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V. S.
Jueves, 1 de enero 1970
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Las derrotas siempre duelen. Más cuando a la vuelta de la esquina se intuía un premio tan grande y tan enjundioso como enfrentarse a uno de los seis mejores equipos del fútbol español. Pero hundirse en el dolor de lo que pudo ser no lleva nada. Y la Unión Deportiva Logroñés tiene metas, muchas metas que cumplir. Así que la mala experiencia de El Sardinero ha servido, por lo menos, para que el técnico, Sergio Rodríguez, recomponga el siempre complicado puzle que supone una plantilla.
Para el entrenador, César Caneda es la pieza maestra sobre la que construir la defensa. Pero junto a él, Santamaría y Bijimine no terminaban de encajar. Eso había supuesto que ambos centrales, llamados a pelear por una teórica titularidad, habían quedado relegados al banquillo y el joven Bobadilla tomase cada vez más protagonismo. El miércoles tocaba dar descanso a la dupla de centrales y reaparecieron con éxito Jonathan Bijimine y Mikel Santamaría. Ambos fueron titulares, demostraron una tremenda seriedad, aguantaron el acoso racinguista, que colgó muchos balones al área y sólo en la última y polémica jugada los cántabros pudieron provocar el hundimiento blanquirrojo. Pero su trabajo fue sobresaliente.
Durante los once primeros encuentros oficiales de temporada (ocho ligueros y tres de Copa) sólo en uno, ante el Langreo en la primera ronda copera, ambos fueron titulares. En el resto de las jornadas, o uno u otro o ninguno.
Por ejemplo, Mikel Santamaría sólo había disputado seis minutos de los últimos 360. Desde el partido del Sporting B, el navarro veía los partidos desde el banco o desde la grada. Mientras, Bijimine fue titular en la quinta jornada, frente al Calahorra, pero acumulaba tres partidos en blanco.
Sergio Rodríguez, ante los malos resultados del inicio de la competición, se dejó de galones y buscó garra. El escarmiento sufrido en las espaldas de Bijimine y Santamaría ha parecido reactivar no sólo a ambos jugadores, sino al resto de la plantilla. Por lo visto en El Sardinero, Sergio Rodríguez puede contar con dos nuevos aliados dispuestos a pelear por una de las plazas que ahora parecen asignadas a Caneda y Bobadilla.
También se sumó a ese papel de veterano rejuvenecido el lateral Javier Flaño quien, tras perderse los encuentros ante Calahorra y Real Unión, jugó 77 minutos en Lezama por la lesión de Santos y ya fue titular ante el Tudelano. También cumplió en el lateral de El Sardinero para formar un trío (Bijimine, Santamaría y el navarro) que no se repetía desde Langreo en Copa. Entonces, Santos ocupó el lateral derecho. En Santander, fueron Iglesias y luego Víctor López.
Su papel resultará fundamental porque la UDL sigue sufriendo por las bandas. Jaime Paredes y Miguel Santos continúan de baja, aunque ayer el zamorano ya trotaba y realizaba ejercicios en el Mundial 82 a la espera de poder reaparecer en Amorebieta.
La preocupación radicaba en comprobar el estado de Juan Iglesias, que tuvo que abandonar el césped lesionado. A la espera de un último estudio médico, todo parece que se trata de una sobrecarga en el gemelo a causa del sobreesfuerzo, por lo que el entrenador podría contar con él para Torrelavega. Los que no estarán son Rayco y el lesionado de larga duración Álvaro Arnedo.
Con las piezas habituales y las recuperadas en Santander, Sergio Rodríguez deberá lidiar con el cansancio de la plantilla y buscar el triunfo en El Malecón. Acumular diez puntos de doce posibles, a pesar de la eliminación de la Copa, supondría un bálsamo para los blanquirrojos.
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