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Ñoño celebra su gol en la tarde de ayer ante la seriedad de Iván Crespo, portero del Racing. :: sonia tercero
Regalo anticipado
UD Logroñés

Regalo anticipado

La UD Logroñés gana al Racing con un gol de Ñoño tras un partido de más trabajo y sacrificio que de brillantez

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Domingo, 13 de enero 2019, 00:06

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En estas tierras la ilusión tiene dos fechas señaladas en el calendario. La primera, el 22 de diciembre, suele convertirse en el Día de la Salud; la segunda, el 6 de enero, no renuncia a la ilusión del niño que todos llevamos dentro. Ayer, ésta era doble. Por la mañana, Las Gaunas se llenó para ver llegar a los Reyes Magos; por la tarde, no se llenó, pero los Reyes Magos regresaron al escenario para dejar un regalo antes de tiempo: el triunfo de la UDL. Sobre el líder, sobre ese equipo que sólo había perdido un partido en dieciocho compromisos. El gol de Ñoño, amparado en la fe, la fortuna y la definición es para los blanquirrojos mucho más que oro, incienso y mirra. Les da vida.

UD Logroñés

Miguel, Iglesias, Caneda, Bobadilla, Flaño, Remón, Carles Salvador, Rubén Martínez, Rayco (Andy, m. 33), Ñoño (Santos, m. 67) y Víctor López (Ander Vitoria, m. 83)

1

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0

Racing Santander

Iván Crespo, Aitor, Olartua (Rivero, m. 85), Gil, Castañeda, Sergio Ruiz, De Vicente (Segovia, m. 69), Cayarga (César Díaz, m. 69), Noguera, Enzo y Jon Ander

  • Goles 1-0, m. 57. Ñoño aprovecha un mal despeje de Olaortua, encara a Iván Crespo y le superar de disparo raso.

  • Árbitro Velasco Arbaiza. Colegio Vasco. Ayudado por Aostri y Barrio. Amonestó a los locales Iglesias y Flaño; y al visitante Enzo.

  • Incidencias Municipal de Las Gaunas. Melchor, Gaspar y Baltasar, los Reyes Magos, hicieron el saque de honor en el descanso. 3.600 espectadores, con 350 racinguistas.

Si algo le podía pasar en este semestre a la UDL, le ha pasado. De todo y a casi todos sus jugadores. Los riojanos se presentaban a su cita con el Racing sin un delantero puro, pues Vitoria estaba bajo mínimos y Marcos André adelantó su vuelta a las citaciones. Pesimismo por la intimidación de un rival que suma 41 puntos y que no practica el verbo perder. Para colmo de males, Rayco se retiraba lesionado pasada la media hora. Otra lesión más.

Sergio Rodríguez planteó un partido de batalla. Era consciente de que la victoria se construía desde la trinchera defensiva (a ser posible lejana a su portería) desde la solidaridad, desde el todos a una. Y así fue porque el Racing creció con el paso de los minutos. Más calidad, más balón, más movilidad... más dinero. A pesar de ese escenario, la UD Logroñés pudo cumplir su primer cuarto de hora con un 2-0 en el marcador si Víctor, ese falso nueve fiel a su técnico y disciplinado en la tarea, hubiera sido más pillo. Por dos veces encaró a Iván Crespo. Ambas ocasiones se las generó él, pero también las desperdició. El fracaso forma parte del éxito y su gol llegará.

Víctor, de nueve, fue la gran novedad de la UDL. Pudo marcar por dos veces el riojano

El escenario pudo cambiar de un plumazo, pero no lo hizo. Aun así, Miguel Martínez era un espectador más. La UDL cerraba espacios a su adversario. Líneas juntas y basculando con precisión. Alternaba la espera con la presión alta. Buscada desconcertar, pero necesitaba tiempo y mantener la portería a cero. Difícil labor, pero era el día de la ilusión, de la magia que acompaña a Melchor, Gaspar y Baltasar. Ahora bien, la magia es universal y al truco de Noguera para plantarse en el área y disparar al primer palo respondió Miguel con sus guantes. Primer y casi único aviso del Racing.

Sin embargo, hay ocasiones en las que la magia no sale, se ve el truco. El mago no es el mejor. El Racing coqueteó con el error. Hubo un tiempo en el que la UD Logroñés jugaba muy cerca de Miguel en su afán de mantener la posesión. Con el paso de los días aprendió a ser más directa o contundente en ocasiones. Crespo abroncó a sus compañeros tras un despiste defensivo que solventó Sergio Ruiz, pero minutos después ambos quisieron rizar el rizo en una salida de balón que a punto estuvo de acabar en las redes cántabras. Al Racing le gustaba ese juego. La UD Logroñés seguía en el suyo. Trabajo, disciplina, generosidad y solidaridad. Cada uno sabía lo que debía hacer. Ni un mal gesto. Todos al mismo ritmo.

No se sentía a gusto el Racing. No sabía cómo arrebatar el regalo a su adversario. La UDL mantenía su alternancia en la presión alta. En una de esas salidas, De Vicente dejó un arriesgado balón a Olaortua en el carril central, sobre la línea de tres cuartos defensiva. Ñoño y Víctor vieron que la presa era real y se lanzaron sobre ella. Ñoño se hizo con el balón, con fortuna, encaró a Crespo y le superó con un disparo raso a la derecha del portero, que se había vencido a la izquierda. Gol. El posible carbón se había convertido en oro por la magia de un gaditano que el año pasado marcó los dos goles del triunfo al mismo rival y en el mismo escenario.

Sin embargo, la UDL debía sufrir para disfrutar del regalo. Más de treinta minutos de angustia. El Racing no estaba dispuesto a darse por vencido a pesar de su notable renta en la tabla. «El resultado es malo», sentenció Iván Ania, su técnico, en rueda de prensa. Lo era. Deportiva y anímicamente, porque aunque Segovia pudo empatar poco después si no hubiera estado Miguel. El Racing no pensaba en perder en Logroño. La UDL sí creía en ganar. Lo logró en una tarde de magia táctica no exenta de un golpe de fortuna. Los Reyes sorprendieron en Las Gaunas con su presencia y la UDL sorprendió al rey de la categoría.

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