Golpe casi definitivo para la UDL

Sin gol no hay victoria. Sencillo. El partido estaba abocado a un empate más, el quinto en otros tantos compromisos entre ambos conjuntos. El miedo es libre, dicen, y en Las Gaunas se citaron dos equipos con miedo. La UD Logroñés a encajar un gol antes de marcarlo; y el Castellón a cometer un traspié que le impidiera mantener la persecución sobre el Eldense. Sergio Rodríguez dispuso por primera vez desde que es entrenador de la UDL de todos sus jugadores, aunque de los cinco que recuperaba solo Gonzalo Crettaz saltó en el once inicial, aunque introdujo cambios como los de Emmanuel en el lateral derecho y Boniquet en la medular.

Sin riesgos defensivos, la idea de ambos parecía pasar por aprovechar la oportunidad. Nada más. Un zarpazo que diera el triunfo. Lo tuvo Mendes, en un error en la salida de balón castellonense, pero se vio ante Alfonso y éste se agigantó para mandar el cuero a córner. El Castellón, que vio alterados sus planes con la lesión de Antón al cuarto de hora, encontró esa oportunidad por dos veces, con Kone arrancando desde la izquierda. En la primera, su generosidad le permitió a Vergés impedir el remate de Suero en inmejorable ocasión; en la segunda, se topó con Gonzalo. El flanco derecho local era tremendamente débil y, además, desajustaba a los centrales. El Castellón lo había entendido, aunque cuando no tenía el balón sufría.

El sufrimiento llegaba cuando la UD Logroñés ligaba toques. Un riesgo, querer jugar por abajo, en un campo en pésimas condiciones. Lamentable para jugar y lamentable para ver. Markel y Mendes se unieron para salir con rapidez y permitir a Zourdine disparar, sin acierto. Apenas tres minutos después, Baas mandaba el balón a saque de esquina tras un centro chut de Pichín. Ni Mendes no Zourdine entendieron el balón hacia la línea de gol ni el madrileño comprendió los movimientos de sus compañeros.

Llegaba bien la UD Logroñés, pero sin respuestas dentro del área y mantuvo la inercia tras el descanso. Alfonso evitaba el gol de Mendes y quedaba conmocionado sobre el césped, porque lo despejó con la cara. El canario repitió dentro del área poco después, peo su testarazo era muy forzado. Entró la UD Logroñés en un momento en el que el Castellón no sabía dónde estaba. Solo era necesario el golpe de gracia para que besará la lona, pero la UDL carece de ese pegador. Se recuperó el conjunto orellut cómo pudo. Movió el banquillo en busca de savia nueva, de mentes frescas. Entre ellas, la de Yeremy De León, que resultó vital.

Los cambios suponen un riesgo. Al Castellón le fue bien; a la UD Logroñés, mal. Había entrado en acción Doncel, primero, y Keita después. Resultaba extraño que Sergio Rodríguez no hiciera movimientos en ataque. En qué maldito momento debió pensar cuando vio el resultado final. Iñaki, Vinicius y Schutte se sumaron al partido. El último arreón. Había funcionado bien como bloque la UDL, pero en una jugada dio un metro más de profundidad a su tumba. Un balón recuperado junto al banderín de córner acabó en pies de Cristian que desde su campo filtró un pase vertical que supera a Markel, en el círculo central, y a los dos centrales, muy abiertos. De León se hizo con él, corrió hacia Gonzalo y le superó por su derecha. La imagen explica por qué la UD Logroñés no solo no gana partidos, sino que los pierde. Vinicius y Schutte no presionaron la salida sino que la vieron desde la mejor butaca del estadio, a pie de campo; Keita se perfiló muy mal en la presión a Cristian y los centrales,… Otra más. Como la derrota. En el horizonte ya se ve con más nitidez el logotipo de Segunda Federación.