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Ricciardo se aprovecha del duelo en Mercedes

El australiano pesca en el río revuelto de la escudería británica y un decepcionado Alonso acaba séptimo

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Domingo, 31 de agosto 2014, 23:38

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A Daniel Ricciardo se le está poniendo cara de Kimi Räikkönen en el 2007. El australiano sumó ayer su tercera victoria de la temporada, por delante de Nico Rosberg y de Valtteri Bottas. La carrera del australiano dependió notablemente por lo ocurrido en Mercedes, cuya guerra fría se está calentando carrera a carrera.

Y es que la prueba de Spa estuvo marcada por lo ocurrido en la segunda vuelta, cuando Rosberg tocó con su alerón delantero en la rueda trasera izquierda de Hamilton y provocó el pinchazo de este. Adiós a las opciones del británico, y hola a los ríos de tinta que va a generar una nueva polémica.

Bastaron dos vueltas desde la salida para que se viera el que posiblemente sea uno de los grandes incidentes de la temporada. Había salido Hamilton mejor que Rosberg, con Vettel como invitado entre ambos. Hamilton tomó la delantera y Rosberg creyó que iba a achantarle enseñándole la rueda. Grave error. No por creer que podía amedrentar a Hamilton, sino porque directamente dio el giro de volante demasiado pronto y con su alerón delantero impactó sobre el neumático trasero izquierdo de su compañero.

El resultado fue un Lewis que por tercera carrera este año se veía obligado a remontar por causas ajenas a él. La carrera para el campeón del mundo del 2008 quedó destrozada, ya que en el rato que estuvo en pista con el neumático destrozado, también rompió todo el fondo plano.

Durante toda la carrera, y hasta que finalmente abandonó, peleó casi de manera literal para controlar su monoplaza. Hamilton acabó suplicando clemencia a su equipo, y aunque los responsables de Mercedes primero se la negaron, finalmente le permitieron abandonar cuando apenas faltaban cuatro vueltas para el final. Se viene una tormenta en Mercedes, ya que los responsables de la escudería señalaron directamente a Rosberg. «Tenemos una regla: no se pueden chocar el uno contra el otro. Inaceptable carrera, inaceptable resultado. La batalla es justo lo que no queremos que ocurra», declaró Toto Wolff, director de Mercedes.

Rosberg tampoco tuvo una carrera fácil. En el toque vio afectado su alerón delantero, que tuvo que cambiar, y después no encontró el ritmo para alcanzar a Ricciardo. Por si fuera poco, fue el protagonista de la imagen más surrealista de la carrera: un cordel de la rueda pinchada de Hamilton acabó enganchada en la parte frontal de su Mercedes, golpeándole en la cara. Tuvo que soltar el volante y sujetar esa suerte de 'serpentina' por debajo de sus piernas para que no le molestase. En definitiva: una carrera para olvidar de Rosberg, que acabó abucheado por el público. El que no falló fue Ricciardo. El australiano aprovechó el derrumbe de Mercedes para auparse en la primera posición.

La pelea interna de Alonso

La carrera comenzó con un susto para Alonso. Los mecánicos de Ferrari se quedaron más tiempo del permitido en la pista debido a que el F14-T no arrancaba, mientras el resto de pilotos salían a hacer su vuelta de formación. El español fue castigado con cinco segundos de penalización. Su salida no fue excepcional, y aunque hubo momentos en los que parecía que podía engancharse al podio, finalmente se vio luchando por el quinto o el sexto puesto. Kevin Magnussen fue su pareja de baile, aunque la danza fue antológica. El novato de McLaren mostró garra, tanta, que sacó de pista al asturiano y los comisarios acabaron por castigarle con 20 segundos finalizada la carrera. Aunque entraron sexto el danés y octavo el español, la FIA subió al séptimo al asturiano.

Fernando Alonso: «No ha salido nada a derechas»Fernando Alonso finalizó enfadado. Salió cuarto, con opciones de podio, pero antes de la salida ya tuvo problemas. Sus mecánicos no se retiraron a tiempo porque había un avería en su F14-T y le castigaron con una sanción de cinco segundos en 'boxes'. Por si fuera poco, se encontró con un Kevin Magnussen que fue una pesadilla. Mientras tanto, su compañero Kimi Räikkönen acabó cuarto. A todo esto hay que añadir los problemas endémicos de su monoplaza. Alonso lo dijo muy claro: «El coche no se ponía en marcha, tuvieron que poner una batería extra para arrancarlo. Estaba como sin corriente. Hoy no ha salido nada a derechas».

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