Borrar
Sede principal de la compañía Freixenet en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona). :: r. c.
Freixenet escuchará posibles ofertas pero evita anticipar una decisión sobre su venta

Freixenet escuchará posibles ofertas pero evita anticipar una decisión sobre su venta

Las tres familias que copan el accionariado mantienen su división sobre la entrada de la multinacional Henkell

J. A. BRAVO

Martes, 3 de mayo 2016, 00:20

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

madrid. Las históricas bodegas de la centenaria marca de cava Freixenet (sus origen data de 1861) continuarán en manos españolas, al menos a corto plazo. La junta de accionistas celebrada ayer en Barcelona, que se presumía decisiva para el futuro de esta conocida empresa familiar, no deparó grandes novedades precisamente por la falta de acuerdo entre sus tres principales grupos.

No obstante, según fuentes de la compañía sí se aceptó la posibilidad de escuchar las ofertas que lleguen aunque ello no implicaría en modo alguno cierto tipo de aceptación a su venta. Para ello haría falta abrir sus libros contables a los posibles interesados y respecto a esto no quedó clara su postura final. «Todo sigue prácticamente igual y simplemente se ha dado un paso más en el proceso para estudiar si cabe o no la entrada de otro socio con la salida de algunos de los que ahora están», apuntaron voces internas.

El rompecabezas, por lo tanto, sigue sin resolverse aunque sí hay dos bloques claros. De un lado, la familia Ferrer Noguer, principal accionista con el 42% del capital social y que tiene como representantes destacado al actual consejero delegado de la empresa, Pedro Ferrer, hijo del presidente de honor, José Ferrer, quien controla las acciones.

Ellos se oponen con firmeza a cualquier tipo de traspaso de la compañía, parcial o total. Su posición, sin embargo, ha sido puesta en entredicho por sus socios ante unos resultados que han empeorado los dos últimos ejercicios fiscales (se cierran en marzo). Aunque resistió bien la crisis -pasó de facturar 501 millones de euros en 2010 a 532 millones en 2013-, en 2014 sus ingresos bajaron un 5% (503 millones) y la previsión de 2015 los mejoraba poco.

Los beneficios, en consonancia, han ido mermando. De los 8,6 millones que el grupo ganó en 2010 se ha pasado a poco más de dos millones en 2014, un 74% menos que el ejercicio anterior (7,7 millones). También ha bajado su resultado de explotación (4,7 millones en las cuentas de 2014-2015, con una caída del 67%). Solo ha mejorado el valor de sus activos (745,4 millones), mientras la plantilla resiste con pequeños descensos (1.880 empleados).

La crítica de los otros núcleos de socios también abarcan la forma de gestionar de los Ferrer Noguer, a quienes acusan de no tenerles en cuenta en sus decisiones. Y les preocupa, además, el aumento progresivo de la deuda (326 millones a marzo de 2015), en especial la que vence a corto plazo (188,9 millones, un 25% más que el ejercicio anterior).

Esperando una oferta formal

Frente a ellos está la familia Ferrer-Hevia (29% del capital), dispuesta a vender a un tercero y que tiene como cabeza visible al vicepresidente y director financiero de Freixenet, Enrique Hevia. Consciente del deterioro de las cuentas del grupo han encontrado su solución particular en vender su parte de los títulos a la multinacional Henkell, el mayor fabricante de bebidas de Alemania que en 1987 fue adquirida por el gigante de los congelados Dr. Oetker. Hoy están presentes en 20 países y facturan 700 millones anuales.

Su oferta, en cualquier caso, no se oficializará hasta que los socios de Freixenet acepten enseñarle las cuentas y pueda hacer una 'due diligence', es decir, su propia revisión contable. Fuentes cercanas a la negociación han apuntado la cantidad de 500 millones, incluida la asunción de la deuda de la conocida compañía de cava. De esta forma, el pago a los accionistas por el 100% de los títulos quedaría en 180 millones.

En medio de unos y otros ha quedado la familia Bonet, que tiene a José Luis Bonet como presidente del grupo y aún duda si venderá, pasos que seguiría su hermana Pilar. Para convencerle, Henkell -que no entraría sin mayoría (al menos el 51%)- le ha ofrecido seguir en el cargo uno o dos años. Los Ferrer, mientras, buscan crédito de varios bancos para recomprar los títulos de los otros accionistas ante la puja germana, e incluso han especulado con la llegada de un socio capitalista chino.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios