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El entrenador de la selección española, Luis Enrique, durante el partido ante Gales. :: ReuterS
Una España sin mácula, coral y goleadora
UEFA LIGA DE LAS NACIONES

Una España sin mácula, coral y goleadora

La etapa de Luis Enrique ha comenzado con grandes partidos, descubrimientos y recuperaciones

JOSÉ MANUEL ANDRÉS

Jueves, 1 de enero 1970

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Madrid. Luis Enrique parece haber caído con buen pie en el banquillo de la selección. A los temores derivados de un carácter complejo y una relación tormentosa con la prensa durante su etapa en el Barça el técnico asturiano ha respondido con victorias, muchos goles, la consolidación de nuevos e ilusionantes mimbres y la recuperación casi milagrosa de algunos futbolistas que ya parecían perdidos para la causa.

Tras el debut con victoria en Wembley han llegado una goleada a Croacia, la subcampeona mundial, y otra victoria contundente en Gales. Con el primer puesto de su grupo de la Liga de Naciones prácticamente encarrilado las dudas iniciales y el pesimismo tras la decepción del Mundial de Rusia parecen haber quedado en el olvido. En total, un balance de tres victorias con doce goles a favor y apenas dos en contra. De los últimos diez seleccionadores, sólo Del Bosque hizo pleno en sus tres primeros partidos.

A esa docena de goles han contribuido siete jugadores diferentes: Alcácer, Rodrigo, Saúl Ñíguez y Ramos por partida doble y Asensio, Isco y Bartra, además del gol en propia puerta del croata Kalinic. Una exhibición de capacidad goleadora en todas las líneas que demuestra lo coral de esta nueva selección, que destaca además por su juventud. Más allá de la experiencia de Ramos y Busquets, que acumulan 159 y 109 internacionalidades, y un segundo grupo formado por jugadores como De Gea o Thiago -con un historial de presencias superior a la treintena-, los jóvenes Asensio, Saúl, Rodri, Ceballos, Kepa, Marcos Alonso, Gayá o Suso comienzan a consolidarse de la mano de Luis Enrique, que ha recuperado además a futbolistas como Albiol, Morata o Alcácer, que llevaban largos periodos de tiempo fuera de la selección.

Una de las grandes noticias de la era Luis Enrique está en el centro del campo, esa zona donde España construyó su grandeza. A la irrupción de Saúl como un mediocentro todoterreno y llegador se ha unido ahora la agradable sorpresa de Rodri. El despliegue físico y táctico, la personalidad y la efectividad en el pase del pivote del Atlético hacen pensar que por fin se perfila en el horizonte un sustituto de garantías para Busquets, cuya ausencia era hasta ahora una ecuación irresoluble cuando el futbolista del Barça supera la treintena.

Por delante de esta línea de mediocampistas también aparece una nueva generación de mediapuntas e interiores para tratar de paliar el enorme vacío dejado tras el adiós de Iniesta y Silva este verano. Hombres como Asensio e Isco -ausente de esta segunda convocatoria por una operación de apendicitis- ya han marcado y Ceballos ha tomado la alternativa con debut y dos partidos completos ante Croacia y Gales. En la portería, las críticas a De Gea por su actuación mundialista son cosa del pasado. El guardameta del United ha capeado el temporal con buenas actuaciones y Kepa también dispuso de minutos ante Gales. Mientras, en la zaga el capitán Ramos es intocable y goza de un amplio abanico de posibles acompañantes con Nacho, Albiol o Bartra tras la marcha de Piqué. Por último, en la delantera han surgido variantes inesperadas en las figuras de Morata y especialmente Alcácer, que regresó a la selección dos años y medio después con un doblete. Por su parte, Rodrigo Moreno firmó sendos goles en los dos partidos de la Liga de Naciones.

Alba e Íñigo Martínez

En resumen, una balsa de aceite para Luis Enrique, que sólo ha tenido que lidiar con dos asuntos negativos. Por un lado la discutida ausencia de Jordi Alba de las convocatorias y por otro, el malentendido respecto a Íñigo Martínez. El defensa del Athletic no fue convocado hace una semana por una lesión que no le impidió finalmente jugar el derbi ante la Real y ser convocado posteriormente por la selección autonómica vasca, algo que generó suspicacias de todo tipo.

No obstante, los propios servicios médicos de la selección española explicaron que se había tratado de un malentendido, ya que los plazos de la lesión finalmente se habían acortado, algo de lo que no tuvieron conocimiento a tiempo. Dos pequeñas rachas de viento en contra que en ningún caso alteran el rumbo firme de un barco que afronta el lunes ante Inglaterra la posibilidad de cerrar virtual e incluso matemáticamente el billete para la final a cuatro de la Liga de Naciones.

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