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Los futbolistas del Real Madrid mantean a Zinedine Zidane tras conquistar la Liga. :: SERGIO CAMACHO / efe
Un año de gloria de amargo final

Un año de gloria de amargo final

Cinco títulos instalaron al Madrid en una felicidad que rompió el mal inicio de curso

O. BELLOT

MADRID.

Martes, 26 de diciembre 2017, 00:48

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El Real Madrid vivió en 2017 el mejor año de su historia, con cinco títulos más para sus vitrinas y la Copa del Rey que ganó el Barça como único trofeo que escapó a su voracidad. Liga, Champions, Supercopa de Europa, Supercopa de España y Mundial de Clubes cayeron como piezas de dominó, implantando un estado de felicidad en el Santiago Bernabéu que ha quebrantado el mal desempeño liguero de la presente temporada, con la dolorosa derrota frente al cuadro culé en el clásico del pasado sábado como triste corolario.

Hasta septiembre, su marcha parecía imparable, pero cuatro meses después de aquel pulso con el Barça en la Supercopa que parecía preludiar otra campaña gloriosa, la escuadra merengue escribe con renglones torcidos el relato del que se presentaba como un equipo de época.

Desde 1958 no se veía un doblete Liga-Champions por Chamartín. En los últimos 27 años, nadie había sido capaz de revalidar una 'orejona'. Tampoco había enlazado ningún conjunto dos Mundiales de Clubes. El Madrid de Zidane taponó esos huecos históricos en un año en el que copó la mayoría de premios individuales y colectivos, con Cristiano como principal estilete.

El portugués, que a comienzos de diciembre recibió su quinto Balón de Oro, catapultó a los blancos a la 'duodécima' con cinco goles al Bayern en cuartos, tres al Atlético en semifinales y otros dos a la Juventus en la final que permitieron a Sergio Ramos alzar el título en Cardiff.

Dos semanas antes, los blancos habían certificado en La Rosaleda su trigésimo tercer título de Liga. Era el premio a la política de rotaciones aplicada por Zidane, que aupó a la denominada 'unidad B', entregándole la responsabilidad de sacar adelante partidos cruciales. Futbolistas como Morata, Lucas Vázquez, Marco Asensio, James, Kovacic, Nacho o Isco espolearon a los titulares con sus solventes actuaciones y el malagueño incluso se abrió hueco en el once de campanillas, aprovechando las continuas ausencias de Bale.

Se marcharon Coentrao, Danilo, Pepe, James, Morata y Mariano para hacer hueco a Vallejo, Theo, Marcos Llorente, Ceballos y Borja Mayoral. Una apuesta casi unánimemente aplaudida por jóvenes talentos que permitió conformar la que fue saludada como la mejor plantilla de su historia.

Pero la euforia estival se topó con el desencanto otoñal. Los triunfos de frente al Manchester United en la Supercopa de Europa y ante el Barcelona de Ernesto Valverde en la Supercopa de España permitieron al Real Madrid afrontar el inicio de Liga pletóricos de moral.

Sin embargo, el Valencia propinó el primer palo al Madrid y a partir de ahí la sonrisa mutó en un rictus serio que derivó en incredulidad con los tropiezos frente a Levante, Betis, Girona, Atlético, Athletic y Barça. Cuando nada lo presagiaba, el Real Madrid se ve con la soga al cuello en la Liga.

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