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SERGIO MARTÍNEZ
Jueves, 14 de febrero 2019, 20:18
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Una de las principales armas con las que contaba el Calahorra de cara a enfrentarse a la UD Logroñés era su versatilidad táctica. Los rojillos son en ese aspecto un equipo camaleónico, una característica desarrollada desde hace tres meses, adaptándose al rival, las circunstancias del partido y los futbolistas disponibles. La mejor muestra se encuentra en este último mes de competición, y es que en cada uno de los cuatro últimos partidos el Calahorra ha jugado con un esquema diferente.
Miguel Sola también innovó en Las Gaunas, donde dispuso un 4-3-3 desconocido hasta el momento. En realidad, los futbolistas que acompañaban a Ubis en la zona de ataque, Carralero y Auzmendi, también fueron dos centrocampistas más, participando en el juego y buscando el andaluz la verticalidad y Auzmendi el juego hacia el centro para dejar paso a Yasin.
La principal novedad fue la alineación de un tridente en la medular, con Almagro escoltando a la defensa y Parla y Emilio un paso por delante enlazando el juego y centrándose sin balón en la presión del juego rival. Nunca habían jugado los tres juntos y frente a la UDL pasaron la prueba, ofreciendo una posibilidad seria a su técnico en partidos en los que busque ganar la batalla del centro del campo.
En la última jornada de noviembre, Miguel Sola renunció de inicio por primera vez al 4-2-3-1 y desde entonces las variantes se han sucedido llegando a estas últimas cuatro jornadas, en las que ha jugado con sendos sistemas. Hace menos de un mes, frente al Leioa, utilizó su esquema más clásico en un partido en el que los rojillos cayeron ante un efectivo rival y un juego dominador pero inofensivo.
En la visita al Gernika, el Calahorra necesitaba algo más y por eso apostó por un 4-4-2 que ofrecía variantes en ataque pero que terminó igualmente por ser insuficiente para ganar la partida en el centro del campo cuando los rojillos necesitaron pausa y recuperar el esférico.
Frente al Oviedo B, en su última cita en La Planilla, el Calahorra jugó con tres centrales y dos carrileros, que resultaron ser los más destacados del encuentro. Yasin y Morgado, más descargados de trabajo en defensa, firmaron una sobresaliente actuación, aunque la exigencia física para ellos de ese sistema es extraordinaria. Fueron los responsables del juego ofensivo rojillo, en llegadas por las bandas que encontraban a Ubis y a Samuel más las incorporaciones en segunda línea.
Cada sistema táctico cuenta con sus ventajas e inconvenientes, pero lo que está claro es que Miguel Sola ha conseguido introducirlos con acierto para poder jugar mejor con sus piezas atendiendo a las distintas necesidades y oportunidades. Ahora la duda ya no es sólo qué alineación presentará el Calahorra, sino también cómo jugará.
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