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Icardi celebra el tanto del Inter que puso las tablas.

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Icardi celebra el tanto del Inter que puso las tablas. Stefano Rellandin (Reuters)
Grupo B | Jornada 4

Un errático Barça se deja empatar ante el Inter

Malcom abrió la lata en el minuto 82, pero Icardi igualó el duelo en el único tiro a puerta de los italianos de un choque en el que el cuadro culé falló numerosas ocasiones claras

JESÚS BALLESTEROS

BARCELONA

Martes, 6 de noviembre 2018

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El Barça busca en Milán el pase matemático a octavos de final de la Liga de Campeones ya sea asegurando el primer puesto del Grupo B, ganando este martes otra vez al Inter, o certificando de momento la segunda posición, para lo que le valdría un empate. Cualquiera de los dos resultados permitiría a Ernesto Valverde tomarse con calma las dos últimas jornadas ante PSV y Tottenham, con rotaciones y descansos necesarios porque los esfuerzos bajo presión acumulados acaban pasando factura. El equipo azulgrana, desgastado en el tramo decisivo de las ultimas temporadas, sabe mucho de eso e intenta prevenir.

Hace dos semanas, el Barça se impuso 2-0 al Inter en un partido muy completo como colectivo para compensar la primera ausencia de Messi tras su fractura de radio en el brazo derecho. El capitán vuelve en el Giuseppe Meazza, aunque falta saber si será como titular o si se extremarán las precauciones y comenzará en el banquillo. De momento viajó junto a 21 compañeros, entre ellos los canteranos Chumi (central que cubrirá la espalda de Piqué y Lenglet) y Aleñá. Cuatro se quedarán en la grada: el portero del filial Iñaki Peña y tres más. No se desplazaron los lesionados Umtiti, Vermaelen y Samper.

Valverde y sus jugadores, pese a los buenos resultados sin él (el 2-0 citado al Inter, 5-1 al Madrid, 0-1 copero en León y 2-3 en Vallecas) tienen claro que con Messi son mejores. Al Rayo, por ejemplo, le ganó el Barça con una remontada agónica y quizás inmerecida. Y en Milán será imprescindible porque el Inter ha ganado nueve de sus diez últimos partidos oficiales, todos excepto el del Camp Nou, para colocarse segundo en la Serie A italiana y sumar seis puntos en Europa, a tres del Barça y con cinco más que Tottenham y PSV. Viene de golear 5-0 al Genoa en un partido en el que Luciano Spalletti dio descanso a titulares como Icardi, Vecino, Vrsaljko o Asamoah pensando en los de Valverde. Y reapareció un jugador clave como el centrocampista belga Nainggolan, que sabe cómo hacer daño al equipo azulgrana. Estaba en la Roma la pasada temporada el día del 3-0.

«El equipo lo está haciendo bien a nivel de juego y resultados y eso fortalece nuestra convicción de que tenemos una ocasión de jugar al mismo nivel del Barça. Cuando se habla del Barcelona, se habla del nivel más elevado de dificultad en un partido de fútbol», señaló en rueda de prensa Spalletti, que reconoció que «Messi es la guinda de su pastel» pero que incidió en que lo que ha convertido al Barcelona en uno de los mejores equipos del mundo es «su filosofía» de juego.

Luis Suárez llega lanzado

En el Barça los ojos, además de en Messi, estarán puestos en Luis Suárez, quien llega lanzado, con cinco goles en sus dos últimos partidos de Liga, en un momento ideal para acabar con horrible racha a domicilio en Europa: más de tres años sin marcar fuera, el último en Italia, en Roma, en el inicio de la temporada 2015-16. Tampoco ha visto portería en esta edición, ni en casa, aunque fue clave con su asistencia en el 1-0 a Rafinha ante el Inter.

El centrocampista brasileño puede ser el damnificado por el regreso de Messi en un estadio donde le tienen cariño porque fue clave en la presencia del Inter en esta Liga de Campeones. Jugó allí como cedido desde enero a junio de la pasada temporada. Los aficionados pidieron que el club italiano ejerciera su opción de compra, pero sin éxito. «Rafinha fue un jugador importante para que nosotros terminásemos en zona Champions. Fue determinante. No podíamos fichar a este jugador en verano o al menos a mí me lo contaron así», manifestó Spalletti, que subrayó que el club tenía que respetar «unos límites económicos». Si Valverde fuese justo, quizás Rafinha se mantendría en el once, aunque cambiando de banda, porque está mejor ahora mismo que Coutinho.

