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Bijimine observa a un jugador del Valladolid en un partido con el Córdoba, en Segunda. :: l.o.f.
La torre francesa

La torre francesa

La UDL incorpora al centro de su zaga a Jonathan Bijimine

M.G.

LOGROÑO.

Viernes, 27 de julio 2018, 21:33

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La Unión Deportiva Logroñés ha culminado su renovación en todos los sentidos. De nombres, de experiencia y de envergadura, sobre todo de envergadura. El fichaje de Jonathan Kabasele Bijimine (Amiens, 9/7/1994) ha cerrado, prácticamente, la plantilla. Desde luego, cierra la nómina de dieciséis futbolistas mayores de 23 años con los que puede contar. Bijimine es el decimosexto y con él llega a Logroño un defensa central de 191 centímetros de altura que ha jugado en el fútbol profesional español, pero que ha experimentado el nivel de las ligas francesa, italiana, griega y checa. Y todo ello con 24 años recién cumplidos.

La contratación de Bijimine por una temporada ha llegado por sorpresa, aunque la entidad había centrado sus esfuerzos en reforzar un centro de la defensa que sólo contaba con César Caneda y Mikel Santamaría. Sólo en número, pues en experiencia representan mucho más. El galo aportará mucha envergadura, juventud y competitividad.

LA FICHA

  • uNombre Jonathan Kabasele Bijimine.

  • uNacimiento 9/7/1994.

  • uLugar Amiens (Francia).

  • uPosición Defensa central.

  • uTalla/peso 1.91 m./88 kgrs.

  • uTrayectoria Barletta y Perugia (2013/14), Córdoba (2014/2017), Apollon (Grecia) y Fastav (República Checa) (2017/18).

  • uContrato 1 temporada.

Bijimine dispone de pasaporte francés, pero es internacional con Congo. Nacido en Amiens, no olvida sus orígenes, si bien sus 24 años le han dado para vivir muchas experiencias. Formado en el Sedan Ardennes, al norte de Francia, con 19 años hizo las maletas para enrolarse en el Barletta, a orillas del Adriático. De la quinta categoría italiana pasó ese mismo año al Perugia, de la Serie B, pero fue en Córdoba donde despuntó.

A la ciudad andaluza llegó con la etiqueta de centrocampista, pero en el Arcángel se transformó en defensa central. Su físico respondía. En sus tres años en el conjunto verdiblanco conoció desde Tercera a Primera División, pero fue en Segunda B donde adquirió experiencia. Veintinueve partidos en la primera de sus tres campañas y debut en Primera. El Córdoba estaba descendido y su entrenador, José Antonio Romero, le premió con 45 minutos en Ipurúa. Romero hacía ese regalo a un jugador al que había dirigido en el filial.

Dos años más en el Córdoba, pero en Segunda División, le sirvieron para sumar 32 partidos (24 de ellos en su última campaña) y adquirir mucha más experiencia. Dentro y fuera del campo, porque protagonizó un pequeño altercado al dar positivo en un control de alcoholemia. Errores propios de la juventud.

Su adiós a Córdoba, su segunda casa desde que salió de Francia, supuso abrir los ojos al fútbol griego. De Segunda División a Primera, de la mano del Apollon Smyrnis. Seis meses y trece partidos. Una nueva experiencia, aunque efímera en un club que estrenaba categoría. Con las maletas sin deshacer se trasladó y dejó Atenas para instalarse en Zlin, ciudad checa al norte de Viena. El Fastav, conjunto de Primera que el próximo año cumplirá 100 años, era su nueva parada. Once partidos en el segunda tramo de Liga y de nuevo mudanza. Doce meses en Logroño. De momento.

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