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M.G.
LOGROÑO.
Viernes, 24 de mayo 2019, 08:04
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Un experimento. Así se podría definir la composición de la plantilla del Badajoz en los primeros días del veranos del año pasado. El conjunto pacense había logrado el objetivo de mantener la categoría alcanzada un año antes, en Calahorra, pero quería más. Un equipo acostumbrado a jugar 'play offs' de ascenso necesitaba dar un paso más en busca del pasado glorioso que había muerto en el año 2012. El experimento funcionó.
El conjunto extremeño contrató a Patxi Salinas, que encaraba su cuarta aventura en la categoría tras las vividas en Gramenet, Sant Andreu y Burgos. No había tenido fortuna el vasco en los banquillos. Badajoz era un nuevo horizonte. El club apostó por la renovación y sólo tres jugadores de la anterior plantilla continuaron: el portero polaco Pawel Florek (22 años); y los veteranos centrocampistas José Ángel González (34) y Guzmán Casaseca (34). A partir de aquí, había que construir un equipo. Así, comenzaron a llegar jugadores hasta la orilla del Guadiana. Diecisiete. Un crisol.
Kike Royo dejó atrás su trienio en el Guijuelo para convertirse en el portero titular del Badajoz. Treinta y cinco partidos ha jugado el riojano, en los que ha encajado 29 goles. La portería estaba cubierta. De Burgos llegó el defensa Eneko Zabaleta y el centrocampista David Martín, autor de 5 goles. Cristian Pérez y Mohamed Kamal se mudaron unos kilómetros tras jugar junto en el Villanovense; del Mestalla surgieron un defensa goleador como César Morgado (4 dianas) y un centrocampista de carácter argentino como es Damián Ezequiel Petkoff.
La zaga la completaron Mario Gómez, con experiencia en la categoría gracias al Talavera, Juanjo García, ex del Lorca, y Toni Abad, lateral valenciano. En la medular se incrustaron, además, Alfonso Candelas, que dejó Ibiza para regresar a la tierra; Julio Cidoncha (Navalcarnero), el senegalés Adama Fofera, que había militado en el Inter de Madrid, y José Higón, que dejaba el Coruxo para irse a un clima más cálido. Higón es uno de los hombres importantes de este equipo arrancando desde la banda derecha, porque no sólo da asistencias, sino que además llega al segundo palo con facilidad. De ahí sus seis goles.
No es que sea el Badajoz un equipo de grandes números anotadores, pero aun así peinó la geografía española para dotarse de gol. Del Pontevedra llegó Eder Díez (10 goles) y del Marbella, Francisco Ferrón (10 goles). Más lejos está el origen de Jordan Greenidge, un joven inglés de 19 años que solo ha participado en un partido y que responde más a una apuesta de futuro que de realidad.
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