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Lorenzo, Rossi y Márquez, ayer durante la celebración en el podio por su victoria en el Gran Premio de Italia.
Lorenzo compite desarmado en Italia contra un gigantesco Márquez
GRAN PREMIO DE ITALIA

Lorenzo compite desarmado en Italia contra un gigantesco Márquez

Victoria del líder del Mundial, sexta en seis carreras, frente a un rival estoico pero en inferioridad mecánica

MIGUEL SESÉ

Domingo, 8 de junio 2014, 23:06

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Jorge Lorenzo consiguió en Mugello que Marc Márquez no disfrutase encima de la moto. A lomos de una Yamaha es, de largo, lo máximo que se puede conseguir delante del genio de Cervera. Y es que el Gran Premio de Italia de MotoGP dejó claras tres cosas. La primera es el extraordinario talento del ilerdense, vencedor de nuevo, sumando seis triunfos en seis carreras posibles y distanciándose a más de dos citas de ventaja respecto a sus perseguidores. La segunda es que Lorenzo puede mirarle a los ojos en el desafío de quién es el mejor piloto de la parrilla. La tercera es que el '99' necesita un cambio de aires o una evolución de la marca de los diapasones que le haga disponer de la moto competitiva que merece. Porque si enorme fue la exhibición del binomio Marc-HRC, no menos brutal fue el titánico ataque a pecho descubierto del bicampeón del mundo, luchando hasta el epílogo, con ganas de seguir tirando la moto a Marc incluso cuando ambos se fundieron en un deportivo abrazo en los boxes.

Mugello ofreció un espectáculo inenarrable en forma de competición. Andrea Iannone, que salía segundo, fue echado a patadas de los puestos delanteros por los dos grandes 'capos' del Mundial, esos que consiguen dejar al actual Valentino Rossi como testigo de excepción de sus batallas. El italiano, en su Gran Premio 300, consiguió una heroica remontada hasta la tercera plaza, por detrás de Marc y de Jorge, pero muy por delante de un Dani Pedrosa taciturno al que no termina de llegarle la oferta de renovación.

Jorge salió nervioso, al límite, e incluso superándolo, como cuando trazó por dentro de Crutchlow sin miramientos. El británico superó el susto, pero se fue al suelo poco después provocando de forma involuntaria una espantosa caída de Stefan Bradl. En el devenir de los adelantamientos a Iannone fue cuando se forjó la ventaja de Lorenzo al frente de la carrera. Poco menos de dos segundos que fueron parcialmente neutralizados en cuanto Márquez se colocó segundo. Le costó más a Rossi, pero tras medirse con éxito y superioridad a Pol Espargaró y Dovizioso, y terminar de hacerle entender a Iannone que Mugello no sería su carrera, se plantó en la tercera plaza. La sensación era que Márquez iba a por Lorenzo y Rossi a por Márquez. La realidad es que Valentino lo dio todo para morir en la orilla, y nunca tuvo opciones reales de aspirar a algo más que cerrar el cajón.

Delante, Márquez estudiaba los movimientos de Lorenzo, y a siete vueltas para el final decidió dar un paso al frente y rebasar a su némesis. A todos se nos vino a la cabeza el patrón habitual de tantas carreras y pensamos que Márc se escaparía, pero no fue así. Lorenzo dijo 'ahora o nunca' y se lanzó a una batalla a pecho descubierto, con peores armas que su adversario pero con toda la ilusión del mundo. Fueron giros de infarto. Márquez, o mejor dicho, la Honda, lo ganaba todo en aceleración, mientras que Lorenzo daba una lección de frenadas y pilotaje para igualar las cosas. Con la moto en posición vertical el '93' sacaba ventaja, con ella inclinada era el '99' el que daba réplica de forma asombrosa. «Es impresionante cómo pilota en el límite de las gomas», confesó admirado tras la carrera el inmaculado líder de la general.

El guión fue suficiente para llevar viva la carrera hasta la última vuelta. Márquez apretó los dientes, se puso primero, cómo no, tras la recta, y tiró con el alma. Meritorio también lo suyo. Lejos de pensar en el Mundial, aceptó el desafío y salió vencedor. Seis triunfos en seis carreras, 150 puntos y el Mundial sentenciado gracias a su pilotaje y su equipo. Es más, desde que está en MotoGP Márquez ha ganado la mitad de las carreras que ha disputado y su índice de podios se eleva hasta el 92%. Lorenzo, por fin el gran Jorge Lorenzo, fue capaz de llevarlo al límite, y Rossi consiguió subirse al podio para celebrar sus guarismos. Pedrosa, cuarto, sigue esperando que los demás fallen, la táctica fallida de siempre.

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