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CICLISMO

El Tour acerca Alpe D'huez a París

El trazado de 2015, presentado ayer, tienta a los escaladores con mucha montaña y menos contrarrreloj que nunca

FERNANDO ITURRIBARRIA

Jueves, 23 de octubre 2014, 01:14

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Renovarse o morir. El más que centenario Tour de Francia innova. Su 102ª edición presenta una receta inédita: casi nada de contrarreloj, viento, pavé, bonificaciones en el llano y montaña, mucha montaña. La organización ha colocado el Alpe d'Huez a las puertas de París. El mítico puerto de las 21 curvas será el juez de paz de la carrera en 2015. El recorrido presentado ayer es una tentación para escaladores con una última semana toda cuesta arriba. De las 21 etapas programadas entre el 4 y el 26 de julio, siete serán montañosas, tres accidentadas y cinco tendrán llegadas en alto.

El libro se abre con sus primeras páginas en holandés. Será el 21º banderazo de salida dado en el extranjero y el sexto en Holanda, todo un récord. Las calles de Utrecht servirán de escenario a la primera etapa y a los únicos 14 kilómetros contrarreloj inscritos en los 3.350 kilómetros del trazado total. Es la menor distancia de desafío individual al cronómetro desde la introducción sistemática de la modalidad en 1947. Se compensa parcialmente el perjuicio a rodadores con una contrarreloj por equipos de 28 kilómetros en la novena etapa.

Para entonces muchas escuadras no estarán al completo. Hay no pocas trampas en el primer segmento de la carrera, propicio de por sí a las caídas. En los primeros días el pelotón será sometido al azote del viento marítimo en el delta belga de Zélande y el litoral normando. El Muro de Huy castigará las piernas con sus 1.300 metros de subida al 9,6% en la llegada de la tercera etapa como lo hace tradicionalmente en la Flecha Valona. El día siguiente será vibrante con 13,3 kilómetros de adoquines repartidos en siete sectores. El Muro de Bretaña, con dos kilómetros al 6,9% y cotas al 15%, será la meta de la octava. Desaparecidas desde 2008, las bonificaciones regresarán de la segunda a la octava etapas para gratificar con 10, 6 y 4 segundos a los tres primeros en cruzar la línea de llegada.

Los velocistas no tendrán más oportunidades de lucirse hasta la 15ª etapa, un paréntesis en una segunda fase de relieves. La corta travesía de los Pirineos arrancará con una inédita llegada a La Pierre Saint-Martin, una subida de 15,3 kilómetros al 7,4% muy cercana a la frontera con Navarra. Será el 14 de julio, fiesta nacional de Francia. Tras la obligada ascensión del Aspin y el Tourmalet, techo de la carrera con sus 2.115 metros de altitud, la trilogía pirenaica concluirá el día 16 en lo alto del Plateau de Beille.

El grueso de las dificultades está concentrado en la última semana. Los Alpes desafiarán a los supervivientes con cuatro episodios verticales consecutivos y tres llegadas en alto. La primera será un guiño a la historia mediante el regreso a Pra-Loup, donde Eddy Merckx lució por última vez el maillot amarillo. Ocurrió en 1975 en la cima de este puerto de 6,2 kilómetros al 6,5% de desnivel cuando el caníbal belga fue derrocado por el francés Bernard Thévenet, ganador del Tour ese año y en 1977. En la etapa siguiente, 18ª, camino de Saint-Jean-de-Maurienne se estrenarán las fotogénicas revueltas de Montvernier, 18 horquillas acumuladas en 3,4 kilómetros, antes de coronar el Glandon, a 40 kilómetros de la meta.

Los dos últimos retos alpinos son una invitación a la pasión y las audiencias televisivas. Son recorridos cortos y nerviosos, de 138 y 110 kilómetros. El primero concluye en La Toussuire tras hacer cumbre en La Croix de Fer, Mollard y el inédito col de Chaussy, 15 kilómetros al 6,3%. La traca final ofrece el Télègraphe, el Galibier y el colofón del Alpe d'Huez, con sus 13,8 kilómetros al 8,1%.

Ya había habido llegadas en montaña la penúltima etapa en 2009 con el Mont Ventoux y en 2013 con Semnoz. Pero nunca tan cerca del Arco del Triunfo, pues la última jornada partirá de Sévres, localidad célebre por su porcelana limítrofe con París. La apoteosis en los Campos Elíseos, que también cumplirán 40 años desde el estreno de la avenida en 1975 para el acto final, premiará a un vencedor que se embolsará un cheque de 450.000 euros.

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