Borrar
Una piña. Francia tratará de reeditar esta tarde su triunfo de 1998. :: efe
Croacia quiere la estrella de Francia
MUNDIAL DE RUSIA 2018

Croacia quiere la estrella de Francia

El cansancio y los pronósticos están en contra de los balcánicos, que apelan a su orgullo para completar su gesta ante el favorito

RODRIGO ERRASTI

Sábado, 21 de julio 2018, 23:39

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Se busca un nuevo rey del mundo. Europa prolongará su dominio por cuarta Copa del Mundo consecutiva, tras mantenerse la sequía sudamericana en territorio europeo desde 1958. Sin embargo, falta por resolver si Francia repetirá su estrella conseguida en 1998 o Croacia completará su gran salto. Los galos son los favoritos y conviven con esa etiqueta que les provoca vértigo, ya que fracasaron hace dos años en la Eurocopa de la que eran anfitriones. Ahora esperan que esta 'Euro' de Rusia sea distinta. El cansancio, los precedentes y las apuestas están en contra de los balcánicos, que apelan a su carácter y corazón para superar todos los obstáculos para ser el noveno país en lucir una estrella de campeón.

Para la pequeña Croacia, de 4.290.612 habitantes con apenas 95.000 licencias y sólo 800 profesionales, conseguir la copa en Moscú, con sólo 27 años de historia, supondría confirmar un gen competitivo que les ha permitido lograr el Mundial de waterpolo, el oro olímpico en balonmano y la plata olímpica en baloncesto, además de contar con leyendas en atletismo, tenis o esquí. «Ganar el Mundial con Croacia es casi impensable, como el cuento de hadas más bonito», reconoce Luka Modric, ya que desde hace diez años los arlequinados no habían superado el primer partido eliminatorio y en octubre, cuando reclutaron a su seleccionador Zlatko Dalic estaban a un partido de quedarse fuera. «Respetamos a Francia, pero dependemos de nosotros», recuerdan.

  • Entrenador Didier Deschamps.

  • Suplentes Mandanda y Areola (p.p.s.s.), Kimpembe, Lemar, Dembélé, Tolisso, N'Zonzi, Rami, Fekir, Sidibe, Thauvin y Mendy.

  • Entrenador Zlatko Dalic.

  • Suplentes Livakovic y Kalinic (p.p.s.s.), Corluka, Kramaric, Jedvaj, Bradaric, Caleta-Car, Badelj, Pjaca, Pivaric y Kovacic.

«Salid y disfrutad»

Sin nada que perder, no sienten presión alguna y tanto su técnico como su estrella, Luka Modric, usan el «salid y disfrutad» de Johan Cruyff el día de la final de la Liga de Campeones en Wembley en 1992 como referencia. La mayoría de seguidores neutrales quieren que Croacia gane el Mundial. «El apoyo entre los seguidores de nuestros países vecinos es como cuando juega su propio equipo nacional», cree el primer ministro croata Andrej Plenkovic.

Incluso parecen contar con el empuje de algunos serbios, ya que hasta Novak Djokovic reconoció que deseaba que ganara Croacia, lo que le valió las críticas de un diputado del partido de centroderecha. «Djokovic es un deportista excelente, pero como ser humano es grandioso», destacó Rakitic, mientras que Modric reconoció que habían visto «el último set del viernes», y prometieron verle ayer, cuando derrotó a Rafa Nadal en la semifinal de Wimbledon. «Desde que nos apoya, somos sus fans».

La práctica y efectiva Francia, que no ha encajado en cuartos ni tampoco en semifinales, se mide a sus propios demonios. «Esa herida está ahí. El resultado es quien dirá la diferencia entre este partido y el de 2016 . Aquí no hay euforia», reconoce Didier Deschamps cuando habla de la final perdida en el Stade de France ante Portugal. «Para nosotros fue durísimo, pero es fútbol y siempre hay revancha. Hace dos años no sabíamos que íbamos a tener esta segunda oportunidad. Es una gran ocasión y debemos darlo todo», confesó ayer el capitán Hugo Lloris, que señala que han optado por aislarse de la euforia. «Para ser honestos, estamos en una pequeña burbuja. Obviamente sabemos lo que está ocurriendo en Francia pero estamos centrados en lo nuestro».

Los franceses han aprendido la lección y ven diferencias respecto a aquel día. «Han cambiado muchas cosas, entre otras el tiempo de recuperación antes del partido. Te vienen muchas cosas a la cabeza pero no creo que nos vuelva a pasar. No hay euforia, estamos concentrados porque es la final del Mundial. Va a ser el partido más importante de nuestras carreras», dice Paul Pogba.

Aquel 0-1 con Portugal es el recuerdo más cercano que tiene el equipo, no aquella victoria legendaria en 1998 ante Brasil gracias a un doblete de Zidane. Francia, que fue el segundo campeón más joven -tras España en Sudáfrica- con una media 25,5 años, nunca ha perdido -tres victorias y dos empates- ante los croatas, acostumbrados a no mirar al doloroso pasado y optar por escribir su propio presente en aras de encontrar un glorioso futuro.

El cansancio de las tres prórrogas puede marcar un choque que se intuye muy táctico. Habrá que ver, de partida, cómo se ha recuperado el once croata, esos que pidieron ante Inglaterra no ser sustituidos pese a que algunos, como Rakitic con fiebre de 39 grados o Mandzukic con un golpe, estaban al límite. «Hay que esforzarse incluso más que en anteriores partidos, queremos hacer felices a todo nuestro país. No hay que cambiar nada», considera Modric.

El despliegue físico de jugadores como Kanté, Pogba o Matuidi, constantemente ayudados por Griezmann y Giroud, puede ser decisivo ante el doble pivote con más calidad del torneo (Modric-Rakitic), que seguramente tendrá la ayuda de Brozovic para no cometer pérdidas que puedan ser aprovechadas por Mbappé, que podría hacer daño en velocidad a Vida, Lovren, Vrsaljko o el tocado Strimic.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios