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Andrés Iniesta sigue con gesto de preocupación la tanda de penaltis. Ayer fue su útimo partido con la selección, Desde hoy es una leyenda. :: reuters
El peor día para sentar al guía
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El peor día para sentar al guía

Hierro dejó en el banquillo al excentrocampista del Barça y la estrella de La Roja quebró. El de Fuentealbilla confirma que no volverá a la selección

RODRIGO ERRASTI ANDONI AYARZA

MOSCÚ.

Sábado, 7 de julio 2018, 23:38

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«Esperando por Andrés Iniesta», decía la FIFA a las 15.02 con una foto de la camiseta del manchego, ignorando que ya a esa hora Fernando Hierro había anunciado para sorpresa de sus futbolistas que 'Andrew' era suplente. Por primera vez en once años en un partido importante. En su último Mundial -sólo faltaba su confirmación y el propio Iniesta lo hizo ante la prensa- el héroe del Soccer City había perdido su plaza en el once. Pese a que asistió a Diego Costa ante Irán y a Isco frente a Marruecos fue uno de los tres que cedió su sitio. Entró Asensio por su zona, siendo intrascendente, Koke para aportar más músculo que Thiago y Nacho por un Carvajal al que falta algo de tono físico. Pero todas los comentarios y las miradas estaban en Iniesta, que llegó al campo con gesto serio y auriculares. A muchos les recordó al banquillazo de Xavi ante Chile, cuando Vicente del Bosque sentó al canalizador del juego por un extremo. La apuesta de renunciar al último símbolo del modelo que ha dado la gloria a España salió igual de mal que entonces: España quedó fuera del torneo.

No era suplente en un Mundial desde Sudáfrica 2010 ante Honduras, dato algo engañoso. Estaba tocado por el partido ante Suiza y se le reservó para el duelo frente a Chile, en el que marcó uno de los goles decisivos para acceder a octavos. En un duelo oficial -de clasificación para la Euro- lo fue en Macedonia, entrando por el goleador Juan Mata a inicios de septiembre de 2015 tras un verano particular para él. Por tanto, para encontrar una situación similar a la actual habría que mirar a la Copa del Mundo de 2006, cuando empezaba a forjar su leyenda con una selección en la que fue titular en los grandes torneos con Luis Aragonés y Del Bosque (Euro 2008, 2012 y 2016). Aquel día empezó en el banquillo por decisión técnica en otro triste duelo de octavos (Francia venció entonces sin necesidad de prórroga por 3-1).

Iniesta se vio relegado a un papel secundario justo seis años después de coronarse MVP en la Euro 2012, en aquella noche que España alcanzó su cenit con la goleada a Italia. «Andrés va a ser de mucha utilidad. Es una decisión técnica que esperamos salga como todos pensamos. Fernando es claro y cariñoso con ellos y se lo hemos explicado. No hay ningún problema y ha quedado todo aclarado. Es un partido en el que se verá a la verdadera España», explicó Julián Calero, el segundo técnico llegado tras el terremoto que provocó el despido de Julen Lopetegui. El equipo se ordenó con Busquets-Koke en el doble pivote, Silva de mediapunta con Isco a la izquierda y Asensio a la derecha. Iniesta no estaba en el once ni en el calentamiento.

Quizá Hierro, que parecía convencido de su plan en forma de 4-2-3-1, quiso entregar el balón a Rusia pero el anfitrión no lo quiso ni en pintura. El gol inicial no fue por una acción combinativa sino con una jugada ensayada. Hierro seguía con su plan, una posesión estéril. Mantenerlo era jugar a la ruleta rusa en Moscú y ante más de 75.000 rusos. Un error podía complicarlo todo. Y llegó. En un córner Piqué levantó la mano, la pelota le pegó y Rusia obtuvo su empate de penalti.

Estuvo lento Hierro con los cambios. Reclutó a Iniesta para los últimos 24 minutos, con 1-1, y lo primero que hizo fue un cambio de juego a la banda. Era la esperanza. Se ofreció por el centro y se llevó una dura patada justo antes de que rozase el gol en un disparo de fuera del área que repelió con acierto Akinfeev, Primer disparo con peligro en el 84'.

Lo que pasó después ya es una historia conocida. Prórroga y penaltis. Pero España no estuvo atinada. Koke y Aspas erraron. Se acabó. Dos años sin derrotas terminaron el día que faltó Iniesta, que ya no volverá. Pone rumbo a Japón. Ya es una leyenda.

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