trabajarás las 24 horas del día porque al final siempre debes estar disponible.

Y ni una cosa ni la otra. Ni tan blanco ni tan negro. Hay una amplia escala de grises. Y es aquí donde Juan Kim desea situarse con cierta comodidad: ser fotógrafo profesional por el hecho de que su trabajo lo es y porque puede facturar por él, claro. Lo único que pretende es «ganarme la vida con lo que me gusta». Pero el problema está en las cuotas fijas a las que debe hacer frente el autónomo. «Este es el principal problema. El primer año, al ser reducido, no asusta tanto; pero luego hay que asumir una cuota más alta. Y se trata de trabajar para sacarle alguna rentabilidad al asunto».

Él de lo que sabe es de fotografía. Sabe de encuadres, de diafragmas, de luz… de todo lo que le permite hacer trabajos creativos en la BBC del fotógrafo: que no son ni Bale ni Benzema ni Cristiano. Estos tienen contrato por cuenta ajena. Son bodas, bautizos y comuniones. Sabe de fotografía, mucho; sabe menos de facturas, ‘ierrepefes’ y todas esas cosas a las que se acaba de acercar por primera vez y que estarán a partir de ahora muy presentes en su vida.

«No sabía ni que existía la ADER. Me aconsejaron que viniera a preguntar. Lo hice. Abrí la puerta, me senté en una mesa y aquí estamos, ya puedo facturar por mi trabajo», recuerda Juan Kim, que la mayor parte de las gestiones, confiesa, «las realicé a través de Internet». La ADER, que es la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja, dispone de mesas para todas aquellas personas que busquen asesoramiento hacia el andamiaje de su proyecto laboral.

Sus responsables acaban de presentar un guía para gente como Juan Kim, buenos profesionales en lo suyo, que necesitan pautas concretas para profesionalizar sus capacidades laborales. Una guía en la que se establecen los pasos que hay que dar para que una idea se convierta en un proyecto rentable y donde no se corra el riesgo de no cumplir con la normativa fiscal de turno. «Al final es mejor contar con alguien experto. Porque son muchas cosas, y si no las haces bien corres el riesgo de tener que hacer frente a una multa», apunta Juan Kim.

De ahí los servicios avanzados que pone la ADER a disposición de los riojanos que decidan emprender. Juan Kim es fotógrafo y su idea estaba clara desde un principio, «por eso, en este caso en concreto, no necesitó de un aspecto que consideramos esencial en la ADER, y que es la elaboración de un análisis previo de la idea para ver si realmente puede ser un buen negocio o no». Este paso previo resulta fundamental para quien lo expone, Luis Pérez, responsable de EmprendeRioja. «Se trata de observar la viabilidad de la idea», remarca.

Superada esta fase previa en EmprendeRioja, en la ADER abren las puertas a todas aquellas personas que decidan emprender por cuenta propia, o lo que es lo mismo, ser autónomo. «Lo primero que hay que hacer es darse de alta», indica Pérez. «Y todo se puede hacer en un único documento que se completará de forma telemática en menos de 30 minutos. En media hora ya se puede comenzar a facturar», señala Luis Pérez. Ya eres emprendedor, que parece sonar algo más moderno que el sufridor autónomo.

Pero el asunto no acaba aquí. Es importante poder facturar, pero también hay que tener en cuenta otras cuestiones relevantes. En la ADER quieren proteger a las personas y sus ideas. Por eso ayudan al profesional a registrar su marca. «Es muy importante proteger tu marca. Estamos en un mundo global y nunca sabes hacia dónde te puede llevar tu negocio. Al registrar tu marca a nivel nacional te aseguras de que ninguna otra persona pueda en un momento dado interrumpir tu actividad porque hay alguna coincidencia desagradable». Luis Pérez pone sobre la mesa esta cuestión que ni mucho menos parece menor. «Registramos al año unas 300 marcas, y sabemos que surgen problemas por no haber protegido tu producto o marca». Esto cuesta 150€.

El dinero

Paso uno, darse de alta, es decir, comenzar a pagar las cuotas. Por tanto, dinero por delante. Paso dos, registrar la marca, 150€, por tanto, dinero por delante. Paso tres, recibir algún tipo de subvención para hacer frente a éste y otro gasto aún más importantes. «Para montar un negocio siempre hay que hacer una inversión, y si ésta es superior a 4.000 euros, en la ADER disponemos de líneas de ayudas de hasta el 35% de la inversión». En La Rioja, la media de inversión en cada nuevo negocio es de 30.000 euros, y hasta los 60.000 euros la ADER ayuda con el 35% del coste global.

Y la Agencia de Desarrollo también presta dinero para montar o actualizar cualquier negocio. «En dos años, la ADER ha prestado dinero por valor de 4 millones de euros», apunta Luis Pérez, dado que disponen de un producto financiero muy competitivo: es el Euribor, «que es 0», más el 1,25.

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