El Logroño domestica a la Vojvodina

El Ciudad de Logroño, que trasladó el buen momento en la Liga Asobal a la competición continental, comenzó muy serio en defensa. Como en los últimos partidos que ganó, la retaguardia se mostró intensa y versátil y solo el tunecino Aidi Aziz fue capaz de hacer daño gracias a su espectacular lanzamiento exterior. Sin embargo, le costó coger ritmo a un encuentro en el que las defensas predominaron sobre los ataques.

Con un partido de velocidad lenta, el equipo franjivino atacó con criterio y empezó a obtener recompensa antes del cuarto de hora, al hacerse con el control –siempre por la mínima– de un choque en el que la Vojvodina quiso marcar territorio con defensas al límite de lo permitido en Europa, lo que le costó tres exclusiones en esos primeros treinta minutos.

Los de Velasco encontraron el gol en los extremos –Martí Soler, con tres goles, y Edu Ortiz, autor de otros dos–, gracias a la correcta utilización de los puntos de apoyo. Y solo Lucin, en portería, o algún error puntual en los pases impidieron que los riojanos ampliaran el marcador.

Pero Aziz seguía a lo suyo y pese a que Mohamed Aly ofreció un repertorio de paradas (nueve al descanso), la Vojvodina se aferraba al encuentro. Un conjunto, el serbio, que perdió a otra de las amenazas, el lateral derecho Milan Milic, por una grave lesión de rodilla (la imagen en la televisión pone la piel de gallina) después de un fly. Así, se alcanzó el descanso con una nueva parada del guardameta egipcio del conjunto riojano y con las cosas muy igualadas (12-12).

La buena actuación del meta continuaría en la segunda parte, siempre bien apoyado en una defensa férrea con papeles estelares de Juan Palomino, Thiago Ponciano y Roly Uríos, jugador que está dando pasos de gigante en su integración al equipo riojano.

La Vojvodina cogió una pequeña diferencia (14-12) y pese a que no era el día de Eugen Zaja (0/6 en lanzamientos) fueron Preciado y Uríos los que lideraron al equipo logroñés a remontar el encuentro, algo que sucedió siete minutos después.

Los de Velasco jugaban con más frialdad y hasta el borde del pasivo, gestionando muy bien los ataques y defendiendo como leones. De esta forma, y con cuatro paradas consecutivas de Aly, los riojanos abrieron una brecha de tres goles (15-18). Intentaron reaccionar los locales y recortaron distancias, pero nuevamente el Ciudad de Logroño cogió las riendas del encuentro, siendo vertical cuando tocaba y eligiendo el mejor tiro.

Al final, el triunfo fue para los franjivino, que supieron jugar con criterio y mucho corazón para sumar su tercera victoria consecutiva, la primera europea, que llena de ilusión.