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RODRIGO ERRASTI
Sábado, 21 de julio 2018, 23:38
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moscú. Didier Deschamps apareció ayer en el estadio Luzhnikí después de su capitán, Hugo Lloris, para analizar la final de la Copa del Mundo. «Es un privilegio jugar este partido. No hay nada más bonito ni grande para un futbolista profesional. Debemos estar con calma, concentración y convencimiento. Sobre esas tres palabras estamos trabajando para preparar la final de la mejor manera», señaló. En su caso no es la primera, ya que estuvo presente en la de 1998 que terminó con el histórico triunfo ante Brasil por 0-3.
Levantó la Copa como capitán... y ahora puede hacerlo como seleccionador, algo que sólo otros dos hombres ha conseguido: Mario Zagallo (que logró dos como jugador en 1958 y en 1962 y otra como seleccionador brasileño en 1970) y Franz Beckenbauer (1974 como capitán y 1990 como seleccionador alemán). Cuando le preguntaron por las diferencias entre ambas situaciones, bromeó.
«Hay muchísimas. Necesitaría mucho tiempo para explicarlas y no es el día. Cuando eres jugador eres un actor; esta vez estoy al servicio de mis jugadores porque el partido depende de ellos, que son los que juegan. Mi éxito es su éxito. Cuando eres jugador es más bonito, cuando eres entrenador gastas más energía mental y cuando eres jugador es un tema más físico», recordó. El técnico sabe que desde la banda «lo que puedes hacer es algo más psicológico» y explicó que antes del partido no hay un mensaje estándar. «Cada partido tiene su contexto. He intentado transmitirle a los jugadores que están probablemente ante el partido más bonito de sus vidas. Es un privilegio jugar este partido. No hay nada más importante».
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