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La cara de desesperación de Cristiano habla del mal partido que hizo el Madrid en Londres. :: reuters
Desgobierno del Madrid en Wembley

Desgobierno del Madrid en Wembley

Pochettino impartió una lección magistral a Zidane en un duelo donde el orden y el músculo se impusieron al talento

IGNACIO TYLKO

Jueves, 2 de noviembre 2017, 00:35

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Mauricio Pochettino sigue acumulando méritos para poder cumplir su sueño de dirigir algún día al Real Madrid. Si hace dos semanas ya realizó un planteamiento perfecto en el Bernabéu, donde su Tottenham logró un empate valioso, en el mítico Wembley le impartió una lección magistral a Zinedine Zidane y dejó patente que los problemas de este equipo blanco no son solo de actitud sino mucho más estructurales.

Ni con defensa de cuatro, ni mucho menos la segunda mitad con tres centrales, el Madrid fue capaz de neutralizar a un tridente soberbio formado por el danés Eriksen, el enganche Dele Alli y el gran Harry Kane, mucho más que un ariete al uso porque golea, juega y hace jugar a sus compañeros. Venía de lesión, no marcó pero hizo un partido perfecto. Vamos, más o menos lo que el madridismo reclama a un Karim Benzema decadente.

Escenario magnífico para un duelo de altos vuelos, ya que se medían el vigente campeón y un equipo de autor que se ha conjurado para crecer en esta Champions hasta ocupar un lugar entre los grandes. Un choque de lo más atractivos entre dos estilos diferentes. Al Real Madrid le gusta tocar más el balón porque sus jugadores tienen más calidad que los Spurs, pero los londinenses fueron mucho más decididos y determinantes en sus acciones.

Comenzó el Real Madrid la cita con jerarquía. Se hizo con el balón, dominó y entró casi siempre por el perfil del marroquí Achraf, lateral con gran desparjajo en ataque pero aún sin hacer en defensa. En ese inicio Cristiano trataba de hacer alguno de sus regates virgueros y Ramos rondó el gol al cabecear, a la salida de un córner. Pero el Tottenham se defendió con la zaga muy junta y fue creciendo con transiciones veloces y pocos toques. Llegó el gol en una acción parecida, aunque esta vez el centro-chut de Trippier, que arrancó en fuera de juego, lo remató a gol Alli.

Para tratar de neutralizar la superioridad de los Spurs en el centro del campo, Zidane cambió en el descanso y también puso defensa de tres. Casemiro se metió atrás, Kroos se situó de mediocentro y los laterales se situaron casi de extremos. Fruto de una internada de Marcelo pudo llegar el empate, pero fue Dele Alli el que golpeó de nuevo. Se aprovechó de que Casemiro se precipitó al irse al suelo y tuvo la fortuna de que su tiro lo desvió Ramos.

No le perdió la cara el Madrid al duelo, pero se desordenó hasta convertirse en un caos en defensa. En una contra de libro, Kane asistió a Eriksen, que superó la salida de Casilla con pasmosa facilidad.

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