Domingo 'horribilis' del Haro en Ejea
Los jarreros no ganaron por un gol mal anulado, sufrieron varias lesiones y se ducharon en un hotel al no poder usar los vestuarios, algo que sí hizo el trío arbitral
«Por lo menos no perdimos», se resigna Aitor Calle, entrenador del Haro Deportivo, después de que los jarreros viviesen el domingo uno de esos ... días para olvidar, en los que todo se tuerce hasta el irremediable cabreo, desde los más mínimos detalles hasta los más importantes, los que se dan sobre el césped.
Empató el Haro en Ejea de los Caballeros ante el equipo aragonés en un partido en el que mereció más; en el que sufrieron el empate de carambola y le anularon un gol legal en contra; donde no pudieron usar los vestuarios por la normativa, algo que sí hizo el trío arbitral según denuncian; en el que tuvieron que cambiarse en la tribuna y ducharse en un hotel; y, además, una mañana que dejó cuatro lesionados en sus filas.
«Fue un día accidentado y muy extraño», resume Aitor Calle, que comienza valorando el partido frente al Ejea, en el que el Haro logró adelantarse pronto pero terminó empatando, con un gol anulado incluido, si bien no carga contra el colegiado: «A veces las cosas salen peor o mejor y ahora estamos de que no. No encontramos ni el acierto ni la fortuna. En Ejea hicimos lo más complicado, adelantarnos, y fuimos mejor que el rival, por lo que nos marchamos con rabia. Haces un buen trabajo y mereces más, tanto contra el Calahorra como el domingo, pero tenemos un punto en vez de cuatro».
Además de los méritos jarreros, los detalles resultaron esquivos. El Ejea empató con una falta lejana que llegó a portería ayudada por el fuerte viento, pegó en el larguero y después en la espalda de Fermín, guardameta del Haro, para entrar en su portería. Un gol tristemente cómico. Por si no fuera poco, en los compases finales el colegiado anulaba el gol que hubiese supuesto el triunfo, por un fuera de juego en el remate de Mikel Bueno, que sí estaba en posición correcta.
Ducha en el hotel
No fueron bien las cosas para el Haro dentro del césped, pero tampoco fuera de él. En el club riojano recibieron días antes del partido la comunicación de que no podrían utilizarse los vestuarios por la normativa contra el COVID-19 del Gobierno de Aragón. Los jugadores del Haro se cambiaron en la tribuna del estadio (el partido se jugó a puerta vacía) y recibieron ahí mismo la charla técnica por parte de Aitor Calle. Después del choque reservaron habitaciones en un hotel de la localidad aragonesa donde ducharse.
Sin embargo, las restricciones no fueron iguales para todos. «El trío arbitral sí que utilizó los vestuarios, incluso pidieron toallas al Ejea, y no entendemos por qué ellos pudieron y nosotros tuvimos que estar entre la tribuna y el hotel», subraya Aitor Calle. Además de esa certeza, se extiende la sospecha sobre el uso de las instalaciones por integrantes del equipo local, algo que aumentó el mosqueo en el seno del Haro.
Y no quedaron solo en morales las heridas sufridas en Ejea, ya que también tuvieron que lamentar lesiones. Eizmendi y Echaide se tuvieron que retirar en el descanso con molestias, Josua sufrió un pisotón en la mano y Borja, en el pie. Barcina y Garrido también sufrieron sobrecargas. El Haro cruza los dedos para que no vayan a más esos problemas físicos mientras busca pasar página. «Es tan sencillo como que tenemos que utilizar esa rabia, esa sensación de que nos merecemos más y las ganas enormes que tenemos de conseguir una victoria con nuestra gente», concluye el entrenador del cuadro jarrero.
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