Carlos Ramos refuerza el centro del campo de la UD Logroñés
El mediocentro firma por lo que resta de temporada tras haber jugado la primera mitad del curso con el Atlético Baleares
«Hay muchísimo tiempo, muchísimos partidos para darle la vuelta a esta situación: hay equipo, hay afición y creo que entre todos lo vamos a conseguir, no tengo ninguna duda, porque he visto partidos del Logroñés, he jugado contra él y hay un equipazo. Estoy convencido de que las cosas van a salir bien».
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Carlos Ramos (Zamora, 1994) es desde este martes jugador de la Unión Deportiva Logroñés. Ilusión le sobra después de la decepción que ha supuesto su etapa en Palma de Mallorca.Llegó a la isla tras descender con el club de su ciudad, Zamora, pero la aventura no ha cuajado como él esperaba. Trece partidos ligueros, con pérdida de protagonismo y con una media de minutos por encuentro que no alcanza los cuarenta. Los más atentos, además, pudieron verle en Arnedo, el día que el Atlético Baleares jugó en Copa del Rey.
La historia de Ramos es la de muchos jugadores que despuntan muy pronto y después de alcanzar la cima no aguantan en ella. Llegó a debutar con el Atlético del Cholo Simeone en el Calderón el 19 de diciembre del 2013. Se había formado en sus categorías inferiores. Pero tuvo que salir: Guijuelo, Pontevedra, Burgos, Zamora,...
A Logroño llega en busca de su fútbol. La UDL ve en él a un creador de juego ofensivo. Un 10 adaptable a otras demarcaciones del centro del campo. Un jugador ofensivo, de los que necesitan que el equipo tenga el balón para crear. «Es atípico cambiar en invierno... Pero no hay tiempo para adaptarse, no hay tiempo para poner excusas. Creo que es el momento de ponerse al servicio del equipo y de intentar ayudar y aprender para que rápidamente consigamos lo que necesitamos y lo que queremos», asevera, comprometido con la causa.
Ramos firma por lo que resta de temporada. Ocupará la vacante de Víctor Pradas y si Natxo González lo estima oportuno podrá jugar el domingo contra el equipo que hasta ayer fue el suyo. Ysi es un futbolista tan imaginativo como le describen, la UD Logroñés le necesita. Jugará. «Llego a un club muy grande, con expectativa de jugar, de volver a encontrarme con mi mejor versión, de intentar ayudar en todo lo que pueda y de cumplir los objetivos que a día de hoy tenga el equipo aportando mi granito de arena», relata. Se le notan los 28 años, la experiencia.
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Uno de los problemas de la UD Logroñés es el gol. Ya ha firmado dos jugadores para ese cometido: Jorge y Ramos, si bien la importancia del último es vital. Si juega y hace jugar al equipo, Jorge y todos los demás tendrás más garantías de éxito en sus respectivos cometidos.
El pasado más reciente frente al pasado más lejano
La UD Logroñés fichó nombres el pasado verano con la esperanza de que en Las Gaunas mejoren su rendimiento. Salvo en algún caso muy concreto, no ha sido así. Carlos Ramos tiene un buen currículum. Jugador formado en la cantera del Atlético y más de 150 partidos en Segunda B, que no hay que confundir con Primera Federación. Capitán en el Zamora, descendió con él después de tres temporadas con su escudo.
A Logroño llega después de haber jugador tan solo trece partidos en Liga. Gozó de la confianza del técnico balear al inicio de temporada. Fue titular en los cuatro primeros partidos, pero luego desapareció de ese once inicial. Pasado reciente frente a pasado más lejano.
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