Mucho por construir en España

Ha habido poca autocrítica en medio de una situación con sentimientos a flor de piel y comentarios tremendistas. «Si comparamos a esta selección con la de Xavi e Iniesta saldremos perdiendo», dijo Saúl antes de Bosnia. España, que será cabeza de serie en el sorteo para la Euro 2020 del 2 de diciembre, tiene mucho por mejorar antes de empezar la fase de clasificación en marzo.

En Wembley y en Elche no todo funcionó bien, pero los resultados eclipsaron esos análisis. Algunos errores se repitieron y fueron aprovechados por Inglaterra y Croacia. El equipo no supo optimizar sus virtudes y su apuesta por el vértigo e intercambio de golpes le obliga a tener más futbolistas decisivos de cara al gol. Hay buen nivel de delanteros, aunque algunos no viven su mejor momento de forma y otros (como Alcácer o Costa) no han estado en la última lista. Quizá por eso parezca más prioritario encontrar fortaleza atrás. «Estamos en proceso de crecer, de probar y ver jóvenes para la próxima Euro. El objetivo está intacto», dice Luis Enrique, que ha usado 32 jugadores de los 74 que tiene «en el radar». Lleva seis onces distintos.

Muchas de ellas son para David de Gea, en la diana por sus actuaciones desde el Mundial. El segundo gol encajado en Zagreb provocó muchos comentarios, algunos indignos e irrespetuosos, lo que para Luis Enrique resulta «injusto», al punto que considera «curiosa» la polémica porque se pide que juegue un portero que no está citado (Casillas) y que ya fue descartado para el puesto de titular por los últimos tres seleccionadores.

«Las criticas han de ser para todo el equipo y para el entrenador. Cuando ya son generalizadas hacia una sola persona siempre las considero muy injustas, es un deporte colectivo. Un gol no es culpa sólo del portero», reconoce el técnico, que ya se verá si le mantiene en marzo. «No voy a pronunciarme sobre mis preferencias, mis actos hablarán más que mis palabras», vaticinó.

«Cuando se mete tanta caña a un jugador nos afecta a todos. David es de los mejores del mundo y lo ha demostrado», avisó Saúl.

Y es que España encaja mucho. Los nombres de la defensa se han volteado tanto que es difícil reconocerla, aunque en buena forma se supone que Carvajal, Ramos y Alba deberían estar en el once. Ha probado seis acompañantes del capitán y ninguno parece haberse ganado el puesto de forma clara. «Dudo que encuentre una línea defensiva y que juegue siempre, porque el día que falten uno o dos, ¿qué hago? ¿me pongo a rezar?», ironizó. Si en Sevilla no supo frenar el juego entre líneas de Kane y las apariciones por banda de los extremos, Luis Enrique cambió en Zagreb tres hombres en defensa. Sólo se mantuvo Ramos, que jugó con molestias y regresó en vuelo privado, pero encajó otros tres goles tras varios errores graves.

Si se quiere hacer del vértigo una virtud se necesita más solidez, un sistema que le aporte más equilibrio que el 4-3-3. Aunque Luis Enrique dice que se lo plantea, por el momento no ha probado a Rodri junto a Busquets, que cada vez parece más incapaz de sujetar todo el centro solo. Ceballos, de lo mejor, sufre como Saúl en las transiciones defensivas si debe llegar tan arriba. Isco baja a ayudar a sacar el balón, pero no tiene condiciones para ese trabajo defensivo.

Muchos recuerdan al técnico por su etapa en Barcelona, pero en Vigo, Roma y con el filial azulgrana ya se dieron partidos locos en los que la victoria no siempre cayó de su lado. Cuando tuvo arietes decisivos (Messi, Luis Suárez o Neymar) esos duelos agitados terminaron con sonrisa, pero no siempre fue así. 17 goles en seis partidos no es un mal registro, pero se han fallado muchas ocasiones. Al punto que el máximo anotador es Ramos, lanzador de penaltis. No se entendió la ausencia de Alcácer, que marcó tres goles en octubre.

Robert Prosinecki, seleccionador de Bosnia y buen amigo de Luis Enrique, considera que «España llegará al nivel que estaba». El seleccionador español lo cree, pero avisa: «El presente podía ser más negro, seguro. Siempre puede ser peor».