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Pablo Espina se lamenta tras fallar la gran ocasión que tuvo para batir a Sergio Pérez. :: díaz uriel
El nueve marca la diferencia
SEGUNDA DIVISION B

El nueve marca la diferencia

Cervero marcó el gol del Mirandés en la única ocasión que tuvo, para empatar Muneta tras el descanso desde el punto de penalti

CARLOS FERRER

Sábado, 12 de agosto 2017, 23:53

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laguardia. Positiva prueba para la UD Logroñés, que fue muy superior al Mirandés sobre el terreno de juego a lo largo de los noventa minutos, pero que no pudo reflejarlo con una victoria en el marcador. La conclusión es clara. Al conjunto blanquirrojo le hace falta un 'nueve' que aproveche cualquier circunstancia, cualquier error de la defensa rival, cualquier balón suelto, para anotar y dar miedo al equipo contrario. Ayer, una vez más, esa carencia quedó reflejada sobre el terreno de juego. Al Mirandés le faltó mucho para ser el equipo fuerte que se espera y que va a luchar por el ascenso. Pero contó con el gol que tiene Diego Cervero y se llevó el empate.

UD LOGROÑÉS

1

-

1

MIRANDÉS

  • UD Logroñés Miguel; Santos, Caneda (Bobadilla, m. 72), Zubiri (Ramiro, m. 55), Paredes; Remón; Germán (Marcos André, m. 61), Muneta (Gordo, m. 78), Salvador (Arnedo, m. 72), Ñoño (Kike, m. 72); Espina (Benito, m. 78).

  • Mirandés Sergio Pérez (Limones, m. 46); Paris (Mario, m. 46), Israel (Andrés, m. 46), Carri, Kijera (Prieto, m. 46); Albistegi, Rúper; Igor (Borja Sánchez, m. 61), Romero (Peláez, m. 46), Yanis (Zuzu, m. 82); Cervero (Jonay, m. 69).

  • Goles 0-1, m. 27. Cervero; 1-1, m. 50. Muneta, de penalti;

  • Árbitro Gaizka Arbaiza, con Egoitz Martín y Jonay Rios, del comité vasco. Debió mostrar más de una tarjeta amarilla, pero decidió no hacerlo.

  • Incidencias Alrededor de 800 espectadores en el campo de El Prao con un terreno de juego excelente. Tarde fresquita.

Jugó más la UD Logroñés en el primer tiempo, pero no se vio reflejado en el marcador. Primó la sutileza del 'killer' para poner por delante a un Mirandés que abusó del juego duro del defensa Israel y del centrocampista Rúper, con la aquiescencia de su entrenador, un Pablo Alfaro acostumbrado a ese tipo de fútbol en sus años de futbolista.

El conjunto blanquirrojo dominaba el balón, llevaba el juego, salía con tranquilidad desde atrás, buscando diagonales y las bandas. El Mirandés defendía bien la parcela y practicaba un juego de balones en largo que no significaban demasiado peligro para Miguel, porque la defensa sacaba cualquier balón de peligro sin problemas.

Sin embargo, en la única ocasión que tuvo Diego Cervero, a un centro de Romero, peinó de cabeza de forma magistral para marcar su golito, el del nueve que hace falta y que no le llega al conjunto riojano. El asturiano sigue teniendo olfato de gol y aprovechó su ocasión.

No ocurrió lo mismo en el equipo blanquirrojo, cuando un minuto más tarde Ñoño le ganaba la espalda a Paris, pero su disparo dentro del área se iba fuera. Después la tuvo Espina, en un centro de Ñoño, si bien se la dio al portero en su remate en el punto de penalti. Y a continuación, Salvador también pudo marcar, pero Sergio Pérez puso bien la mano para desviar el balón a córner.

La diferencia en el marcador la puso el rematador y los rojillos se fueron mucho más contentos al vestuario que los riojanos, que habían merecido más, pero que no habían perforado la meta rival.

Mantuvo el once inicial Sergio en el inicio del segundo tiempo, mientras que Alfaro cambiaba a varios de sus jugadores. El dominio continuó siendo blanquirrojo, el balón se movía con viveza, cambiando el juego de lado a lado, entrando por el centro.

Y a los cinco minutos llegó el premio. Dos pases y Germán se quedaba solo dentro del área. Yanis le hizo penalti y Muneta marcó el tanto del empate. Un nuevo gol a balón parado. El juego seguía siendo cosa de los riojanos. El Mirandés, bien pertrechado atrás, tampoco dejaba jugar y se entraba en un periodo de toma y daca, pero sin peligro en las porterías.

Con los cambios, Sergio introdujo la variante en el centro del campo, con Arnedo y Gordo por delante de Remón, para seguir dominando la parcela metiendo a Benito y Kike por las bandas. El balance defensivo riojano era muy superior al ataque del Mirandés, incluso con la incorporación de Bobadilla y Ramiro por el centro, una pareja inédita hasta el momento. No tuvieron problemas para resolver el trabajo.

Hasta el final, mucho juego trabado en el centro, sin llegadas a las áreas, pero siempre con la UD Logroñés llevando el ritmo del partido ante un Mirandés muy replegado que no tuvo ninguna oportunidad para hacer algo más.

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