Ejercicio de resistencia sin premio para la SD Logroñés

Dos tiros al palo, un paradón de Iruarrizaga, un remate a bocajarro que se va por encima de la portería, un mano a mano y muchas, muchísimas llegadas del Celta B a la portería de la Sociedad Deportiva Logroñés. Ese es, a grandes rasgos, el resumen de esa primera media hora de juego del duelo entre los blanquirrojos y los gallegos. Una sucesión de ataques visitantes sin gol. Un milagro, futbolístico eso sí.

Andrés García optó por repetir el mismo esquema que en Irún, doblando lateral en las bandas. Defendía con mucha gente la SDL por detrás del balón, pero eso no siempre es sinónimo de defender bien y el Celta B le buscó las cosquillas una y otra vez. Mucha calidad y mucha movilidad de los jugadores vigueses para encontrar continuamente huecos en la zaga riojana. Antes del minuto 2 Raúl Blanco ya había tenido un mano a mano y después llegaron los palos de Alfon y Hugo Álvarez o la mano milagrosa de Iruarrizaga ante Dani Rodríguez.

Pero el fútbol no entiende de merecimientos, sino de goles. Y si en esos más de treinta minutos iniciales la Sociedad no había ni siquiera rozado disfrutar de algo que se pudiera acercar a una ocasión, en el 35 se adelantó en el electrónico. Una jugada aislada. Un saque de banda. Un balón suelto en la frontal. Zurdazo de Ezkurdia y a la red. Gol y ventaja logroñesa al descanso. Desde ese momento y hasta el descanso, los locales dejaron de sufrir.

A los gallegos les costó reponerse porque también iniciaron el segundo tiempo con muchas menos ideas en ataque. No fue el vendaval de los primeros cuarenta y cinco minutos, pero al contrario de lo que había pasado entonces, los visitantes gozaron de efectividad. La tuvo Bruno, que había entrado en el campo poco antes. Era el minuto 65 y solo tres después llegó otra especie de milagro en forma de paradón, otro más de Iruarrizaga ante Fer López.

Pero el partido estaba mucho más abierto que en el primer acto y la SDL consiguió ponerse de nuevo por delante tras una galopada de Óscar Fernández con su costado y un pase de la muerte del extremo que terminó empujando a la red Javi Rodríguez, sin querer. Se le volvía a poner todo de cara a los riojanos, pero a estos les iba esperar un final de partido cruel.

Y es que en dos acciones muy similares el Celta B se llevó el triunfo. Dos jugadas a balón parado, dos balones sueltos y dos disparos que se encuentran en su camino con el pie de un futbolista gallego para desviar su trayectoria y superar a Iru. El segundo de esos goles fue muy protestado por los riojanos al entender que había fuera de juego de Durán, pero subió al marcador y los logroñeses se quedaron sin premio a su ejercico de resistencia.