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Fernando Alonso y su compañero Jordan Taylor, del equipo Konica Minolta Cadillac, celebran la victoria ayer, en Daytona Beach, Florida. :: efe / gerardo mora
Alonso hace más grande su leyenda

Alonso hace más grande su leyenda

El protagonismo del asturiano fue absoluto en la victoria del equipo Wayne Taylor Racing en una edición marcada por la lluvia

D. S. DE CASTRO

Miércoles, 6 de febrero 2019, 17:30

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Gijón. Fernando Alonso, Jordan Taylor, Kamui Kobayashi y Renge Van der Zande se proclamaron ayer campeones de las 24 horas de Daytona 2019. El equipo Wayne Taylor Racing vio premiada así su apuesta por un piloto como el asturiano, que demostró que en un año en la Resistencia se ha convertido en uno de los mejores de la disciplina, sin paliativos. En los tres relevos en los que participó, consiguió ponerse primero. Fue el líder indiscutible, si bien no el que marcó la vuelta rápida (fue Kamui Kobayashi), con tres actuaciones críticas, en las que tuvo que gestionar el tráfico, la noche, la lluvia y las dificultades incluso tras dos largos parones en pista por sendas banderas rojas.

Alonso arrancó su participación en las 24 horas de Daytona en torno a las 22.30 de la noche del sábado, hora española. Antes le había tocado el turno a Jordan Taylor, el veterano líder del equipo, pero no tuvo un arranque fácil. El Cadillac 10, como confesaron luego, tuvo algunos problemas en la telemetría y, además, mostró unas ciertas carencias en condiciones de temperaturas más altas.

No obstante, en cuanto Alonso se subió al coche y se bajó la visera, demostró por qué es uno de los más grandes del automovilismo, especialmente fuera de la Fórmula 1. Cuando el español cogió el volante del Cadillac, ocupaba la 9ª posición. 94 vueltas, 2 horas, 50 minutos y 16 segundos después, se bajó dejando el prototipo del Wayne Taylor Racing en primera posición y 20 segundos de ventaja. La superioridad mostrada por Alonso, a un ritmo de más de dos segundos por vuelta con respecto a sus rivales, fue letal.

Pasó por encima de tres banderas amarillas, varios sustos y un memorable duelo con todo un Helio Castroneves, que también será uno de sus rivales más peligrosos en mayo cuando se reencuentren en Indianápolis. «El tal Alonso este parece que va bien», tuiteaba, con cierta ironía y su habitual socarronería Jordan Taylor.

El temido 'Balance of Performance' que tanto les perjudicó en la clasificación se minimizó en una carrera con bajas temperaturas. La actuación del asturiano fue brillante, pero no lo fue menos el rendimiento de un coche que describió de una manera muy sencilla: «el coche iba bien, y el balance es bueno». Cuando se bajó de su primer relevo, rondaba la media noche en España. El aplauso que le dedicaron los suyos en el 'box' del Wayne Taylor Racing aún resuena. No obstante, advertía: quedaba mucha carrera.

Y bien lo dejó claro lo que le ocurrió a Mazda. Los grandes dominadores de los entrenamientos vieron cómo sus opciones se esfumaban en apenas cinco minutos. Primero, el 55 se metió en los garajes con una avería (acabaría abandonando), y después el 77, el que había batido el récord vigente desde 1993 y la pole, echaba a arder. Timo Bernhard, un piloto que sabe lo que es ganar las 24 horas de Le Mans, se desesperaba. Es la crueldad de la resistencia.

Cuestión de clase

Si en su primer relevo, Alonso se ganó los elogios, en su segunda aparición en pista, dos relevos después, hizo levantarse a todos los presentes del asiento. Alonso empezó su segundo relevo justo antes de que la lluvia, y ahí la moneda salió cruz. El equipo aprovechó el relevo para montar neumáticos nuevos, pero puso de seco. Felipe Nasr, su rival, montó de agua. El asturiano se vio obligado a volver a entrar, montar neumáticos de lluvia y salir a jugársela en pista. Y vaya si le salió: primero Dane Cameron y después Ricky Taylor cayeron bajo el puño de Alonso. A ambos les levantó la posición en la frenada del Bus Stop, justo antes de la entrada a la variante tras el óvalo.

De noche y con la pista mojada, Alonso empezó a volar para escaparse al frente del pelotón a un ritmo de más de dos segundos por vuelta, lo que acabó de hundir las opciones de los Acura y dejó sólo al Whelen Engineering Racing como única opción.

Tras una carrera razonablemente tranquila como la que hubo en 2018, en la que sólo hubo 4 momentos de Full Course Yellow, la edición 2019 se cerró con más de 15 y tres banderas rojas. La última fue determinante, ya que pilló a Fernando Alonso líder y le obligó a una tensa espera que se alargó más de lo previsto.

Hasta el punto de que la carrera, oficialmente, no tuvo 24 horas, sino 23 y 50 minutos. Esta decisión la conoció Alonso junto a sus compañeros en el muro del Wayne Taylor Racing, ya que era donde tuvieron que esperar durante más de una hora hasta que la organización decidiese convertir la suspensión parcial en una finalización total. Victoria.

Alonso entra así en el selecto club de pilotos de F1 que han ganado la 'Rolex 24'. Además, es el primer campeón del mundo de F1 que logra la victoria aquí, ya que ninguno de sus precedentes se habían alzado con el título en el Gran Circo.

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