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Márquez y Lorenzo, en el único momento juntos de la prueba
Márquez gana antes de empezar
Motociclismo | GP de Las Américas

Márquez gana antes de empezar

Lorenzo se autoeliminó en la salida del GP de Las Américas y el de Cervera venció con comodidad por delante de Pedrosa.

Miguel Sesé

Domingo, 13 de abril 2014, 19:34

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Marc Márquez y su HRC se quedan sin rivales a pesar de que apenas llevamos dos pruebas en el campeonato. La superioridad del piloto sobre Pedrosa, su compañero, y la de la montura de ambos respecto al resto de escuderías quedó perfectamente plasmada en el GP de Las Américas, en el que hicieron un doblete insufrible para el espectáculo pero glorioso para Nakamoto y su séquito. El acompañante en el podio fue Andrea Dovizioso.

Jorge Lorenzo era la única esperanza de que la carrera de MotoGP no se convirtiera en un monólogo soporífero, y sin embargo no aguantó ni a que el semáforo se pusiera en verde. En un error colosal, fruto de los nervios del que sabe que tiene que darlo todo desde la primera milésima para tener alguna opción, el bicampeón del mundo se saltó la salida, echando al traste cualquier opción que no fuera arañar algún punto. Cumplió el Ride Through en el primer giro y al volver a pista remontó desde la última hasta la décima posición.Qué le pasa a Jorge es la gran pregunta del arranque del Mundial, y tiene diferentes respuestas. La primera es obvia, y no es otra que su moto, a años luz del nivel de las máquinas aladas del garaje de Nakamoto. Otra es más compleja y relativa a la constante guerra que tiene distraido al bicampeón, encelado en defender al triple diapasón y buscar fantasmas en el reglamento, los jueces, los neumáticos y cualquier explicación externa de un problema claramente interno. Dos pifias arrancando un año son algo atípico. Que ambos sean por errores suyos denota un clarísimo exceso de celo. Porque los fallos de Lorenzo responden al ansia de quien quiere dejarse el alma para defender el honor de una marca incapaz de proporcionarle el material que sin duda merece. Perdió la rueda delantera en Catar cuando, yendo primero, tiraba como un poseso, y en Austin se escapó en la salida por la imperiosa necesidad de ponerse por delante o ver cómo sus rivales se marchaban sin capacidad de respuesta. El 99, en su último año de contrato, está completamente desesperado, nervioso y desconcentrado, y eso que apenas estamos a mediados del mes de abril. A su lado, Valentino Rossi es la muestra más clara del quiero y no puedo. Lo intenta, o eso parece, pero no tiene gasolina. Comparte buena parte de los problemas de Jorge, pero además le acompaña una alarmante falta de hambre. Está de vuelta desde que firmó por dos temporadas con Ducati, y sus visitas al podio son excepcionales. Ayer en el circuito texano hizo soñar a su legión de fans con un nuevo cajón, pero a mitad de carrera cortó gas de forma dramática, perdiéndose ninguneado en la parte media de la clasificación. Hubo otro desmayo súbito, de otro italiano, Andrea Iannone, que apuntaba al podio y se quedó compuesto. El piloto de Pramac probablemente fue el primero en padecer el corte de gasolina de las motos Open con el fin de garantizar que tengan combustible suficiente hasta la bandera de cuadros. El doble desfallecimiento dejó la pelea por el podio entre Dovizioso y Bradl, siendo el primero de ellos quien se llevó el gato al agua.

HRC corre solo

¿Y por delante? Márquez se puso primero y tiró con la comodidad de quien sabe que tiene la mejor montura, a su máximo rival eliminado y a su compañero acomplejado. Cuando Dani apretaba los dientes Marc giraba el puño derecho y se acababa el problema. Décima a décima los dos le metieron un cuarto de circuito al tercero. Entre bostezos, el 93 iba devorando kilómetros en el mismo circuito que le coronó por primera vez. Sólo un susto provocado por él mismo, en la última curva de la carrera, aceleró mínimamente el pulso de los aficionados. Le ocurrió por rodar despacio, una palabra que no existe en el vocabulario del de Cervera. «Se lo dedico a los aficionados», expresó entre sobrado y divertido en los micrófonos de televisión. Pedrosa, por su parte, se conformó con lo habitual, seguir sumando sin hacer ruido y confiar en que, por una vez, el tiempo corra a su favor y no en contra. Difícil teniendo en cuenta que comparte colores con un caníbal inclemente y que se divierte pasando por encima de los oponentes.

El problema, además de Yamaha, comienza a tenerlo Dorna, que teme un campeonato poco más que monomarca debido a lo estricto del reglamento ante la posible evolución de las motos de fábrica. Con Lorenzo anclado en una desventaja de 44 puntos y una moto que no corre, la alternativa Open se dibuja en el horizonte como la principal animadora del campeonato. Lejos, eso sí, de las HRC de Márquez y Pedrosa, que marchan como cañones hacia un doblete en un campeonato en el que, en apenas dos carreras, se han quedado prácticamente sin rivales. Habrá circuitos engañosos, pero salvo lesiones indeseadas, la pauta está marcada y se viste con los colores de Repsol.

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