Borrar

DONALD, EL ENEMIGO (TECNOLÓGICO) ES CHINA

BORJA BERGARECHE. - DIRECTOR DE INNOVACIÓN DIGITAL DE VOCENTO

Domingo, 22 de julio 2018, 00:15

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El mundo según el actual inquilino de la Casa Blanca es un lugar muy básico. Es un patio de colegio donde el matonismo es el camino más rápido para conseguir algo y la exhibición de fuerza bruta la forma de hacerse respetar. Para Trump, las relaciones internacionales son un club de machirulos. Así, antes de reunirse esta semana con el presidente Putin -la gran encarnación contemporánea del macho politicus-, el presidente de Estados Unidos definió de un plumazo rápido su lugar en el patio global. «Tenemos muchos enemigos, creo que la Unión Europea es un enemigo por lo que nos hacen en el comercio», dijo en una entrevista con la cadena de televisión CBS. Más expresivo es lo que dijo después: «Rusia es un enemigo en ciertos aspectos. China lo es económicamente. Pero eso no significa que sean malos, significa que son competitivos». Son matones de patio como yo, y por eso les respeto.

Donde los macho alfa de la política internacional ven el típico concurso de pulsos en la hora del recreo, sus administraciones, sin embargo, ven intereses estratégicos y comerciales en juego. Con quien tiene EE UU un verdadero problema de balanza comercial y vulneración de la propiedad intelectual es con China, no con la UE. Pero da igual. La UE es, a sus ojos, el niño tranquilo que juega en un rincón porque no le gusta el ruido. «La UE es posiblemente tan mala como la China, solo que más pequeña. Es terrible lo que nos hacen», había dicho Trump hace tres semanas. Traducción: a veces me fastidian pero, sobre todo, es que son unos pringados. La UE, mientras, ha respondido a las guerras comerciales que ha puesto en marcha Trump firmando esta semana con Japón un acuerdo histórico para crear una zona de libre comercio que abarca un tercio del PIB global. A la vez, han contraprogramado la foto de Putin y Trump en Helsinki con una visita a Pekín para acelerar las conversaciones comerciales.

La visión machirula del mundo es, por definición, brutal, simplista y cortoplacista. Y está conduciendo al actual presidente de EE UU a perder el rumbo. Este efecto de desplazamiento es especialmente visible en el ámbito tecnológico. El tercer macho alfa en discordia, el presidente chino Xi Jinping, ha situado el desarrollo de las capacidades en el ámbito de la tecnología como la gran prioridad de su visión 2025 para China, un ambicioso programa de dominación global. China quiere dejar de ser dependiente del capital tecnológico extranjero para convertirse en primer actor de la innovación y de la inversión. Y ya está obteniendo resultados sorprendentes en materias como la inteligencia artificial, la robótica, los misiles supersónicos, los satélites quantum o la edición genética.

El Gobierno chino dispone para ello de un ejército empresarial compuesto por las 500.000 compañías controladas por el Estado, que dan empleo a 20 millones de personas. En el frente inversor, el capital chino ha participado en el 16% de las inversiones de capital riesgo en start-ups tecnológicas en Estados Unidos entre 2015 y 2017, según el Financial Times. «Los EE UU ya están inmersos en la siguiente gran guerra, aunque apenas se estén empezando a dar cuenta. Y, por mucho que le cueste admitirlo a Washington, China nos está alcanzando en la carrera tecnológica», escribía recientemente Mathew Bay, analista del 'think-tank' Stratfor. Donald, el enemigo (tecnológico) es China, no la UE.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios