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París ya no es una utopía para Nadal
Tenis

París ya no es una utopía para Nadal

El español, que nunca ha conquistado este Masters 1000, vence un infierno contra Cuevas y se queda con muchas posibilidades de avanzar a semifinales

manuel sánchez

Jueves, 2 de noviembre 2017

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Podría haber dudas sobre el rendimiento de Nadal en París. Con la Copa de Maestros en tan solo unos días (12 al 19 de noviembre) y el número uno amarrado matemáticamente hasta final de temporada, Nadal no tiene necesidad de ponerse en peligro en París. Pero él está hecho de otra pasta y si puede luchar por otro título más, que quede claro que lo va a hacer.

Tras un infierno que se extendió por más de dos horas y veinte minutos, liquidó a Pablo Cuevas (6-3 y 6-7 y 6-3) y consiguió el pase a los cuartos de final del Masters 1000 de París poniendo su candidatura sobre la mesa.

La que es la victoria número 40 de Nadal en pista dura esta temporada (en total, sobre todas las superficies, acumula 67), se cimentó en ser más sólido que su rival, un tenista que ya venció la balear en 2016, y que pese a estar sumido en una de las peores temporadas de su carrera, plantó cara al balear de principio a fin.

Y es que Cuevas venía de una racha horrible de diez derrotas consecutivas, hasta que la rompió en este torneo ante Karen Khachanov. Pese a la posible inactividad en sus piernas y en su cabeza, Cuevas salió bien plantado a desplegar su juego de fondo. Sin su gorra habitual, y el pelo corto, el uruguayo dio dos juegos de esperanza para la pelea en el primer set, antes de caer en la red de Nadal.

El manacorense le buscó el revés y solo tenía que esperar que el sudamericano mandase su golpe a una mano a la red, o por detrás de la línea de fondo. Una rutina que desgastó poco a poco a un Cuevas que tiene el honor de ser el único uruguayo en la historia en haber jugado contra Nadal.

Los juegos goteaban. Desde el 2-1, pasando por el 4-1 y con el 6-3 definitivo para acabar el primer set. Cuevas acusó la presión mental de enfrentarse a un top 10 (algo que no conseguía desde mayo) y pronto cedió su saque en la segunda manga, pese a disponer de un 0-30 en el primer saque del español.

No debía despistarse el español, que esta temporada ya ha perdido con rivales de peor ránking que Cuevas (33), como con Shapovalov (143) en Canadá o Sam Querrey (40) en Acapulco y la mejor receta pasaba por finiquitar por la vía rápida.

Con 2-1 y el «break» conseguido, el trabajo y la paciencia de Cuevas dieron sus frutos, y revertió la situación. El uruguayo ganó consistencia al saque y a encontrar las líneas, lo que se unió a los continuos fallos de Nadal, que desde el 2-1, fue incapaz de inquietar al resto y tornó su precisión milimétrica en una escopeta de feria. Demasiadas bolas fuera y demasiados errores no forzados metieron al sudamericano en el partido, y le llevaron a provocar un «tie break» y a apuntárselo tras remontar un 4-2 adverso gracias a tres errores clarísimos de Nadal en la red.

En el tercer parcial, Nadal no se dejó llevar y Cuevas se resintió físicamente de un esfuerzo agravado por el maratón de ayer ante Ramos (que se fue a más de dos horas). El español se colocó 3-0, tuvo bolas para el 4-0, pero el uruguayo resistió y revirtió la situación, pese a aplastarse un dedo de su mano izquierda contra el cemento parisino al golpear un revés. Pidió tiempo médico e instantes después rompió el saque de Nadal. Otra vez a remar, y esta vez quiso hacerlo cuanto antes y con contundencia. Le devolvió la rotura al uruguayo, le quemó con su saque y lo cerró por 6-3, con lo que acabó con una agonía que se fue hasta casi las once de la noche hora parisina.

En la siguiente ronda se cruzará con el serbio Filip Krajinovic (105 del mundo), que se deshizo del local Mahut en tres mangas. Nadal nunca se ha cruzado con el serbio, que ha pasado un 2017 inmerso en los Challengers (torneos por debajo de los ATP) y solo ha pisado cuadros finales de ATP en París y en Moscú hace dos semanas.

Con este triunfo, aumenta su renta en el ranking ATP hasta los 10.645 puntos, lo que supone una ventaja respecto a Roger Federer de 1.640 puntos. Si se acabase por coronar en la capital francesa, llegaría hasta los 11.465, lo que implicaría meterle más de 7.000 puntos de ventaja al tercer clasificado, el alemán Alexander Zverev.

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