El Náxara no levanta cabeza y cae víctima de un error defensivo

La primera mitad estuvo dominada por los blanquiazules, aunque sus llegadas al área rival carecían de peligro. Muchas imprecisiones en los pases, lo que facilitaba el trabajo defensivo de los navarros, que dispusieron un entramado que hacía muy difícil el trabajo ofensivo de los locales. Por si fuera poco, los rojillos del Ardoi aprovechaban bien los robos de balón para tratar de montar contragolpes que les permitieran llegar al área rival. Por fortuna para los najerinos, tampoco se mostraban muy peligrosos en la faceta atacante.

Hasta el minuto 25 no llegó el primer disparo a puerta y fue a cargo de los locales. Pablo remató de volea un centro de Joseba y el cuero se marcho muy alto. La réplica vino de las botas de Ezkiaga que también envió el balón a las nubes. Pero, cerca ya del final de los primeros 45 minutos, Nika fallaba dentro del área en el despeje de un balón que venía llovido y Arizcuren, a su lado, no desaprovechaba la ocasión para lanzar un chut cruzado y batir a Fermín. Otra vez había que nadar contra corriente.

Tras la vuelta de vestuarios los navarros salieron crecidos y, nada más sacar del centro del campo, montaron un ataque que concluyó en córner. Fermín, en una gran intervención, despejó a ras de suelo un remate de cabeza de Arizcuren. Sin embargo, los blanquiazules reaccionaron y, con más voluntad que acierto, volvieron a dominar con más intensidad el duelo. Orodea remató de cabeza ligeramente desviado y, poco más tarde, un remate de cabeza de Javi Martínez se fue al larguero.

Acto seguido, fruto de adelantar líneas por parte local, un contragolpe de los rojillos tuvo que ser resuelto milagrosamente por Nika, adelantándose a Madariaga que estaba a punto de hacer el segundo. Unos minutos más tarde, el meta visitante sacaba de la línea de gol un remate de cabeza a bocajarro por parte de Orodea a centro de Javi Martínez.

Los locales no cejaban en su empeño de buscar al menos la igualada, pero eso hacía que sus ataques fuesen cada vez más precipitados e imprecisos, a lo que había que sumar el cierre defensivo que sus rivales habían dispuesto, no exento de un dispositivo de contragolpe que dio más de un susto. El último intento para conseguir la igualada salió de las botas de Joseba, pero su disparo se fue ligeramente desviado.

Los de Rubén Sáenz dieron muestras de encontrarse muy presionados, lo que les lleva a cometer muchos fallos en los pases, con lo que no logran hilar jugadas que sirvan para superar las líneas defensivas rivales. Acaban optando por los balones largos que resultan más sencillos de defender por sus contrarios. Eso sí, es preciso reconocer que los blanquiazules se dejaron la piel en el campo, luchando hasta la extenuación para evitar la derrota.

Enfrente tuvieron a un equipo que, sin alardes técnicos, peleó lo indecible para tratar de sacar un resultado positivo y lo logró.