Más nervios que fútbol

España abrió la caja de los truenos horas antes del inicio del Mundial al prescindir de Julen Lopetegui como entrenador y dar la batuta (envenenada) a Fernando Hierro. Fue un golpe de efecto mundial del que se habló hasta que La Roja se midió a Portugal, en la segunda jornada. Y, además, su fútbol genera dudas. No es, ni mucho menos, el de Sudáfrica 2010.

Un día antes, Rusia se dio un baño de multitudes al abrir el torneo con la primera goleada del mismo, 5-0 sobre Arabia Saudí. El tercer día de campeonato dio protagonismo a Argentina, que no fue capaz de pasar del empate ante Islandia, si bien fue el pasado jueves cuando 'Messi y 10 más' descendieron a los infiernos futbolísticos, repudiados e insultados por sus compatriotas. Perdió por 0-3 ante la Croacia de Modric, Rakitic y compañía. No querer a Messi en tu equipo es como preferir un vaso de vinagre a una copa de un gran vino.

Brasil no genera tanta incertidumbre como Argentina, pero ha tenido problemas para sumar sus cuatro puntos. No pudo pasar del empate ante Suiza y sufrió hasta el último segundo para derrotar a Costa Rica. Tanto o más nerviosismo que los marcadores cortos (16 partidos se han resuelto por la mínima) está generando el VAR, que ante tanta igualdad provoca el silencio cada vez que se recurre a él. Cambio de decisiones, penaltis y desenmascaramientos a piscinazos como el que protagonizó Neymar ante el once tico. Tiene su morbo.

Y es que este Mundial es diferente. Sólo Bélgica e Inglaterra han ganado con solvencia sus respectivos partidos, sobre todo el primero. A México también se le puede incluir en esa lista. Su fútbol es diferente y atractivo. ¿Y Alemania? Sufrió el síndrome de la campeona mundial ante Suecia. De estar fuera, prácticamente, a pelear por octavos gracias a ese gol de Kross con el partido casi muerto. España no tuvo tanta suerte en Brasil.

Y todo ello, con poco fútbol, si bien la igualdad y las dificultades para marcar un gol dan cierta chispa. Aumentará.