Así quiere ver Natxo González a la UD Logroñés
Equipo, mejorar, alegría, sin miedo y ambición, cinco conceptos en los que el técnico quiere basar el cambio
Primera comparecencia de Natxo González como entrenador de la UD Logroñés centrado única y exclusivamente en el fútbol, en este caso en el partido ... del domingo. El vitoriano dejó mensajes con voz sosegada, pero claros. Considera que tiene calidad suficiente en la plantilla para pelear entre los mejores, pero entiende que debe cambiar muchas cosas para que el equipo se aproxime a sus ideas. El equipo, como palabra y concepto, requirió su atención. Hizo mucho hincapié en su significado. Quizá su mayor temor en este momento es saber cómo se comportará la UD Logroñés en casa.
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«Han sido días para recabar toda la información que he podido, ver a los jugadores in situ, ver su respuesta, valorar situaciones,… Lo principal en este momento es ver para instalar un modelo de juego», explicaba el entrenador antes de entrar en profundidad en el compromiso de este domingo. «La mejor medicina en este momento es sacar los tres puntos. Lo más urgente y lo más importante, porque desde las victorias siempre se trabaja más tranquilo y tendremos una semana más larga», admitía.
Entre sus mensajes, uno directamente dirigido al vestuario. No hay nada más importante que el equipo. Nada. «Cuando hay un cambio, hay expectación entre los futbolistas sobre la nueva propuesta. El principal mensaje es el de tranquilidad relativa y saber el camino a seguir. Aprovechar lo que se estaba haciendo bien y mejorar en muchas cosas, porque creo que hay mucho que mejorar. Ellos están muy receptivos. Creo que es un buen grupo como tal. Debemos fortalecernos como equipo. Hablando de equipo, que fue lo primero que les propuse, saber si éramos un buen equipo y qué es el equipo. Y el equipo es un grupo de personas que luchan por un bien común. Y eso es lo primero que debemos conseguir y quiero ser el mejor equipo en este sentido. Luchamos por un bien común y no por objetivos individuales. A partir de aquí hay que exigir un mínimo: trabajo, responsabilidad, compromiso, solidaridad,… Y luego quiero jugar a fútbol. Quiero ver a un equipo alegre, sin miedos y ambicioso… con la ayuda de nuestra gente, de todos. Y así, tiraremos hacia adelante», explicaba.
Y de ese equipo le preocupa su respuesta en Las Gaunas, donde la derrota preside su trayectoria. ¿Demasiada presión? «Esa es la pregunta. Qué sienten ante un partido como local después de la trayectoria que vivimos. Intentaremos que jugar en casa no sea un trauma, sino un aliciente. Luego sabemos que el resultado es el que es, pero vamos a trabajar para tener más probabilidades de ganar que el contrario», admite.
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Cambios mentales, cambios conceptuales y cambios futbolísticos. «Soy muy exigente y muy perfeccionista. No sé si es bueno o no. Creo que según la idea que yo tengo y las características de los jugadores hay mucho por hacer. Hay que dar prioridades y poco a poco ir mejorando, pero para llegar a lo que queremos llegar tenemos que cambiar muchas cosas», señala, aunque tiene claro que puede alcanzar todo lo que piensa. Si no, no hubiera aceptado la propuesta. «Si estoy aquí es porque entiendo que hay una plantilla lo suficientemente competitiva como para pelear entre los mejores. Si hubiera visto que no hay materia prima, no me hubiera metido en un jardín en el que no puedo ser optimista. Es una plantilla a la que se puede sacar mucho rendimiento», concluye. El domingo es su primera oportunidad. No podrá contar con Serantes, Lecea, Iñaki y Schutte.
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