Peligra el inicio de curso franjivino

Era una cuestión de tiempo. Sin un protocolo marcado por la Federación Española de Balonmano ni la Asociación de Clubes Españoles de Balonmano (Asobal) para la pretemporada, en cualquier momento la chispa iba a saltar. Y quemar todo un monte, que no es otro que la Liga Asobal, cuyo inicio está previsto para el 2 de septiembre próximo. Ayer por la mañana, el Liberbank Cantabria Sinfín anunciaba un positivo por COVID-19 en su plantilla y saltaban las alarmas. Y las llamas ardieron instantáneamente hasta Logroño, ya que el equipo franjivino jugó su primer amistoso estival el sábado pasado ante los santanderinos.

El resultado del encuentro, que se saldó con victoria local por 27-26, es que ambas plantillas y todo aquel que haya tenido contacto directo con los jugadores o cuerpo técnico y médico debe guardar confinamiento durante estas dos próximas semanas.

En el caso del equipo franjivino se trata de 21 personas: los 17 jugadores de la plantilla que viajaron a Santander, Miguel Ángel Velasco y Rubén Garabaya –que pese a no desplazarse con la expedición participó del entrenamiento del lunes–, el delegado del equipo José Quemada, el fisio Xenxo Díaz y el chófer del autobús que trasladó al equipo hasta La Albericia. Quedan exentos por no haber entrado en contacto con este grupo el tercer portero, Javier Romeo, el médico del equipo, Pedro Terrero, el gerente Jaime González y el presidente de la entidad, Ángel Rituerto. Los demás, y todas las personas con las que hayan podido estar en contacto entre el sábado y ayer, se encuentran aislados en sus hogares.

A partir de ahora y a lo largo de esta semana, el grupo deberá someterse a las pruebas PCR para ver si son positivos en coronavirus a través del Servicio Riojano de Salud. Según explicó el médico del conjunto franjivino aunque todos den negativo en sus pruebas, el protocolo médico les obliga a mantener el aislamiento durante dos semanas, que es el periodo máximo de incubación del virus.

Esto significa que para el equipo riojano (y el cántabro, lógicamente) el confinamiento acabará el 1 de septiembre, un día antes del debut de la Liga Asobal, entidad que ayer se limitó en un escueto tweet a enviar «ánimo y fuerza» a los dos clubes. Y nada más.

El Ciudad de Logroño, de todas formas, intentó ponerse en contacto con la Asociación de clubes y con la Federación Española para ver qué pasos debe seguir, pero no recibió ninguna respuesta. Después de la reunión que mantendrá el Consejo Superior de Deportes hoy en Madrid los clubes sabrán qué sucederá con los protocolos para el deporte no profesional, como lo es el balonmano. Sin embargo, lo más probable es que ligas como la Asobal queden canceladas o aplazadas. Muchos son las voces que hablan de enero como fecha de inicio para el balonmano español, lo que trastocaría todos los planes hechos hasta la fecha, con clubes sin ingresos y plantillas ya elaboradas. Porque además del positivo en el Sinfín, y se habla de otros más en equipos de Asobal, en esta pretemporada, por ejemplo, los conjuntos gallegos no han podido entrenarse con contactos.

Por todo ello, el inicio del curso parece cada vez más inviable. Sobre todo en una campaña en el que en Asobal se jugarán 34 jornadas, con un Mundial, y unos Juegos Olímpicos.