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Caras de decepción de Rubén Salaverri y Asier Agirre mientras Elordi y Oier Etxebarria levantan sus trofeos. :: Jesús Caso /Diario de Navarra
A solo dos pasos de los sueños
FINAL DEL CAMPEONATO DE PAREJAS DE PROMOCIÓN

A solo dos pasos de los sueños

Elordi y Etxebarria conquistan la chapela de Promoción ante Agirre y el fuenmayorense Salaverri | Al navarro y al riojano les sobraron los errores en los momentos clave para hacerse con el triunfo en una final espesa y de desgaste

Víctor Soto

Logroño

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Domingo, 31 de marzo 2019, 14:08

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Cuando los sueños están tan cerca que se pueden tocar, duele mucho perderlos. Verlos cómo se quiebran y desaparecen. Cómo la gloria cambia de bando y se desvanece. La historia no recordará a Agirre y Salaverri, a pesar de que firmaron un tremendo Campeonato de Parejas, en el que se vistieron el maillot de la regularidad. Pero en la recta de meta, en la final, se quedaron a las puertas. Dos pasos les faltaron. Dos tantos nada más. Pero eso en pelota es un mundo.

AGIRRE SALAVERRI

20

-

22

ELORDI O. ETXEBARRIA

  • Duración 82 minutos.

  • Pelotazos 676.

  • Saques Agirre, 0; Elordi, 2.

  • Faltas Agirre, 0; Elordi, 0.

  • Ganados Agirre, 9; Salaverri, 3; Elordi, 7; Oier Etxebarria, 0.

  • Perdidos Agirre, 6; Salaverri, 9; Elordi, 3; Oier Etxebarria, 5.

  • Marcador 1-0, 1-2, 3-2, 3-6, 5-6, 5-7, 6-7, 6-8, 9-8, 9-11, 10-11, 10-12, 11-12, 11-13, 13-13, 13-16, 17-16, 17-18, 18-18, 18-19, 19-19, 19-21, 20-21 y 20-22.

  • Incidencias Casi lleno en el frontón Labrit de Pamplona.

Elordi y Oier Etxebarria se calaron las chapelas de Promoción, las que permiten seguir creciendo en el mundo de la pelota y que los técnicos apunten tu nombre y se acuerden de ti para festivales bonitos. A los finalistas les tocará seguir remando.

El encuentro del Labrit no quedará para las videotecas. Fue denso, espeso y con errores. Demasiados como para ganar, en el caso de los colorados. Agirre no rompió como es habitual en él, erró, especialmente con la dejada, una de sus jugadas preferidas, y Salaverri mandó y gozó pero sin acierto adelante no resultó suficiente. El riojano también marró pelotazos, algunos sencillos, otros con complicaciones. Pero, entre ambos, regalaron quince tantos a sus rivales. Quince sobre 22. Dos tercios del partido. Demasiado.

Los colorados regalaron una quincena de tantos pero pelearon hasta quedar sin fuerzas

Así que a Elordi, otro que apenas tuvo oportunidad de brillar, a excepción de dos bonitos ganchos y una dejadita, le bastó con no fallar. Y a Oier Etxebarria con aguantar. Era el más joven, con apenas tres meses como profesional. Pero aguantó el bombardeo del riojano, especialmente en la recta decisiva de una final larga, de desgaste, en la que se sostuvo como gato panza arriba para consagrarse como campeón. Salaverri fue mejor que él, pero no fue suficiente.

Ese temple les faltó a los colorados, demasiado presionados como para disfrutar. Eso les pesó. Y el cansancio de un partido de más de 80 minutos en el que las diferencias jamás superaron los tres tantos. Intercambios continuos, de errores y aciertos, y un juego del gato y el ratón con ligero color azul.

Al comienzo, Salaverri erró dos pelotas para el 1-2, aunque se resarció con un enorme pelotazo casi al rebote. Fue uno de los momentos en los que mostró su látigo. Le costaba coger altura y, aunque sus pelotazos corrían más que los de su rival en la zaga, Etxebarria se mantenía firme, aunque dominado.

El 3-6 encendió las alarmas para los colorados, aunque Agirre se encargó de sujetar la diferencia. Pero ayer había de cal y de arena. El navarro, por ejemplo, cometió un fallo garrafal en la dejada (6-8) pero se rehízo con otra paradita. Salaverri, con un gran pelotazo, devolvió el mando del partido a los colorados (9-8).

Desde ese momento hasta el 17-16, los azules mandaron a excepción del 13-13 y del 16-16. En ese tramo, al riojano se le escapó una pelota que golpeó en la pierna de Elordi. El vizcaíno demostró ser de otra pasta puesto que ni se inmutó. Siguió a lo suyo, aunque además del negro de la chapela durante estas semanas le acompañará un recuerdo cárdeno en su muslo.

Supieron reaccionar el navarro y el riojano para igualar a 18 y, posteriormente, a 19. Restaba el tramo final cuando en los pulmones apenas quedaba aire y el ácido láctico estaba disparado. Tocaba jugar con el corazón y ahí pudieron los pelotaris vizcaínos. Encadenó dos errores Salaverri para el 19-21 y, desde ese momento, tocaba jugar sobre el alambre. No se podía fallar y Agirre no lo hizo en una bonita y arriesgada dejada que ponía la diferencia en su mínima expresión. Los tantos se alargaban. El objetivo era no errar. Pero Agirre se la volvió a jugar, también con una cortada, y en esta ocasión falló.

El título del Parejas de Promoción viajaba a Vizcaya ante el delirio de los aficionados de la pareja azul y la decepción de riojanos y navarros. Otra vez a empezar de cero. Otra vez a pelear y a seguir soñando. Salaverri ni tendrá tiempo de pasar página. La próxima semana, en su pueblo, se juega su futuro en el Manomanista. Es momento de olvidar.

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