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M.G.
Jueves, 5 de febrero 2015, 11:42
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La UD Logroñés quería a Antxon Muneta. Lo quería en verano, pero fue imposible. Ahora, el anhelo de Carlos Pouso ha hecho que llegue. Su presencia en el equipo riojano supondrá un cambio de dibujo del bloque sobre el césped. Una apuesta que pasará por mayor posesión de balón y por un talante más ofensivo, con soluciones por fuera, con hombres rápidos, pero también por dentro, con el fútbol de Chevi y Muneta. Y una apuesta también con más riesgos defensivos, aunque si tienes el balón poco hay que temer en la retaguardia.
Muneta puede jugar como mediocentro, como mediapunta o en cualquiera de las dos bandas. Ahora bien, no es un jugador que desborde por velocidad, pero sí por calidad. En el Mirandés de Pouso jugaba como interior, por dentro, pero en su etapa en Osasuna llegó a jugar por banda derecha, a pierna cambiada. A sus diferentes virtudes suma dos más: la posesión de esférico y la capacidad para marcar el tiempo del partido, por un lado, y el golpeo a balón parado, la estrategia, por otro.
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