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La UD Logroñés muta de equipo a club

Los blanquirrojos han pasado de ser una plantilla a crear un club estructurado que firma jóvenes jugadores de canteras de Primera para que crezcan en Logroño

JOSÉ MARTÍNEZ GLERA

LOGROÑO.

Martes, 31 de julio 2018, 23:40

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Hace unos años, la UD Logroñés hizo un amago de crear una estructura de club, con equipos en sus categorías inferiores. Desistió e incluso desapareció el bloque con el que competía en Tercera División. Y hace unos años, menos, cuando el grupo de técnicos que lidera Sergio Rodríguez comenzó a trabajar en la entidad, la estructura comenzó a florecer de nuevo. A los altibajos del bloque de categoría Juvenil se sumó un filial en Preferente que ascendió un año después. Luego se añadió un conjunto en categoría Cadete; y esta campaña se presentará otro más, en Infantil, amén de un Centro de Tecnificación para jóvenes de fútbol 8. Incluso, jugadores cedidos en otros clubes de Tercera, que al cumplir 23 años han abandonado la camiseta blanquirroja, pero no su disciplina. Todo ello sin olvidar que la UD Logroñés cuenta con un equipo de fútbol inclusivo.

La pasada campaña, dos jugadores que habían pasado por las categorías inferiores se asentaron en el primer equipo. Otros muchos aspiran a seguir los pasos de Marcos André y Álvaro Arnedo. El cambio de mentalidad es notable. La UD Logroñés ya no es un equipo, sino un club. Han sido necesarios nueve años para comportase como una entidad con estructura, pero lo ha logrado.

Eduardo Valdovinos ha dejado el césped para trabajar en el despacho. Se encarga de las categorías inferiores. Ricardo Pascual también trabaja en ellas, en la captación de futbolistas, amén de ser el responsable del conjunto inclusivo. Esta mentalidad se ha visto reforzado con la contratación de Carlos Lasheras, que cree en esta forma de trabajo. Al filial han llegado jugadores del Espanyol, Real Madrid, Getafe, Jumilla, Alavés o Utenis (Lituania).

«La llegada de Carlos [Lasheras] está siendo fundamental para llevar a cabo este trabajo. Ha visto mucho fútbol, conoce a muchos jugadores y tiene una gran cantidad de contactos a los que acudir», indica Valdovinos, uno de los precursores de este cambio.

Con la primera plantilla se ejercitan seis futbolistas que jugarán habitualmente en el filial. Guillermo Cabrera es el más veterano, ya que suma su tercera pretemporada; Pablo Bobadilla y Adrián Gómez, la segunda; Víctor Martínez, Diego Gordo y Juan Iglesias, la primera. «Cualquiera de ellos está en condiciones de dar el salto de categoría. El entrenador es quien tomará la decisión, pero ellos deben estar preparados», apunta Valdovinos.

La planificación va más allá. No se trata ya solo de que algunos jugadores que prometen se ejerciten con el primer equipo. El filial no es un conjunto más, sino la universidad en la que formarse. «Si quieres tener un filial es para formar chicos que puedan dar el salto al primer equipo. No tiene sentido tener un filial para jugar en Tercera y punto, sino contar con jóvenes con proyección que llegan desde Juvenil o que ya han vivido su primera temporada en edad sénior», indica el responsable de las categorías inferiores.

Bajo ese pensamiento se entiende lo que está pasando en el seno del club, sobre todo en el filial. La entidad ficha por toda la geografía española e incluso europea. De ahí la importancia de la llegada de Lasheras. Hace unas semanas era impensable que chavales del Real Madrid, del Espanyol, del Rayo o del Alavés hicieran esta apuesta. La UD Logroñés ya no mira únicamente a corto plazo, en el ascenso, sino a medio, en la formación de jugadores para crecer deportiva y económicamente. «El corte de futbolistas en filiales de Primera o Segunda es mucho más drástico, pero jugadores como Maldonado, que se ha criado en el Real Madrid; Albert Alavedra, que ha pasado muchos años en el Espanyol; o Alí, que viene del Rayo, son buenos futbolistas. Vienen de canteras muy exigentes, pero sus salidas no significan que sean malos. Son muy buenos y pueden seguir proyectándose con nosotros», apunta Valdovinos.

Así, la nómina de caras nuevas ha crecido. Del Jumilla ha llegado el portero Aitor Embela, que con anterioridad pasó por las canteras de Villarreal, Málaga y Valladolid, pero una lesión en Reus frenó su progresión. Es internacional absoluto con Guinea y será el tercer guardameta del primer equipo. A la zaga se suma el catalán Albert Alavedra, un central formado en el Espanyol que ha acabado su etapa juvenil y que es internacional con Andorra. Álvaro Maldonado deja Valdebebas tras jugar muchos partidos con el Real Madrid y ser el futbolista con más minutos en el Juvenil de Guti, del que algunos dicen que es el mejor que ha tenido este club en su historia. Por último, Ali Radjel se ha sumado al proyecto después de jugar en el Rayo y de marcharse a Lituania para enrolarse en el Utenis, de Primera División, donde disputó catorce partidos y marcó seis goles.

Ésta es una línea, pero no la única. La UD Logroñés quiere recuperar a futbolistas que se marcharon de La Rioja muy jóvenes o evitar que otros se vayan. Entre los primeros, ha repescado a José Viguera, que ha pasado los últimos años en Soria; o Juanjo Gómez, que salió en su día rumbo al Alavés y hasta hace unas semanas era juvenil; o Mario García Muro, que se marchó de Logroño a Vigo y que regresa desde Getafe (medio año); Andrés Lorenzo no llega de fuera de La Rioja, sino desde el Tedeón. «El club quiere contar con los jugadores riojanos. Hay muchos que han salido y estamos trabajando en que regresen a casa y, por otro lado, evitar que otros se vayan», señala Valdovinos. Y si se van de la UDL, que sea en calidad de cedidos. No siempre, pero en casos señalados, sí.

El Anguiano ha sido el gran beneficiado por esta nueva política. Cinco futbolistas blanquirrojos -Osés, Héctor, Arza, Álvaro y Dani Gómez- estarán a las órdenes de Blas Terroba y Adrián Rojas jugará en el Alberite. «Los jugadores que salen del filial lo hacen, sobre todo, por edad. Nuestra filosofía es que el filial sea en su totalidad Sub'23. Ahora bien, hay futbolistas que llegan a esa edad pero que queremos tener controlados y por esos los cedemos. La única condición es poder repescarlos en cualquier momento, bien para que jueguen con nosotros, bien para que lo hagan en otro club de categoría superior a Tercera», apunta Valdovinos.

El cambio es enorme. Se ve en la primera plantilla, en el filial y en el resto de categorías, pero sobre todo en las dos más altas. Apuesta que conlleva inversión, aunque Valdovinos asegura que los chavales que llegan de fuera lo hacen por «el alojamiento y la manutención». «Aceptan nuestra oferta por una apuesta deportiva, no económica», añade antes de admitir que todo lo que sea «tener más equipos dentro de la estructura del club» conllevará «tener más familias dentro de la entidad», sin olvidar el «fútbol inclusivo», al que la entidad ha concedido importancia. «Nosotros queremos crecer y Félix Revuelta abre las puertas a esa mejora si ve que trabajamos. Si insistes en la base y en el filial es para que aparezcan jugadores como Marcos André o Álvaro Arnedo», sentencia.

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