Borrar
Roberto Martínez da instrucciones en un entrenamiento. :: efe
'Bob' Martínez roba  el corazón a los belgas

'Bob' Martínez roba el corazón a los belgas

Tras debutar con derrota ante La Roja de Lopetegui, el español forjó una Bélgica que «ha sabido jugar compacta y unida, y tiene al mejor portero del mundo»

RODRIGO ERRASTI

NIZHNY NÓVGOROD.

Sábado, 14 de julio 2018, 23:38

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En 1982, cuando se terminaba su colección de cromos del Mundial, aquel niño de Balaguer (Lérida) no imaginaba que disputaría las semifinales de ese torneo. Quizá sólo deseaba competir como su ídolo de aquel tiempo, Lobo Diarte, el paraguayo del Zaragoza, su equipo, cuyo cromo no aparecía y por el cual volvió a sus padres hasta conseguirlo. Así de persistente es Roberto Martínez, que supo pronto que su destino eran los banquillos. Incluso siendo futbolista -llegó a debutar en Primera con el Zaragoza- era consciente de que tenía un don para dirigir plantillas. «Mi primer empleo como entrenador fue con 20 años. No quería hacer la mili y como objetor empecé con un equipo de chavales de 9 años».

Sin sitio en el fútbol español, emigró a Inglaterra y se convirtió en leyenda del Wigan, donde había militado como jugador. Ganó la FA Cup, ayudado por su experiencia previa en el Swansea, club de Gales en el que su nombre es una referencia. En Inglaterra conoció a su mujer Beth, entrenó al Everton y tras 265 partidos en las islas se convirtió en la apuesta de la selección belga tras los problemas que su predecesor Marc Wilmots había tenido con los pesos pesados durante la Eurocopa.

En su estreno, el 1 de septiembre de 2016 en Bruselas, cosechó pitos y abucheos al descanso, un episodio «doloroso». Enfrente estaba la España de Julen Lopetegui, técnico de Asteasu que también estaba de estreno. Los visitantes superaron a los 'diablos rojos' en todo. Pero aquel fue el único duelo que han perdido a las órdenes de Martínez en 24 partidos. El balance son 18 victorias, cinco empates y aquel ya lejano 0-2 ante La Roja. 78 goles a favor y 19 en contra.

El 'palo' infligido por España se produjo después de que el técnico catalán hubiera anunciado su plan para convertir a Bélgica en una de las mejores selecciones del mundo en las fases finales de los torneos, no sólo en el ranking FIFA. «El cuerpo técnico (al que incorporó a Thierry Henry) y yo vamos a aportar todo lo que podamos para ayudar a estos jugadores, que son muy buenos. El talento individual está ahí, pero tenemos que hacer un equipo en el que prime la necesidad imperiosa de ser ganador».

Fe en sus futbolistas

Esa declaración, vista con perspectiva, demuestra la fe que Martínez había depositado en su grupo de jugadores. «Reaccionamos bien a aquella decepción inicial (ante España). Cambiamos el sistema del 4-2-3-1 al 3-4-3. La parte psicológica fue complicada, pero tras el empate con Grecia empezamos por el camino correcto».

A punto de cumplir 45 años, el entrenador de Bélgica se ha convertido en el cuarto técnico español que alcanza las semifinales de la Copa del Mundo. Y es el primero que lo hace con una selección extranjera; con una, además, que no está acostumbrada a llegar a esas cotas: sólo en México 1986 estuvieron los 'diablos rojos' entre los cuatro mejores.

'Bob', como le conocen por su paso por Inglaterra, ya está en el corazón de muchos de los niños belgas, esos que coleccionan cromos como él hacía de chaval, los que conviven con su hija Luella. Tras la victoria sobre Brasil confesó que «lo más importante era romper la barrera psicológica que supone enfrentarte a un equipo como ese». No quiso sacar pecho sobre su plan para afrontar el partido de cuartos, que consistió en contar con Lukaku caído a una banda. «La táctica es un aspecto. Pero lo determinante ha sido el compromiso de los jugadores. Hemos sabido jugar juntos, compactos, unidos, y tenemos al mejor portero del mundo (Courtois) -que trabaja a la órdendes del ex jugador del Logroñés Iñaki Vergara-».

Roberto Martínez concedió ayer la tarde libre a sus 'diablos rojos' tras una sesión de baño y masaje. «Es un sueño de cuando era niño jugar un Mundial, pero hay que pensar ya en la semifinal», recordó con los pies en el suelo. Sin tiempo para la euforia, ya que esperan los franceses en San Petersburgo.

Si su Bélgica forjada en la solidez defensiva y en un veloz contragolpe es capaz de tumbar a Francia, el país disputaría la primera final de su historia... Mientras España está ahora mismo sin seleccionador. «No pienso en eso», insistió Martínez cuando le preguntaron sobre ello en Kazan. Además ha renovado hasta 2020, lo mismo que Lopetegui antes de la llamada del Real Madrid.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios