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Los jugadores del Sevilla celebran el primer gol de Sarabia.

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Los jugadores del Sevilla celebran el primer gol de Sarabia. EFE

El Sevilla castiga la alineación indebida de Valverde

Sin Messi ni las estrellas, el Barça pierde 2-0 con un once extraño y una triplete atacante formado por Vidal, Malcom y el recién llegado Boateng

Jesús ballesteros

Miércoles, 23 de enero 2019

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Ernesto Valverde sorprendió a todos con su convocatoria para un partido tan complicado como la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey ante el Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán. La expectación era por saber si Kevin-Prince Boateng, con un entrenamiento en las piernas y menos de 24 horas en Barcelona, entraba en la lista. Una vez recibido el transfer, el ghanés apareció en la lista de 19, pero en ella no estaban Leo Messi ni Sergio Busquets. Sonaron las alarmas, pero no hubo parte médico ni nada parecido. Pese a que el '10' fue reservado de inicio ante el Leganés en Liga el domingo, una señal que parecía indicar su titularidad copera, sigue descansando. Los dos titularísimos se unen a las bajas del sancionado Murillo y de los lesionados Dembélé, Umtiti y Rafinha. Entran los canteranos Riqui Puig y Oriol Busquets, ambos centrocampistas.

En la rueda de prensa previa al entrenamiento y a la lista, Valverde no dio pistas de lo que iba a decidir. «Esta eliminatoria es un reto. De los tres partidos que el Sevilla ha perdido últimamente, dos de ellos fueron fuera de casa en la Liga y en campos complicados. Ante el Atlético en Liga estuvieron bien y eso nos sirve de gran referencia. Son muy potentes y en Copa y en Europa son un equipo muy solvente. Los datos en las eliminatorias lo demuestran. Le tienen tomada la medida al formato».

El técnico valoró la llegada del cedido Boateng, avanzando que ya está en forma para jugar: «Boateng, a la espera de que llegue el tránsfer, podría jugar ya porque el sábado disputó los 90 minutos con el Sassuolo ante el Inter. Una de las razones por las que está aquí es porque está activo. Si necesitara mucha aclimatación, igual se nos acaba la temporada».

Y defendió su llegada: «Es un jugador que conoce el oficio, puede jugar de '9' aunque ese no era antes su sitio, conoce la Liga, ha estado aquí en la UD Las Palmas y sabe el rol que viene a desempeñar. Estaba disponible, se amolda a lo que buscamos, hemos pensando que era la mejor solución y esperamos que nos ayude, es fuerte y nos puede echar un cable. Dentro de las posibilidades que tenía, el club ha pensado que esta es la mejor».

Pablo Machín, que habló sin saber que no viajaba Messi, está convencido de que el Sevilla puede eliminar al Barça: «Debemos estar preparados para ganarle al Barcelona. La eliminatoria es complicada y seguro que ellos piensan igual que nosotros. El campeón de los últimos cuatro años y el líder de la Liga es el que nadie quería en el sorteo; pero esto nos tiene que hacer ver que si logramos pasar va a ser sin duda más meritorio». Habló ya pensando en la vuelta: «Para cualquier equipo es complicado ganar de más de un gol en el Camp Nou. Lo ideal sería llevarnos un resultado positivo y si podemos dejar la portería a cero mejor, aunque es complicado. Para dar la campanada en esta eliminatoria, porque todos creemos que el favorito es el Barcelona, deberíamos llevar una renta para no tener que ganar de más de un gol allí».

Y pidió el apoyo de la afición: «No creo que haya que decirle nada a la afición porque siempre están con el equipo. Contra el Barcelona van a venir a ayudar al equipo contra uno de los mejores equipos de siempre. Queremos ser una comunión y gran parte del éxito del Sevilla es porque ellos llevan al equipo en volandas; y eso lo valoramos muchísimo. Cuando se produjo el sorteo nadie quería al Barcelona, pero es lo que hay. Hay que jugarla y cualquier cosa puede pasar en el fútbol. A doble partido es más complicado sorprender, pero vamos a intentar competir bien la primera parte de la eliminatoria y a sacar al equipo lo más competitivo posible».

Munir, que se iba a enfrentar al equipo muy ilusionado al equipo que defendía hasta hace unos días, es baja por lesión muscular e incluso se perderá la vuelta. Tampoco podrá jugar Gnagnon. Roque Mesa no se ha recuperado de unas molestias y parece que Arana, a punto de salir del club, tampoco entrará en la lista. Wöbber, central holandés recién llegado del Ajax, podría debutar.

Abocado está el Barça a una nueva remontada, Messi mediante, si quiere seguir aspirando a levantar la Copa del Rey. El Sevilla castigó la alineación indebida de Valverde que parece empeñado en dar que hablar eliminatoria tras eliminatoria y que coloca a los suyos en una nueva encrucijada copera.

Debe existir un plan superior urdido en la cabeza del técnico azulgrana. Sólo así se entiende en planteamiento inicial ante el Sevilla dándole la titularidad de inicio a Boateng o colocando en la misma línea ofensiva al alemán de origen ghanés junto a Malcom y Arturo Vidal. Qué levante la mano quien hubiese pensado algo parecido hace apenas unos meses.

Pero parece evidente que las cuatro copas seguidas y la necesidad imperiosa de levantar la orejona otorgan vía libre al técnico azulgrana para salir en la ida de los cuartos de final con un once que no lo reconoce ni quien lo ha parido.

Sevilla

Soriano; Mercado, Kjaer, Sergi Gómez; Jesús Navas (André Silva), Amadou, Banega, Sarabia ()Vázquez, min. 66), Escudero (Arana, min. 88), Promes y Ben Yedder.

2

-

0

Barcelona

Cillessen; Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Semedo (Jordi Alba, min. 80); Arthur, Rakitic, Aleñá; Malcom (Coutinho, min. 63), Boateng (Luis Suárez, min. 63), y Vidal.

  • ÁRBITRO: Del Cerro Grande (madrileño). Amonestó a Sergi Gómez.

  • GOLES: 1-0. min. 58. Sarabia. 2-0. min. 76. Ben Yedder.

  • INCIDENCIAS: Partido de ida de cuartos de final de la Copa del Rey, disputado en el Sánchez Pizjuán. 38.403 espectadores.

Las consecuencias pudieron ser peores, pero el Barça afrontará el choque de vuelta con dos goles en contra porque sin Messi está claro que no hay fiesta. Semejante experimento estaba condenado al fracaso y el Sevilla dio buena cuenta, sabedor de que el daño infringido al rival podría haber sido mayúsculo.

De Jong, el flamante fichaje del Barça, se llevaba todos los titulares, pero la mete estaba puesta en la estrella azulgrana y cómo afrontaría el equipo un nuevo partido sin él. Con Messi descansando en la Ciudad Condal, sin Busquets, y con los titularíamos Luis Suárez, y Jordi Alba en el banco, el peso debía recaer en la pareja Rakitic-Arthur, lo más sensato de lo visto sobre el verde del Sánchez Pizjuán. Aleñá se subía al carro de ambos para intentar crear algo de juego sabiendo que arriba pululaban Vidal, Malcom y el recién llegado Boateng.

Entendemos que la apuesta es clara en la que puede ser la última temporada de Valverde en Can Barça y que a este Sevilla se le endosó un histórico 5-0 en la última final copera y un 4-2 hace menos tiempo en Liga. Pero lo primero que se le pasaba por la cabeza al aficionado raso nada más ver los primeros minutos del choque es que la Copa interesa algo menos este curso.

Y eso, que el equipo de Pablo Machin sí era más reconocible y que las ocasiones claras no llegaron hasta las postrimerías del primero de los tiempos.

Ben Yedder seguiría siendo el más activo y peligros de los suyos, marcándose una jugada mágica en el área a la que sólo le faltó algo de puntería para levantar la grada sevillista. Ni él ni Malcom, que también erró una clara ante Soriano, dejaron a los suyos con la miel en los labios y los equipos se marchaban al descanso sin goles.

Viendo el panorama, el Sevilla optó por ir a por el partido a tumba abierta. Promes se quitó el corsé y alentó a los suyos con varias jugadas ofensivas que avisaban al Barça de lo que estaba por venir. Sarabia ya había aparecido antes, pero fue clave también en este despertar hisopease. Primero dejando franco a Amadou para que éste erraba con toda la portería para él. Y después, marcando el primer gol del choque, precisamente, tras centro de Promes desde la banda contraria.

Como ya le ocurriera en la anterior eliminatoria, al equipo culé le tocaba remar contracorriente. Rectificaba Valverde dando entrada a Luis Suárez y Coutinho en busca de un mal menor para el choque de vuelta en el Camp Nou.

Pero ambos, en vez de sumar, restaron, sobre todo el brasileño que fue clave en la jugada del 2-0. Su pérdida de balón y la contra posterior la aprovechó el Sevilla para ampliar la ventaja y dejar la eliminatoria más que complicada. Mención aparte merece la pasividad de la zaga culé que volvió a mostrar su peor versión. Habrá que esperar a Messi.

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