La mejor forma, o casi, de celebrar el gol 750

Si el gol es la suerte suprema en el mundo del fútbol, el olímpico, por su belleza y dificultad, alcanza un rango superior, aunque su valor es idéntico al de cualquier otro tipo de remate. Precisamente, el pasado 2 de octubre se celebraron los 100 años del primer gol olímpico, aquel que logro el argentino Cesáreo Onzari en un partido, amistoso, entre la albiceleste y Uruguay, que aquel verano había ganado la medalla de oro en París 1924. De ahí lo de olímpíco. Fue uno de sus cinco goles en los catorce partidos que jugó con Argentina.

Ahora bien, fueron necesarios que pasaran 88 años para ver un gol olímpico, en unos Juegos. Sucedió en Londres 2012 con Megan Rapinoe como protagonista. Marcó a Canadá y el balón entró por el primer palo y pasó por debajo de las piernas de una rival. Y la estadounidense repetiría en Tokio 2021. Más limpio.

El gol de Iñaki no es solo de Iñaki, aunque es el principal protagonista con un actor secundario de lujo como es Andrei Lupu. El comportamiento del delantero paso desapercibido en la jugada, sobre todo para el árbitro, por la rapidez de la misma, pero también por la cantidad de jugadores que se encuentran dentro del área pequeña. Hasta seis más el Swiderski.

Nájera y Lupu, con sus respectivas marcas, son los más próximos al portero canadiense, que había colocado un jugador en el primer palo. Madrazo ocupa el segundo palo. A medida que el balón avanza desde la esquina, Monreal y su marca también pugnan dentro del área pequeña. El balón de Iñaki se queda un poco corto y Swiderski da un paso hacia el primer palo en busca de él acompañado por Lupu. Yla acción del atacante es fundamental ya que are su brazo izquierdo y molesta lo justo al cancerbero para que no acierte a despejarlo. El esférico le supera y entra en la portería después de botar.

Con el paso de los años se hablará mucho más de ese gol y menos del frustrante empate firmado. Uno más.