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Martes, 27 de noviembre 2018
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El Calahorra no ha repetido alineación en toda la temporada, y es que es habitual que Miguel Sola juegue con las rotaciones. En algunos partidos ha movido incluso a jugadores de su posición natural. Sin embargo, lo que no cambiaba nunca era el esquema táctico. Inalterable fuese quien fuese el rival y en cualquier situación. Hasta el pasado domingo. El técnico planteó en Mareo una disposición más ofensiva y que concentraba jugadores en las líneas superiores con la intención de dificultar la salida de balón de un Sporting B ahogado.
Miguel Sola había apostado siempre, incluso en Tercera, por un clásico 4-2-3-1, buscando solidez en la medular e incorporaciones en segunda línea de los jugadores del centro del campo. En la presente temporada, la pareja de mediocentros ha cambiado mucho, incluso jugando con Gabri o Goñi en esa posición, pero en Mareo eliminó de la ecuación al acompañante de Sergio Parla, dejando al madrileño como único pivote. Esa pieza sobrante la pasó a la delantera, dando entrada a Samuel, que no era titular desde el partido ante el Arenas, junto a Ubis en punta, y jugando así con un 4-1-3-2.
La Peña Crianza Rojilla fue uno de los principales valores del Calahorra en Mareo y quiere seguir acompañando a su equipo, por lo que ha organizado un viaje a Llodio, donde los de Miguel Sola se medirán este domingo al Vitoria, a las 17.00 horas. El precio para todos los aficionados que deseen apuntarse es de 10 euros, y podrán hacerlo en el Bar Oasis hasta el jueves. La salida será el domingo a las 14.15 horas.
El objetivo principal de ese cambio táctico fue evitar que el Sporting B pudiese hacer su juego, realizando una intensa presión con los dos delanteros y acompañando la línea de tres mediapuntas -Rodrigo, Goñi y Auzmendi- en esa buena labor, que favoreció por otra parte que Parla no se sintiese sólo en una posición en la que suele tener compañía. Todo ello contribuyó a una mayor presencia en zona de peligro, y a que las disputas y las segundas jugadas fuesen en favor de los rojillos, que mostraron una actitud más intensa a la de otras jornadas, algo que terminó por hacer bueno lo que parecía claro sobre el papel y que el equipo había ensayado durante la semana. La defensa, por su parte, fue sobria y evitó complicaciones. Los rojillos también resistieron físicamente, un factor que parecía lastrarlos en las últimas semanas.
Isma Piñera, entrenador del Sporting B, reconoció a la conclusión del partido cómo este planteamiento condicionó el choque: «El Calahorra ejerció una presión muy alta y no nos dejaba jugar en corto. No fuimos capaces de circular el balón ni de jugar por fuera». La incógnita ahora es saber si esta variante será utilizada en más ocasiones o fue solamente una respuesta concreta para el juego del Sporting B.
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