El Inter necesita ganar para que PSV o Tottenham no amenacen su segunda posición en el grupo en las dos jornadas que faltarán. «No tenemos la clasificación resuelta y quedan partidos complicados. Cuando se realizó el sorteo, lamentamos que nos hubiese pasado factura estar en el bombo 4. Pero ahora estamos en esta situación de pasar y esto es lo fundamental», dijo Spalletti, que no se mostró preocupado por ser primero o segundo.

Es el fútbol un deporte donde el gol democratiza todo lo que ocurre sobre el verde durante los 90 minutos que dura un partido. Un equipo vulgar como el Inter de Milán fue capaz de sacar un empate ante un Barça romo y errático en ataque. Y lo hizo el equipo italiano con un único tiro entre los tres palos. Pero Icardi metió la que tuvo y el conjunto azulgrana sufre su primer tropiezo en la Champions en esta fase de grupos.

La emoción del debutante y goleador Malcom quedó solapada a los pocos minutos cuando el Inter igualaba el choque a falta de tres minutos para el final. Quedó, por tanto en anécdota ese primer partido en la máxima competición continental del brasileño que marcaría su primer gol como culé al minuto de saltar al césped.

Lástima del error garrafal de Busquets, que sigue sumando gazapos por partido jugado, y que dio ventaja en el área pequeña a los italianos que no desaprovecharon la ocasión para recuperar parte de la autoestima perdida durante el partido.

Inter de Milán

Handanovic, Vrasljko, Skriniar, De Vrij, Asamoah, Vecino, Brozovic (Martínez, min. 84), Politano (Candreva, min. 81), Nainggolan (Borja Valero, min. 63), Perisic e Icardi.

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Barcelona

Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Jordi Alba, Sergio Busquets, Rakitic, Arthur (Vidal, min. 73), Coutinho, Dembélé (Malcom, min. 81) y Luis Suárez.

  • Goles: 0-1: min. 82, Malcom. 1-1: min. 86, Icardi.

  • Árbitro: Szymon Marciniak (polaco). Amonestó a Rakitic y Brozovic.

  • Incidencias: Estadio Giuseppe Meazza. 80.000 espectadores.

Bajo un ritmo intenso y una lluvia acuciante, las ocasiones claras de gol se sucedían para los hombres de Valverde. El Inter buscaba torpemente mantener el tipo ante un rival más maduro y capaz de abortar todas y cada una de las intentonas locales. Spalletti se desesperaba estérilmente en la banda buscando una reacción de sus pupilos que apenas retenían el balón. Que el Inter no tirara entre los tres palos hasta el gol es ya una curiosidad.

Fue injusto el fútbol con el Barça que pudo mandar en el marcador mucho antes y sumar el pleno de victorias en un duelo donde las jugadas claras se acumularon como antaño. Desde el primero de los tiros de Dembélé en el segundo minuto de encuentro hasta que Malcom marcara y abriera la lata para los de la ciudad condal, el Inter sufrió un auténtico acoso, quitando unos minutos en los que buscó con algo de fe la portería de Ter Stegen.

Pero fue su homólogo Handanovic el gran protagonista, quien evitaría males mayores sacando goles a Coutinho, Luis Suárez o Rakitic. Especialmente activo estuvo el charrúa que sigue tirando del carro en ausencia de su amigo Messi. Buscó con ahínco un gol lejos de Camp Nou en Champions que se le resiste ya desde tiempos inmemoriales. Participativo, incisivo con la meta rival, fue el más persistente en el juego ofensivo. Eso sí, errático como casi siempre en este tipo de encuentros.

Aunque peor es el caso de Dembélé, al que Valverde le volvió a dar la titularidad, y que volvió a caer en los errores de siempre, en querer luchar batallas en solitario con decenas de galopadas y quiebros que siempre acababan con el balón en posesión del Inter. El francés necesita una reflexión profunda de hacia dónde quiere caminar como jugador del Barça. Mucho destaca y para mal en cada partido.

De hecho, fue por su banda por donde más lo intentó el cuadro italiano, buscando Perisic el punto débil de Sergio Roberto. Pero el de Reus dio una clase magistral de cómo defender en inferioridad de condiciones.

Con todo, fue tanto lo que tardó en llegar el gol azulgrana, que el Inter decidió que por el camino marcado en la primera parte no iba a llegar a ningún lado. La salida de Borja Valero coincidió con el mejor momento local y el peor del Barça.

Pero llegaron los minutos finales y los goles. El de Malcom vaticinaba un nuevo triunfo culé en Europa, aunque Icardi mostró por qué es objeto de deseo de la Liga española y retrasó una jornada más los objetivos del Barça.

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