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Jueves, 7 de febrero 2019, 14:19
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La Segunda B es otra historia. Una categoría compleja, tan igualada o más de lo que se esperaba, que ha obligado al Calahorra a un curso acelerado de adaptación que comenzó con muy buenas notas pero que ha ido superándole en ciertas pruebas para aspirar ahora a pasar el año sin ostentación. Muchas han sido las circunstancias, y no solamente futbolísticas, que han afectado al Calahorra, al que la dura realidad de Segunda B le ha hecho evolucionar de unos planteamientos más rígidos, una idea fija, a una mayor capacidad de adaptación en su juego y esquema táctico. Esto apoyado por las necesidades y las alternativas que se le han abierto a Miguel Sola a lo largo de las jornadas.
El Calahorra pudo en Tercera División desarrollar una filosofía que no varió prácticamente en toda la temporada. Pero la Segunda B exige mayor versatilidad, y esa misma propuesta que tuvo su continuidad en el arranque, ha mostrado hasta el momento múltiples aristas. Miguel Sola comenzó el curso liguero apostando por el esquema más utilizado en el fútbol moderno, el que tan buenos resultados le dio en Tercera en la temporada del ascenso, un 4-2-3-1 que se mantuvo inamovible en las 13 primeras jornadas.
Esa estabilidad táctica se rompió en Mareo, donde Sola alineó juntos por primera vez a Eduardo Ubis y Samuel, apostando por un solo mediocentro y una delantera con dos protagonistas. Fue el único día que empleó ese sistema. Desde entonces, otras tres opciones tácticas se han intercalado con el esquema básico del equipo. Ante el Vitoria volvió a jugar con un único hombre en la medular, pero formó con una línea de cuatro mediapuntas. Por otra parte, frente al Tudelano y el Gernika jugó con dos delanteros, pero sosteniendo el equipo con otra pareja en el mediocentro, en un clásico 4-4-2. Su última variación, la más novedosa, la planteó Miguel Sola en la última jornada, en su victoria ante el Oviedo B, con una defensa con tres centrales y dos carrileros ofensivos, concentrando jugadores en el centro con Emilio, Parla y Goñi y ofreciendo a la pareja de delanteros una gran libertad.
El Calahorra ha empleado cinco sistemas diferentes en las últimas diez jornadas en parte por las diferentes posibilidades que ofrecen sus jugadores. La apuesta por dos puntas se debe al gran momento de forma de Ubis y Samuel, mientras que la decisión de formar con dos carrileros el domingo sirvió para liberar a Yasin y Morgado, dos de sus mejores futbolistas, al mismo tiempo que reforzó la defensa y ayudó a Regino a adaptarse al equipo en el que fue su mejor partido.
Otro de los motivos de estas modificaciones ha sido la propia necesidad del Calahorra de encontrar soluciones a la sangría que sufría en cuanto a los goles encajados. Los rojillos son, con 34 en contra, el segundo equipo más goleado del grupo, un lastre que les condenó a la mitad baja de la tabla cuando ofensivamente, y por juego, el Calahorra tenía argumentos para estar más cerca de los mejores. Este refuerzo de los aspectos defensivos modificó la salida del balón.
En las primeras jornadas, uno de los mediocentros, principalmente Sergio Parla, se situaba entre los centrales a la hora de generar el juego, abriéndose y adelantando su posición. Una apuesta clara por el juego de toque pero que conllevaba grandes riesgos ante rivales que presionaban con intensidad o en cualquier pérdida. Ahora la defensa forma más junta y los mediocentros se sitúan un paso por delante, aunque tener el balón sigue siendo una prioridad, contando los rojillos con un 49% de posesión media esta temporada.
El Calahorra está ganando solidez en las últimas semanas gracias a una disposición más cohesionada de las líneas, a la mayor contundencia en los balones divididos, buscando la sencillez frente a la complicación, y a la reducción de errores puntuales que tanto le han perjudicado en muchas jornadas. Además, los rojillos parecen más peligrosos a balón parado, como pudo comprobarse en la última jornada, al contar con dos grandes lanzadores con Emilio y Auzmendi.
TIROS 9
PASES 368
BALONES PERDIDOS 129
RECUPERACIONES 94
49 % de posesión goza el Calahorra en la presente temporada.
Arrancó con una idea definida en el esquema y la propuesta futbolística, pero ha evolucionado adaptándose en el día a día a los rivales y a los momentos de sus jugadores.
PUNTOS FUERTES
1. Versatilidad táctica.
2. Llegadas por las bandas.
3. Alternativas en ataque.
PUNTOS DÉBILES
1. Errores puntuales.
2. Demasiados goles en contra.
3. Jugadores en fase de adaptación.
Miguel Sola mantiene pese a todo su confianza en el sistema de rotaciones. En algunos casos ha sido de forma obligada, por la disputa de la Copa del Rey o por las bajas y sanciones de un partido al siguiente. Pero en otras ocasiones se ha debido a una convicción del técnico en mantener a todos los jugadores con opciones y la búsqueda del rival, el campo o el momento en el que pudiesen explotar a fondo sus cualidades. En ninguno de los 23 partidos de liga Sola ha repetido once. Seguramente tampoco lo hará en Las Gaunas, donde el Calahorra tendrá que demostrar su evolución.
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